Al rato al ir al mercado por especias y vegetales, pasó por donde se contaban grandes historias. Iba con vestido común y una canasta para ayudarse a cargar lo que iba a comprar. Cuando su indiferente mirada se posó en aquel hombre del día anterior. Le escuchó contar sobre mundos desconocidos y pasiones extrañas a las personas que le escuchaban embelesados. De pronto la mirada del hombre de cabello negro y piel blanca se posó sobre la suya.
Se enamoró de él.
Y de sus brazos como si desde niño no hablara latín, ni supiera lógica.
Al percatarse de que su mirada era muy atrevida sobre el apuesto hombre, se apresuró a apartarla con disimulo mal usado. Pasó saliva viendo de nuevo al frente, nervioso, reanudando con pasos torpes su camino al mercado.
El hombre sólo soltó una risita, pensando que Jimin era totalmente bello y lleno de gracia.
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Hombres de ojos pequeños ; Koomin.
Short StoryJimin se enamoró como se enamoraban siempre los hombrecillos inteligentes: como un idiota.