Joseph acababa de ceder su turno de vigilancia a otro vecino cuando el hermoso joven de ojos miel llego hasta él. Le sorprendió verlo con una sonrisa tan seductora como maligna pero ni pudo hablar cuando sintió unas cuerdas enrollarse por su cuerpo dejándolo completamente inmóvil. El joven Grimm se le acerco para tapar su boca con una cinta y susurrarle al oído solo una frase que logro hacerlo sudar de miedo 'Ya es hora de dormir'. Después, solo hubo oscuridad.
Al despertar, minutos después, se dio cuenta que estaba recostado sobre el asiento trasero de la patrulla del jefe de policía. Enfocando la vista, encontró a Javier atado como él, en el asiento del copiloto y a Nicolás al volante. Con esa misma sonrisa tan diabólica que le vio cuando fue a su casa para secuestrarlo. No tenía idea que tramaba el hermoso joven, pero ya no podía ver la inocencia en su rostro. Las palabras del hombre de la ley ya no las sentía tan erradas, al comprobar que la situación dejaba mucho que desear, como si la máscara de bondad que llevara el moreno ya no fuera necesaria para dar final a las ultimas victimas de Freddy Krueger. Porque seguramente fue el de ojos miel quien mato a los chicos y preparo todo para que la gente pensara que el fantasma del monstruoso asesino había regresado. 'Estupideces, los fantasmas no existe y menos toda esa basura de la que me hablo Thompson' pensó enfadado el viejo jardinero.
Sin embargo no pudo quedarse despierto mucho mas, Nicolás se percato de que sus víctimas habían vuelto a la realidad y, con un movimiento de su mano, ambos hombres cayeron desmayados al mismo tiempo en que el coche era envuelto por una sombra negra y desaparecía del mundo de los vivos.
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Nicolás bajo del auto y respiro el aire helado del lugar. Oscuridad se cernía sobre y alrededor de ellos, solo el soplar del viento embravecido se podía escuchar. El joven miro el pequeño espacio que estaban ocupando para el ritual y, con decisión y una fuerza nada esperada en él, saco a sus prisioneros del auto, se los coloco en cada uno de sus hombros y se reunió con los demás. Aparte de Thomas estaban dos mujeres que reconoció como Anahí y Melody, su hermana mayor y menor respectivamente. Los tres portaban solamente una túnica de color vino, Thomas y Melody estaban en los extremos de un altar de roca mientras Anahí estaba atrás sosteniendo un cáliz de plata con unas extrañas piedras incrustadas de color sangre y una frase en latín se dejaba ver a simple vista. Sobre el altar había una sábana blanca con velas en cada esquina de color negro, una daga enteramente de oro blanco con una única palabra en latín cuyo significado era muerte y, justo enfrente de Melody, un cuenco, cuyos bordes estaban llenos de perlas verdes, poseía en su interior un líquido espeso y completamente negro. Nicolás coloco al anciano sobre el altar, la cabeza del lado de su hermana, los pies del lado de su hermano y, volviendo a usar sus poderes, lo vistió con una sencilla túnica negra mientras que ataba al policía a un poste. Una presencia oscura apareció entonces frente a Anahí, al tiempo que el de ojos miel tomaba la daga y se colocaba enfrente del inconsciente oficial de la ley. Con un asentimiento de cabeza, le indico a su hermana mayor que podía proceder.
—Poderes antiguos, de tiempos lejanos. Ante ustedes hoy nos rendimos, para sucumbir a su engaño. —la frase en latín como cántico lleno el aire con murmullos tenebrosos— Desde la muerte al infierno, desde la oscuridad a la vida, sacrificio y pago serán otorgados.
Una oscura silueta destellando por sobre sus cabezas con feroces ojos dorados se materializó a la espera de su momento estelar.
— Con esta alma pura, —señalo al durmiente anciano— te pago tus servicios. —usando sus poderes, vertió el contenido del cuenco en la boca de Joseph Granger, el hombre se agito en su lugar gritando y agonizando por el dolor que le provocaba tal sustancia—. Y con este sacrificio, —Nicolás apuñalo al oficial— te rogamos nos concedas tu bendición.
Acto seguido, la presencia sobre ellos acerco, lo que parecía, una boca a la del humano y extrajo, muy lenta y dolorosamente, una bella esfera de luz: el alma inmortal que todo ser vivo poseía. Después se dirigió al muerto jefe de policía y, con un torbellino de oscura podredumbre, abandono el averno sin dejar ningún rastro tras suyo.
Rápidamente Anahí vertió la mitad del contenido del cáliz en la boca del cuerpo sobre el altar y la otra mitad la vertió sobre la sombra enfrente de ella recitando la ultima parte del ritual.
— Sin alma no hay cuerpo, por eso reemplazo y acepto. Poderes antiguos unan piezas, hagan su templo inmortal portador de vida. Dennos su bendición, su camino ahora es de ustedes.
El alma de Freddy Krueger volvió a tomar forma de esfera de luz y, guiado por los susurros malévolos que escuchaba en su mente, se fundió con el cuerpo sobre el altar de piedra. El grito de horror no se hizo esperar tras la unión, Nicolás tomo el lugar que tenía su amado antes y le aparto los pelos del rostro.
— Amor, se fuerte pronto pasara, escucha mi voz y síguela. Aquí te espero, siempre te esperare. —le susurro cariñoso, dejando entrever la preocupación por su humano.
El convaleciente hombre volteo la cara para mirarlo con profundo amor, antes de que una niebla violácea lo envolviera por completo. La sonrisa de Nicolás fue lo último que apreciaron sus hermanos antes de verlos desaparecer del lugar.
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Reaparecieron en el cuarto del ojimiel, aun ambos con las túnicas negras puestas. Sin embargo el rostro del jardinero, había rejuvenecido un poco: las arrugas y manchas ya no estaban, el cabello volvía a ser castaño claro y los ojos marrones se habían aclarado bastante tomando una tonalidad clara y transparente. Freddy miraba a su joven amante con cariño y anhelo, mientras suaves lágrimas de felicidad se resbalaban de sus cristalinos ojos. Nicolás también sollozaba feliz por tenerlo junto a él después de tanto tiempo. 'Como pude pasar tantos milenios solo, pesando que el amor no existía ¿Si no es amor lo que siento, entonces no se que sea?'
—Hola, mi pequeño tesoro. —estirando una mano, aparto uso mechones de cabello del rostro ajeno.
— Hola, mi amor. —cerro sus ojos ante las caricias prodigadas sobre sus mejillas.
—Eh esperado por esto tanto... parece un sueño.
— Lo sé, también siento igual. Pero...
—Shh, calla. Ya lo sé...
No necesitaban más palabras, ambos morían por hacer el amor y sellar así, su unión. Y Freddy estaba más que dispuesto a demostrarle con mimos y cariseas a su bello Lujuria, que esta vez no habría fuerza que los separaran. Estarían juntos por el resto de la eternidad.
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Pesadilla de Ensueño -Freddy/Oc-
FanfictionNicolás Grimm es un joven hombre que en una empresa telefónica, que tras la muerte de su hermana y cuñado tiene que encargarse de sus sobrinos. Al mismo tiempo, la empresa para la cual trabaja abrió una sucursal en Springwood y él junto a unos cuant...