Con solo un año en el instituto, Eleven llegó a convertirse en chica más inteligente de clase, igualando a los cuatro chicos que con los que pasaba todo el tiempo.
Cuando apenas había cumplido los catorce Joyce y Hopper anunciaron qu estaban juntos y, que Hopper y ella de mudarían con los Byers. Convirtiendo a Jonathan y Will en sus de hermanastros.
Eleven y Will siempre tuvieron una enorme conexión: se entendían a la perfección y se convirtieron en algo así como mejores amigos, así que cuando les llegó la notícia de que serían hermanos no pudieron reaccionar mejor.
De echo, la única persona que sabía el secreto de Eleven era él. Aunque lo descubrió cuando llegaron a los quince.
Si Hopper se enteraba de lo que pasaba cuando el sol se ponía, pensaría demasiado mal y no le dejaría comer Eggos por años.
Eleven escondía muy bien que tres veces por semana se escabullía por la ventana de su habitación y se iba en bici hasta casa de los Wheeler, regresando temprano al día siguiente para que nadie lo supiese. Claro está, que Mike era el visitante los otros días de la semana.
Will tenía muy claro que los solo dormían abrazados y se daban pequeños besos, pero un adulto dudaría bastante de eso.
No era por simple gusto. Eleven había aprendido que si dormía sin tener a Mike al lado, un cúmulo de pesadillas la atormentaba. Pero que, entre los brazos del joven Wheeler dormía tranquila y relajada.
Mike se había habituado a dormir con el aroma y la figura de Eleven al lado. Tanto que cuando, por alguna razón ocasional, no podían dormir juntos, Mike se sentía vacío.
Y aquí es donde nos sitúa la historia.
Ese día de Noviembre le tocaba a Eleven esperar impaciente a que Mike llegara. No llevaban ni cinco horas sin verse, pero ese día en concreto ella tenía ansias de verlo.
-¿Me esperabas? -Mike asomando la cabeza por la ventana pudo comprobar como ella movía la pierna nerviosa antes de que se diera cuenta de que él había llegado. Entró con agilidad y cerró ls ventana detrás de si.-¿Todo bien?
Hablaban casi en susurros.
-Sí,sí. -Eleven se acercó le dio un beso. Se sonrieron. -Hoy tengo muchas ganas de verte. -Mike frunció el ceño. -Más de lo normal.
Él simplemente soltó una carcajada antes de sacarse los zapatos. Entraron los dos a la ya familiar cama. Mike se sentó apoyándose en el cabecero y Eleven se sentó entre sus piernas, apoyándose en él. Se taparon con el edredón y hablaron de como les había ido el día mientras miraban hacia la nada, y él le acariciaba el pelo.
Se habían convertido en un gran equipo. En los trabajos en pareja siempre eran la mejor nota de la clase y nunca tenían problemas, ya que los dos eran muy trabajadores.
Eso sí, Eleven era muy cerrada a los demás y solo se hablaba con Lucas, Dustin, Will y Mike. Ni siquiera con Max, aunque él empezaba a entender el porque.
-Deberías empezar a llevarte mejor con Max. -Mike tenía la barbilla descansando en el hombro de ella, cuando esta se giró para mirarlo extrañada. -Venga ya, El, sé porque no te cae bien. -La mirada de Eleven se escureció y Mike tuvo miedo de ser lanzado a la otra punta de la habitación -En serio, es normal que estuvieras celosa... Pero ella está con Lucas. No debería importante. Sólo es una más del grupo.
Eleven se debatió entre enfadarse con él o darle la razón. Acabó cediendo.
-Ya lo sé... Pero... -Se mordió el labio y miró hacia abajo. -Tú no sabes como me dolió ese día. Me escapé para ir a verte, y cuando te vi... Cuando te vi le estabas sonriendo y parecía que me hubieras remplazado y...
-Nunca. Ni en un millón de años podría remplazarte. -Él la interrumpió serio. Se miraron durante un momento a los ojos, hasta que Eleven reaccionó.
Se acercó a él y le besó, poniendo sus manos a ambos lados de su cara, apoyadas en el cabecero. Mike, pensandose que iba a ser como todos los besos que se habían dado siempre, puso sus manos entre el cuello y la mandíbula de ella. Acariciándola.
Pero le tomó desprevenido que Eleven no se separara. Sino que abriera los labios haciendo que él también los abriera, cambiando de forma radical la forma del beso y, aunque fueran inexpertos los dos, entendían que estaba pasando. Estaban intensificando el beso.
Empezaron a mover sus bocas en un compás perfecto. Mike, confiado por la iniciativa de ella, decidió empezar a utilitzar la lengua y Eleven lo recibió con una sonrisa.
Iban despacio y tranquilos, igual que las manos de él ; que bajaron hasta su cintura para apretarla a él.
Eleven se movió sin romper el beso consiguiendo pasar una pierna por cada lado del delgado cuerpo de Mike para sentarse encima de él mientras llevaba las manos a sus mejillas.
Al cabo de lo que parecieron años y segundos a la vez, se separaron alucinados por lo que acababan de hacer. Nunca habían hecho nada igual y no entendían el porqué.
Se miraron a los ojos durante un buen rato, Eleven se humedeció los labios, sintiendo una extraña sensación en ellos.
-Wow... -Dijo Mike mientras hacía círculos en la cintura de su novia con los dedos. Eleven seguía encima suyo. -Ha... Hemos... Yo...
Estaba tan nervioso como la primera ves que se besaron.
-Me ha gustado. -Declaró ella sonriéndole a la vez que sus mejillas se volvían rojas. -Podríamos hacerlo más a menudo.
-Madre mía, a mi también. -Contestó él dándole un lento beso en la mejilla. Le volvió a mirar a los ojos. -Podríamos... Ya sabes... Repetirlo ahora.
Aunque fue él quien se acercó, vio como ella asentía con una pequeña sonrisa.
No pueden decirme que estoy sexualizando niños porque cronológicamente tienen entre quince y dieciséis años, y es normal hacer esas cosa con esta edad. JAJAJA
Sí te gusta vota y deja un comentario❤❤