Nuestro Destino | Aguslina

Capítulo 9

Capítulo dedicado a MaraVazquezPiero

Estábamos corriendo con Agustín a la orilla del mar, aún es muy temprano y muy pocas personas se encontraban, hace mucho no practicaba este deporte, el cual me hacía sentir liberada de todo lo que cargaba.

— Vamos, Agustín, ¿estas cansado? —dije entre risas al verlo detenerse. Negó con la cabeza y se agachó, los cordones de los zapatos deportivos se habían soltado.

— Tengo mucha resistencia —dijo calmado, llevábamos más de media hora corriendo y realmente no parecía cansado. —¿Quieres parar? —preguntó al ponerse de pie nuevamente. Asentí con la cabeza.

— Ya me siento cansada —el asintió y comenzamos a caminar. —Pero aún no me quiero ir de la playa.

— Podemos caminar un rato —dijo a lo cual asentí. —¿Como te has sentido? —preguntó cuando íbamos al mismo paso. Mire hacia el cielo, sería un día muy soleado.

— Mejor, aunque eso no quita que he pensado mucho en él —dije encogiendome de hombros. No quería hablar sobre Allan, quería tener temas propios con Agustín, conocer más sobre su vida y que me ayudará a crear un nuevo camino. —Pero ya, si estas aquí conmigo imagino que no tienes novia, ¿me equivoco?

— Estas en lo correcto —dijo con una sonrisa, dándose cuenta que quería cambiar de tema. —Había, pero terminamos cuando murió mi hermano, ella tenía otros planes en su vida y bueno, yo no estaba incluido —será estúpida quien lo dejo, pensé.

— Al menos no tuviste que seguir junto a alguien que no vale la pena —él asintió con una sonrisa, al parecer ya estaba más que superado.

— Con ella me sentía cómodo pero nunca la amé verdaderamente —se detuvo frente a mi, haciendo que hiciera lo mismo. —A veces el amor no llega cuando nosotros queremos o con quien queremos, sino con la persona que menos esperamos y en el momento menos indicado —cada palabra que había dicho, fueron mirándome fijamente. Sus palabras estan claramente en mi memoria.

Me quedé procesando sus palabras, tenían tanta verdad dentro de ellas, tampoco se podía huir de lo que uno podría llegar a sentir por otra persona. Me perdí unos momentos, pensando en las muchas veces que quise alejarme de Allan, de negar lo que estaba sintiendo por él, cuando al final no pude y terminamos juntos, ahora me preguntaba, ¿me volvería a enamorar? O ¿me negaría a aceptarlo por Allan?

— ¿Carolina? —dijo, Agustín, haciendo que volviera a la realidad. —¿Dije algo malo? —preguntó con cierta preocupación. Negué rápidamente, sus palabras no podían ser malas.

— Sólo dijiste lo correcto —dije con una sonrisa. —Vamos, tengo hambre —tomé su mano y lo lleve rápidamente conmigo, escuche su risa, lo llevaba prácticamente arrastrando.

— ¿Tanta hambre tienes? —preguntó riendo.

— Como no te imaginas —contesté de igual forma. Seguimos caminando hasta llegar al restaurante del hotel. Tenía tantas ganas de comer fruta, que en cuanto llegamos fue lo primero que pedí.

— ¿Sabes? Hace mucho me ofrecieron un empleo fuera del país —dijo, Agustín, cuando ya estábamos sentados en nuestra mesa con nuestros platos de comida.

— ¿Aceptaste? —él negó enseguida. —¿Porqué? —no todos desaprovechaban una oportunidad como esa, a menos que hubiera algo que realmente lo detuviera.

— No sentía que era lo que deseaba —dijo mirando su comida. —No me emocionaba irme y dejar todo, quizás no era el momento. Además, no te hubiera conocido —agregó mirándome. Sonríe.