The Drama of Problem [MAMP#4] #YoSoyAnarky2018

73. Ángeles caídos (Maratón 1/6)

Si quieres sentir un poco cómo sería estar dentro del libro, usa esta canción de fondo para el capítulo. Representa muy bien cómo lo describo.

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Pude sentirlo.

La adrenalina era simplemente incomprensible para mí, pero eso me ayudaría. Lo supe exactamente cuando una chica, de casi mi misma estatura, es mi primera oponente, sus demás compañeros ven la escena con diversión y en todas sus miradas distingo esa maña resuelta y temeraria. Mis amigos se mantienen agachados tras nuestra obvia entrada, pero no se mueven, era como si supieran que algo tenía que pasar para poder atacar. Eso no estaba tan lejos de comenzar, porque la persona que estaba frente a mí ya había lanzado su primer golpe. Cuando me percaté de que antes había tirado su arma, tenía en claro que estaba confiada y justo en la muñeca diviso un número parecido al de un código de barra. Era uno de ellos, quizá como yo. Cuando mi mejilla recibe el severo golpe por parte de la molesta rubia, mi rostro gira un poco. No dolió tanto, pero era porque yo era igual de fuerte que ella o podría tratar.

-Mi turno -mi cuerpo se balancea por unos segundos y, ante la mirada petrificada de la muchacha, mi pierna me eleva por los aires y logro contactar con su abdomen, lanzándola tan lejos como pude.

Cuando se levanta del piso tras haber sido arrojada violentamente hacia la pared, todos sus compañeros lo comprendieron, no pueden evitar temblar un poco al mirarme. Sabían quién era yo y eso me agradaba, ellos tenían en cuenta que subestimarme no era una opción, por lo menos si estaban enterados de que el experimento estaba también en mí o por lo menos un poco de esa cosa.

-Danna Henman. Es un placer -un chico de un metro ochenta aparece de entre los demás, al parecer le tenían respeto o infundía temor. Sus ojos parecían brillar por lo avellana que eran, pero sumamente apagados de cualquier sensación humana-. Qué pena tener que hacer todo esto -levanta su mano y todas las armas se dirigen hacia nosotros.

-Solo por cortesía antes de acabar contigo, ¿cuál es tu nombre? -siento a Katia sacar lentamente uno de los artefactos defensivos que mi tía nos había dado.

-Arturo -su sonrisa era desafiante.

-Pues toma a Excálibur, querido. La necesitarás -tenía pocos segundos. Según lo que podía oír en el intercomunicador, el otro equipo ya había avanzado.

-Necesitan apresurarse, pierden tiempo valioso.

La percepción del tiempo se hiso particularmente lento, era como ver en cámara lenta todo lo que pasaba. Desde que los enemigos tomaron sus armas en espera de que la rubia pudiera volver a ponerse de pie y estar frente a mí, presentía que debía apresurar las cosas.

-Que broma, mira como rio.

-No te creas tanto.

Este chico era un pequeño bache del camino al éxito.

-Que aburrido.

El pitido de aquella bomba de olor sonó tan fuerte que alarmó a todo el mundo y las balas comenzaron a pasar como estrellas fugaces entre todos nosotros. Cierro los ojos cuando oigo el sonido de la explosión, mis amigos y yo nos habíamos agachado porque esa bomba de olor engañaba a los sentidos, pero no llegaba a la parte de abajo, por suerte. Su composición la hacía extenderse hacia arriba. Quienes lo olieran tendrían problemas durante horas, eso lo comprobamos conmigo. Nos arrastramos por el suelo como si fuéramos soldados, creo que era así, pero de todas formas se nos escapaban risas cuando los contrincantes estaban bajo el efecto, algo somnífero, de esa bomba que los hacía volverse algo locos o hasta hablar incoherencias e imaginar cosas, de todas formas cubrimos nuestra nariz con ayuda del cuello alto que poseía el traje.