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Ambos niños se encontraban recostados en el césped del jardín, como era costumbre, Jimin encimado a su Hyung y este dejando suaves cariños en su espalda.
El color del sol hacia que el cielo fuera de un tono anaranjado hermoso. -Míre el cielo esta anaranjado.- Comentó el menor,a lo que su hyung solo asintió con la cabeza.
El momento era perfecto, todo en calma, hasta que el mayor se dispuso a hablar. -Oye, debo decirte algo Jiminie.- Dijo con un aire un tanto pesado.
El pequeño levantó la cabeza para mirarlo. -Mañana deberé irme.- Confesó el mayor. Sintió como Jimin se incorporaba de golpe y su corazón se comprimió dentro de su pecho.
-¿A donde?¿Por qué?¿Hasta cuando?- Salían demasiadas preguntas a la vez de la boca del pequeño que miraba a Yoongi con los ojos cristalizados.
El mayor tomó la muñeca de Jimin y lo obligó a acurrucarse con él nuevamente. -Me iré a Seul, mi madre debe ser transferida, será solo por un año, Minnie.- Dijo para voltearse a ver a su compañero.
Jimin limpió las lágrimas que caían de sus ojos y se sentó sobre las piernas de Yoongi. -Debemos aprovechar el tiempo que nos queda, hyung.- Dijo antes de acercarse a la boca del mayor y recibir el beso mas profundo que habían tenido ambos.
-¿Promete que no me olvidará?-
-Nunca podría olvidarte, pequeño.-
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