Un Fin Desolador

3 - Primeras doctrinas y pensamientos.

Un libro ficticio creado bajo la pluma de una persona mortal. Sin embargo; al llegar éste a mis manos a tan corta edad influyó sobre mí irrumpiendo y creando pensamientos que no se borrarían nunca y que marcarían mi doctrina espiritual en los años venideros. Y, casi sin darme cuenta; lento pero infalible me vi envuelto en una vorágine de libros de encantamientos y hechizos.
Me empecé a interesar por el satanismo que predicaba aquel fundador de la primera iglesia de Lucifer que firmaba con el nombre de "Antonio LaVey". Pero hasta esto me resultaba muy poco, mi ser estaba vacío y necesitaba llenarlo.

Los clérigos satánicos no me parecieron más que una tosca sátira a la iglesia Católica y las misas negras no eran para mí mucho más que un descabellado y primitivo ritual en el que la gente mal gastaba su tiempo.

Siempre sostuve que una guerra ideológica no se gana con gestos de diplomacia o predicando a los 4 vientos las reglas y los valores de una orden o en este caso una secta. Esto me resultaba totalmente contradictorio y latente de una fuerte fuente de hipocresía. Como bien dijo uno de los mayores estrategas militares de todos los tiempos; del cuál bajo su espada junto con sus soldados liberaron a 3 países de un yugo imperialista: "con humanidad y democracia no se salvan los pueblos".

Con el paso del tiempo no tarde en descubrir un movimiento pagano de origen noruego al cual injustamente se los tildaba de "Satanistas": se trataba de un grupo de jóvenes músicos que reivindicaban sus raíces genuinas; el cuál implicaba la reinvindación de sus dioses paganos y por ende el derrocamiento del cristianismo en los países escandinavos.

Me sorprendió la fuerza de valor y voluntad de tal grupo minorista con ideas tan sólidas dispuestos a luchar hasta la muerte por sus creencias. La declaración de guerra era clara y precisa, de forma que a finales de los años 80' y principios de los 90' transcurrieron años de una intensa profanación en el seno de la sociedad cristiana, que tuvo como principal hecho el incendio a las catedrales e iglesias; entre ellas estaba una pequeña y humilde pero muy emblemática iglesia de madera llamada "La iglesia de madera de fortun", dicha iglesia se redujo a cenizas bajo la furia pagana, haciendo desaparecer reliquias y tesoros que se encontraban en la estructura. El responsable haciéndose cargo de la situación y lejos de arrepentirse, pronuncio ante los tribunales la siguiente frase: "Los cristianos profanaron éste lugar, el cuál hace miles de años era usado por nuestros antepasados para rituales en honor a nuestros dioses. Entonces, ¿si ellos no respetan nuestro suelo ni costumbres, porqué respetar los de ellos?".

Otro antecedente que transcurre en la misma época pero en pleno territorio Germano tuvo como protagonistas a un grupo de paganos menores de edad; hacían traslucir sus ideas de igual manera por medio de la música, y llevando su acción más importante secuestrando para luego asesinar en el bosque por medio de un cable eléctrico a un judío. Éstos adolescentes disfrutaron ver a su víctima bajo tortura: los 3 adolescentes pasaron un cable eléctrico alrededor de su cuello y se quedaron observando cómo imploraba clemencia, como lloraba y suplicaba hasta quedar asfixiado. Al día siguiente volvieron de la escuela como si no hubiera pasado nada, y cuando una semana después fueron detenidos, confesaron con naturalidad haber asesinado "al indeseable".