Quizá por ingenuidad o por morbosa fascinación quise repetir algunos de estos actos. Pero para mí desilusión mis objetivos se vieron enormemente obstaculizados.
Como bien se sabe no es fácil escabullirse de la "justicia" (esta palabra bien marcada entre comillas ) cuando se trata del homicidio hacia un Judío. Pues, me hubieran tildado de anti-semita, neo-Nazi, o ultra derechista —o quizás de todas— sin embargo ellos pueden bombardear un país inocente semi-desarrollado, pueden llevar sus acciones sembrando mares de sangre, asesinando a mujeres, niños, hombres y ancianos pasando totalmente desapercibidos sin que la prensa en general le preste algún tipo de atención, haciéndole caso omiso o prestándole oídos sordos a estos actos de genocidio totalmente cobardes. Aquí bien queda al descubierto quienes son creadores de tan manoseada y equívoca palabra del concepto justicia en el mundo entero.
Por otra parte, el incendio hacia una iglesia lo veía mucho más factible, pero nuevamente me vi decepcionado al no encontrar compañero para llevar a cabo semejante hazaña. De haber podido hacerlo sólo por mi propia cuenta me habría sentido sumamente orgulloso al ver llamas danzantes sobre la iglesia bajo la luz de la luna, sin lugar a dudas eso me hubiera hecho deleitar de placer. Pero no tardé en apelar al sentido común; al darme cuenta que para una tarea tan compleja se necesitan al menos 4 hombres: el primero para vigilar, un segundo para flanquear la puerta y un tercero y un cuarto para apilar los bancos de madera cerca del altar mientras que el segundo se apresura a echar nafta u otro producto inflamable para que la madera arda. Por largos meses me vi en la busca de personas que compartieran mis mismos pensamientos, personas con valentía y con hambre de gloria. Pero mi búsqueda en encontrar reclutas fue totalmente un fracaso y no me quedó otra amarga opción que resignarme.
Esto me ponía verdaderamente furioso, ya que así como es imprescindible el pensamiento, también es imprescindible saltar a la acción, y dichas personas carecían de este último. ¡Ja! ¡Malditos cobardes! ¡Todos mis amigos me dieron la espalda hasta cuando quise jugar a un juego tan insignificante como lo es la Quija! ¡Sin embargo se consideran ateos los muy hipócritas! ¡Se mueren por curiosidad por saber si existen los espíritus o los demonios, el cielo y el infierno! ¡Pero cuando uno les propone hacerle frente a tales enigmas; se acobardan de tal manera que no bastaría con pegarle la cabeza contra la pared para que entren en razón!
A pesar de la pusilanimidad de tales personas y reduciendo mis pensamientos al que todos encontraban como una verdadera blasfemia me propuse callar a aquella vocecita interior que me empujaba a un abismo que podría haber terminado en hechos verdaderamente trágicos.
Fue cuando entonces les propuse a mis dos grandes amigos una invitación un tanto macabra pero a la vez sumamente excitante; ellos se encontraron llenos de curiosidad, quizás por puro misterio o quizás por cuyo sentimiento mórbido juntado a la sed de aventura... dichas cualidades, los llevaron a aceptar el paseo nocturno por un cementerio.
Cuyo paseo que habíamos planificado hace un buen tiempo atrás nunca lo pudimos concretar; por la simple y austera razón de que los cementerios de nuestra ciudad estaban plagados de vagabundos; en dicho caso no nos hubiéramos encontrado con nada magnifico ni paranormal, sino, con algún tonto proscrito que terminaría arruinando nuestra experiencia. Pero para nuestra suerte el pequeño pueblo en el que habitaba nuestro amigo tenía un gran y antiguo cementerio, así que nos propusimos llevar a cabo nuestra aventura en un pueblo totalmente deshabitado pero seguro.
No me acuerdo de que manera. Pero tras la tranquilidad que emanaba en el ambiente del autobús me quedé profundamente dormido.
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Un Fin Desolador
HorrorUn viaje siempre es motivo de entusiasmo. Y más cuando se cuenta con la compañía de 2 viejos y buenos amigos. Sin embargo; no todas las circunstancias se dan como prometen. Un simple viaje que pretendía reunir a viejos amigos, termina siendo motivo...