Cap. 36: KyoTsu

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Las cosas habían ido de maravilla para el matrimonio Di Arcobaleno, Luce era la que mas tranquila y feliz se veía ante la reconciliación de su testarudo hijo mayor y su nuera favorita (no le digan a Lal), así como ella estaban Aria, Lal, Viper y las niñas, todo el mundo daba gracias al cielo por dejar que tan hermosa pareja siguieran juntos.

Pero no todo podía ser color de rosas para nuestra pareja principal, mucho menos para los amigos de estos, el festival había terminado y tenían que regresar a Japón para terminar sus estudiar ya que esa había sido el acuerdo que acordaron las familias para dejar en un futuro que sus hijos vivieran en la capital. Tsuna era uno de los pocos que se sentía con nervios y miedo por su futuro que ya estaba decidido de cierta forma, pero aun así estaba feliz al saber que Kyoya no se alejaría de su lado y que lo seguiría queriendo después de todo.

Como última salida de despedida, se decidió entre todos los jóvenes hacer una parrillada en la casa de verano de la familia real, el único lugar donde podrían estar en paz por unas horas antes de que toda la locura del compromiso volviera llevándolos a la irritación total. Nadie entendía que eso solo le correspondía a su familia y a la de su prometido, no al reino entero.

La parrillada comenzó con un ambiente tranquilo y lleno de alegres risas junto a conversaciones lo bastante interesantes como para captar la atención del primer príncipe, nadie hablaba de los sucesos que habían pasado en las semanas pasadas y no querían ni recordarlos, eran recuerdos amargos que no mencionarían jamás ser mencionados en el resto de su vida. Una de esas conversaciones era de como la princesa I-pin no le era indiferente a los tiernos y tímidos halagos de Basil, lo que solo provoco una reacción de celos sobreprotectores de parte del padre alfa y sus hermanos mayores.

Era obvio que Reborn lo comento como forma de burla y de venganza, después de todo dentro de unos seis años su pequeño Tsuna se casaría con la imitación barata de carnívoro que era Kyoya. Además tenía que desquitarse con Alaude por los años que se la paso de sirviente de Giotto antes de que nacieran los gemelos, Fon solo era un daño colateral que no había previsto, pero resulto parte de la diversión, así que no se quejaba.

El castaño omega no se alejaba de sus padres, mas que nada por que sabia que si se iba con su prometido, su padre comenzaría a contar anécdotas vergonzosas a sus familiares y conocidos que no le vieron crecer. Ya había pasado una vez, no se arriesgaría a que volviera a pasar.

-Entonces volverán dentro de seis años -comenzo diciendo Giotto mientras miraba a su yerno.

-Si, quiero poder ayudar desde casa con los preparativos de la boda y Tsu-kun quiere entrar a una universidad, aún no sabe que carrera va a elegir, pero pues aún hay tiempo -respondio con una sonrisa amable Nana al tiempo que abrazaba a su hijo mayor.

-Yo sigo diciendo que no tiene que estudiar nada de eso, para eso están los profesores de la familia Arcobaleno -al oir las quejas de Reborn, su esposa e hijo pusieron los ojos en blanco por la terquedad del mayor.

-Ya hemos hablado sobre eso Reborn -dijo la Omega mientras miraba con seriedad a su esposo- Tsu-kun quiere estudiar en la universidad, Kyo-kun no ha rechazado la idea y creo que la apoyará con mucha fuerza.

-Despues de todo Kyoya está cursando su quinto semestre en administración y economia -recordo Giotto con orgullo- dice que aún si es un príncipe, sigue siendo un ciudadano de Vongola y es necesario que él sepa de administración para cuando sea coronado rey. -Ante aquello, Reborn no podía refutar nada, sería mil veces mejor que el príncipe heredero tuviera más bases en administración una gran empresa como lo es un reino, más si tenían ciertas marcas de ropa conocida a nivel mundial.

Por su parte Tsuna se ponía a pensar en lo que los adultos acababan de decir. Era cierto que aún no sabía que carrera elegir o si iba o no ha asistir a una universidad, pero él creía que aún faltaba para eso y como aún tenía quince casi dieciseis años no le ponía importancia. Después de todo ya tenía un futuro casi asegurado y una vida relativamente cómoda en cuestiones de economía y bienestar para su futura familia.

Miro desde lejos a su ahora prometido, verlo fruncir el ceño ante las provocaciones de Mukuro o las bromas sin sentido de sus demás amigos, el como veía de reojo a Basil junto a la pequeña I-pin. Sentía que podía llegar a enamorarse profundamente de ese joven hombre, después de todo, solo se sentían muy atraídos y con el deseo de hacer funcionar esa hermosa relación que estaba apenas comenzando.

Poco tiempo después, la fiesta fue terminada con la bendición de Luce y Aria como representantes de la familia Arcobaleno, deseando un futuro brillante a los futuros esposos junto a unas palabras sobre la paciencia y el progreso como algo que debían de tener en cuenta, pues después de todo, ambos ya estaban enlazados por el destino.

Nadie entendió lo último de la forma correcta, pero eso no lo iban a explicar ellas, tenían que averiguarlo por ellos mismos.

Despidieron a todos lo invitados quedando solo la familia real junto a la familia de Tsuna, si abuela, tíos y primos se había retirado con anterioridad por asuntos de la organización y problemas con algunas cosas que no decidieron mensionar, así que solo quedaban sus padre y hermano menor para acordar los últimos detalles de su viaje de regreso y los horarios de comunicación de los jóvenes comprometidos. Tsuna aún no comprendía del todo lo que estaba pasando a su alrededor, pues hacía casi medio años que juro no ser parte de una relación tan problemática (como la había catalogado en ese tiempo) con el príncipe heredero u ser conocido como el próximo rey Omega, seguía creyendo que era un sueño y todo se desvaneceria en un abrir y cerrar de ojos.

-Verte así se callado me preocupa un poco -escucho el susurro de su compañero.

-Solo estaba pensando en que todo esto es demasiado fantástico y muy salido de novela romántica para ser cierto -se recostó en el hombro de Kyoya y cerro los ojos, dejando que las voces de los adultos le arrullaran un poco- siento miedo por lo que nos depara el futuro.

-No deberías pensar en dos ahora Tsunayoshi -el príncipe la abrazo por la cintura tratando de abrigarlo- Sea lo que nos espere en ese futuro, lo afrontaremos juntos y demostraremos que nuestro amor puede superar hasta el mismo destino.

Tsuna no dijo nada más, solo asintió con si cabeza y se dejó llevar por el cansancio que sentía de aquel día tan agotador. Tal vez debería de dejar de preocuparse por un futuro incierto y mejor vivir el presente sin dejar que nadie le hiciera bajar la cabeza, ahora era el prometido del principe, estaba seguro que de cierta forma su actual estatus le permitiría un poco de paz.

Volver a Japón y esperar seis años para casarse con el hombre que le estaba brindando protección y calidez en ese momento. No sentía que fuera mucho, seis años pasarían volando gracias a su nueva agenda de actividades creada recientemente por su madre y el rey Gioto.

Serían seis años bastante agotadores y llenos de experiencia.

El Omega Del Rey #PSY18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora