Ritual y consejos

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Al Poco tiempo el duende regresó con con otros 20 duendes.

- señor Potter, síganos por favor

Harry se levantó y siguió en silencio a los duendes por un angosto pasillo que los llevó hasta una habitación oscura, de un ambiente siniestro.

- Por favor señor Potter coloque se en el centro, haremos un antiguo ritual a la gran Diosa para librarle de esas aberraciones que le han colocado en su cuerpo- Harry obedeció sin dudar, estaba deseoso librarse de aquellas aberraciones como el Duende había llamado tan acertadamente, una vez colocado en el centro de una compleja estructura geométrica, los duendes del circulo exterior comenzaron a entonar una lúgubre letanía en un idioma que parecía muy antiguo y áspero,  los duendes del circulo interior comenzaban a caminar en dirección contraria a las ánimas del reloj mientras liberaban toda su magia, mientras que los duendes del círculo estreno hacían lo mismo en dirección contraria, pronto el lugar se llenó de magia, una magia poderosa y oscura, tan espesa que apenas permitía respirar pero que aun así extrañamente no era desagradable.

una luz, dulce, cálida y liviana rodeó a Harry,  a la vez que un fuerte dolor se apoderaba de su cuerpo haciéndolo caer mientras extraños vapores salían lentamente de su cuerpo, estos se negaban a salir, rodeándolo y aferrándose a su cuerpo, pero poco a poco iban desapareciendo de su cuerpo y mente, siendo destruidos por aquella extraña luz.

Harry no supo cuanto tiempo paso desde el comienzo del ritual, pero su cuerpo no dejaba de doler, como si lo hubieran golpeado durante días.

-Señor Potter hemos terminado- aviso uno de los duendes, con una mirada de sorpresa y respetó - he de decir que me sorprende señor Potter, la mayoría de criaturas ya sean mago o no se hubieran desmayado y probablemente hubiesen estado 1 o 2 días inconscientes ¿puede caminar o necesita descansar?

- No, estoy bien, algo dolorido, pero puedo caminar, gracias por todo - No tenía mucho conocimiento sobre los Goblin, pero parecían una especie poderosa por lo que no quería parecer débil o irrespetuoso.

- De nada señor Potter, si está bien entonces podemos seguir con el resto de trámites.

de vuelta en aquel lujoso despacho El duende entregó una poción revitalizadora que hizo que Harry se sintiera como si hace unos instantes no hubiera pasado nada, el duende le informo que podía hacer uso de toda sus herencias ya que al parecer de todas ellas él era el único heredero  con vida, libre y con la suficiente magia para considerarlo digno, por lo cual  ninguna lo había rechazado, tomó la decisión de vivir en uno de los apartamentos del callejón Diagon, la cual sería desde ahora en adelante su casa.

Una vez salido del banco Harry fue a la que ahora sería su casa, viendo que todo estaba en orden y que los elfos de los Potter habían hecho un excelente trabajo se dispuso hacer lo que hasta ahora tanto había deseado ir de compras, pero primero era lo primero.

Después de comer y darse una ducha relajante Harry ya estaba listo para hacer sus compras, pero siguiendo los consejos del duende, decidió ir primero a san mungo, tendría tiempo para ir a comprar, todavía le quedaba un mes y medio para ir a hogwarts, realmente deseaba ir, conocer el castillo y descubrir todos sus secretos pero odiaba la idea de estar meses en el mismo lugar con Albus Dumbledore, esperaba que no notara demasiado pronto que sus planes no iban as salir como él había planeado.

con estos pensamientos se encontró frente a un edificio que parecía a punto de desmoronarse, estaba lejos de parecer un hospital, siguió caminando mientras se preguntaba por qué los magos tenían esa extraña fascinación por construir edificios que parecían que se iban a desplomar de un momento a otro sin remedio.

- Hola, tenia cita con el doctor Mcfrerttyh- sin duda debía agradecer a sus elfos su alta competencia, no quería volver a ser arrollado por una masa eufórica por tener que dar su nombre en recepción.

La mujer miro en un pergamino que estaba a la altura de sus ojos parecido a un ordenador muggle.

-Muy bien diríjase por el pasillo verde gire a la derecha tres veces, siga recto y luego gire a su izquierda verá unas escaleras baje hasta la segunda planta y siga todo recto gire a la izquierda y después a la derecha luego verá nuevamente unas escaleras, siga bajando y gire a la izquierda camine hasta finalizar el pasillo y gire por última vez a la izquierda hay adentrarse en el pasillo azul y gire a la derecha dos veces luego camine recto y por último gire nuevamente a la derecha y  encontrará la consulta de su doctor, no tiene pérdida.

No tiene pérdida?? tras esas palabras él mucha o no pudo evitar cuanto tiempo había trabajado esa amable recepcionista en aquel lugar pero a juzgar por el " no tiene pérdida" habrían de ser muchos muchos años.

Tras despedirse con un gracias, suspiro y se dispuso a adentrarse en aquellos laberínticos pasillos, descubriendo así el gusto de los magos no sólo por los edificios a medio derrumbarse sino también su afán por los laberintos.

Estuvo apunto de perderse varias veces pero al final consiguió llegar.

Se en ti en una de las sillas de la sala de espera, no tuvo que esperar mucho a que una mujer joven saliera a llamarlo.

-Señor Potter puede pasar.

Sin mediar palabra Harry se adentró en la consulta seguido por la mujer quien se sentó en una mesa junto con la de el doctor mientras él se sentaba en la camilla

-Señor Potter sus elfos ya me pusieron sobre aviso de su situación, no se preocupe todo lo que se diga aquí está sujeto a confidencialidad y estamos sujetos a un hechizo que nos impide romper dicho juramento.

Sin más palabras sacó su varita y comenzó a lanzar hechizos no verbales, cada vez que el doctor lanzaba un hechizo su expresión se volvía  más dura, no pudo evitar ponerse nervioso no quería decir una noticia parecida a la del Banco ni pasar nuevamente por un ritual como aquel, con uno habia tenido más que suficiente.

-Bien señor Potter, al parecer no ha tenido usted una vida tan idílica como cierto mago nos hizo creer durante todo este tiempo,por suerte los duendes hicieron un buen trabajo, pero usted tiene secuelas de mala alimentación en sus primeros años de vida que no sólo afectan físicamente sino que afectaron al desarrollo de su núcleo mágico, aún que poderoso debería serlo aún más y su vista debió ser mejor atendida esas gafas no son las adecuadas pero no se preocupe le corregirme la vista en un momento mientras mi ayudante recoge las las pociones que habrá de tomar para fortalecer su núcleo mágico y eliminar las secuelas de la malnutricion tanto de su cuerpo como de este, en un par de semanas estará como siempre debió estar, túmbese señor Potter.

Al fin podría quitarse esas ridículas gafas, se tumbó en la camilla de buena gana, tras tomar la poción que le había dado la enfermera, no tardó en quedarse dormido.

El medimago realizó complicados hechizos sobre los ojos del muchacho, él sabía que los muggles tenían sus propios métodos para corregir los problemas visuales, los problemas del muchacho no debieron agravarse de ese modo, en un par de años se hubiera quedado ciego, la única forma que pudiera ver con esas gafas era sin duda gracias a su magia.

-Señor las pociones están listas, ¿desea que despierte al paciente?- el doctor pensó por unos segundos pero opto por dejarlo dormir 10 minutos de descanso no hacían mal a nadie, no es que los hechizos que se le habían llevado a cabo fueran muy invasivos, pero el descanso le vendría, bien aunque solo fuese por 10 minutos.

-Mejor inscribe los daños que presentaba en un documento oficial para que el señor potter pueda guardarlos en caso de que en un futuro quiera demandar al despojo de Albus Dumbledore.

Cuando Harry despertó el doctor le explico todo con referente a las pociones que habría de tomar, junto con los documentos donde se especifican los daños, aunque harry prefirió enviarlo a Gringotts, no confiaba demasiado en el ministro de magia, su instinto nunca lo había traicionado y no confiaba demasiado en esa institución, que fueran magos no significa que no pudieran ser tan corruptos o incluso más que los de el mundo muggle

Harry Potter y la magia libreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora