CAPITULO 7: AÚN NO

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La joven se asustó, temblando respondió
- ¡No! Estos judíos usurparon mi casa.
Raynard la miró y le dijo a su padre
- Déjala padre, es obvio que ella tiene razón, las asquerosas ratas judías son capaces de todo.
- Espero que tus padres no tengan problema de que te hospedes en nuestra casa. Dijo Adler riendo
- Vamos, así puedes acomodarte tranquila en nuestra casa. Susurró Raynard al oído de la joven mientras la tomaba de la mano y la arrastraba hacia el auto.
Subieron al vehículo y partieron devuelta hasta la casa de los Schudentmeiger, mientras iban en camino Adler preguntó.
- ¿Que harás con tu ropa? No tienes ninguna otra más que la que estás usando ahora.
Agneta no sabía que hacer, ya no le quedaba dinero, entonces respondió
- Emmm, yo puedo estar con esta ro...
- Usará la que le pertenecía a mi madre, claro, si la quiere. Interrumpió Raynard.
Llegaron a la mansión, bajaron del auto y se dirigieron a la entrada para luego ir al antiguo vestidor de la madre del joven. Al entrar a la sala de estar de la mansión y atravesar un pasillo llegaron al fin a una gran habitación llena de vestidos y zapatos de todo tipo.
- Pruébate el que más te guste, en mi habitación te espero. Le dijo el muchacho mientras cerraba la puerta del vestíbulo. El joven subió a la habitación esperando a que Agneta se termine de vestir, subió se quitó los zapatos, la corbata, se abrió los dos primeros botones de la camisa y se lanzó sobre la cama a mirar el techo; pasó un tiempo hasta que Agneta aparezca con un hermoso vestido de color rojo como una rosa.
- Te ves muy bella vestida así. Dijo Raynard mirándola de pies a cabeza, la joven rió y se sentó en la cama junto al muchacho.
- Me impresiona que una chica como tú me haya prestado atención. Le dijo el joven Alemán mientras la miraba fijamente con sus ojos celestes.
- ¿Por qué lo dices?. Preguntó Agneta
Raynard, abrazándola le respondió
- Porque eres muy hermosa, eres la mujer perfecta.
La muchacha se sonrojó mucho, giró la cabeza y lo besó.
- ¿Que opinas de que comencemos a ser novios? Preguntó el joven sonriendo y tomando de la mano a su pareja.
- ¡Me encantaría! Pero aún no Raynard, todo está yendo muy rápido, quiero que nos conozcamos más y cuando nos conozcamos bien aceptaré con gusto tu propuesta. Contestó viendo a los ojos al muchacho, los ojos de él se desviaron un poco de la mirada de la chica, como si se hubiera enfadado; mirando hacia otro lado las únicas palabras que soltó fueron.
- Y sobre conocernos... ¿por qué no comenzamos ahora?

Amor tras la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora