Uniendo fuerzas

279 20 1
                                    

—¿Hablas enserio?—preguntó con incredulidad el chico, del cual aún desconocía su nombre. Aún seguía bastante cerca de su cuerpo y desde aquí podía notar grandes manchas negras debajo de sus ojos. Es raro que en un Caído aparecieran, y según me dijo Kim, surgen cuando los humanos no duermen lo suficiente, entre otras causas. Pero eso no es normal en un Caído...

—Sí, pero antes tienen que pasar por un exhaustivo interrogatorio —sonreí, sentándome a su par. Él frunció el ceño sin apartar la mirada de mis ojos, antes de asentir lentamente—... Comenzando por tu nombre. Sus nombres.

Miré a mi equipo, notando que los únicos dos presentes eran Kim y Mike, lo cual realmente me tranquilizaba: no sabía que pasaría si ellos no son lo que dicen ser. Volvi la vista al muchacho a mi lado, el cual enseñó una perfecta sonrisa antes de enderezarse en su puesto. Pude notar que la herida de su brazo iba sanando lentamente, tal como se suponía que debía ser.—Ky.

Hubo un largo silencio, el cual no sabíamos como llenar. Pensamos que iba a haber más, pero no. —¿Eso fue todo?—dijo Mike, llamando la atención—. ¿Solo... Ky?—asintió el chico—. Bueno... por lo menos es fácil de recordar.

—¿Cómo se llama?—preguntó Kim, cruzándose de brazos mientras esperaba su respuesta.

Mike procesó la información antes de hablar. —Carter.

—Lo haces a propósito.

En el rostro del chico se veía el nerviosismo puro, a lo que él asintió.—Sí...

Ignorando esa escena innecesaria, volví la vista a Ky, quien terminó de nombrar a sus compañeros.—Ellos son Jet, Lee, Eren y Armon. También Caídos como nosotros.

—Claro está...—pensé en voz alta, aún cuando no quería que los demás escucharan.

—Ellos también son caídos, ¿no?—preguntó, indicando a Kim y a Mike con la cabeza—. ¿Cómo los encontraste?

—Son humanos —aclaré, cruzándome de brazos.

Ky rió suavemente, pensando que era broma, pero al notar mi rostro serio se dio cuenta que no lo era.—Pero los humanos son muy débiles.

En menos de dos segundos, Kim había desenvainado su katana para así ponerla en el cuello del chico, cortándole un poco en una de las esquinas, produciendo que sangrara.—¿Qué dijiste sobre los humanos?

Él volvió a levantar las manos en forma de rendimiento, antes de cerrar los ojos. —Está bien, está bien. Me retracto.

Con una sonrisa complaciente, Kim guardó su espada y volvió a tomar su pose tranquila.—Eres como un monstruo raro...—dijo Mike, confundiendo sus ideas y diciendo lo primero que vino a su mente.

—Si no quieres que te corte en pedacitos, cállate—le contestó, algo cabreada pero sin perder su compostura. Ya en estos días se había dado cuenta que no podía lidiar con Mike, aún cuando intentara. 

—Son mejor de lo que parecen... Pero ese no es el punto—dije, acercándome más a él—. Todavía no termino de preguntar —miré a los demás para luego volver la vista a él, seriamente—. ¿Qué pasó con su base? ¿Por qué quieren tanto una?

 —Ya lo dijimos —llamó la atención uno de sus amigos, el cual creía que era Eren—. Fuimos atacados por los Ángeles...

Lighers, ¿no? —le interrumpió Kim, cruzándose de brazos.

—Parece que les informaste bien —Ky me sonrió al mismo tiempo que se enderezaba.

—...Y perdimos nuestra base —continuó el chico donde había quedado, frunciendo el ceño al haber sido interrumpido—, junto con nuestro escuadrón completo.

Un chico se levantó, alejándose de nosotros en dirección a las pantallas con las cámaras.—Lighers no sigue buscando —contribuyó Jet, quien ya había recuperado la fuerza después de esa paliza—. Y necesitamos un lugar donde quedarnos.

—¿Y poner en riesgo a mis chicos? ¡Ni hablar! —me levanté enojada para mirar a todos los presentes con odio, aún cuando no habían hecho nada malo. Recordé que Rachel seguía por ahí junto con Roquet y si algo les pasaba por culpa de estos chicos desconocidos, no me lo perdonaría... y menos a ellos.

—Ahí está el punto —Ky se levantó para quedar frente a mí. Ahora que estaba relativamente bien, podía notar que era varios centímetros mas alto que yo y mucho más musculoso—. Buscamos unir fuerzas, ¿entiendes? Tú nos proteges y nosotros a ti y a los tuyos. Una alianza — de repente, su rostro cambió completamente, dando a entender que hablaba enserio sobre todo esto—. Lighers se hace cada vez más fuerte y nosotros comenzamos a disminuir en número. Lo sabes. Por eso tenemos que mantenernos juntos ahora que podemos.

—¿Cómo sabes que somos pocos? —pregunté, analizando la información—. ¿Conoces a más Caídos?

 Ky asintió, sin apartar la vista de mí. —Para eso son las bases. Las usamos para comunicarnos con los demás cuarteles y...

—Espera —Mike recién comenzó a unir los puntos, pensando lento como siempre —. ¿Hay más Caídos en el mundo?

Kim y yo nos pegamos en la frente con la palma de la mano ante su comentario, al cual decidimos las dos ignorar, pero parecía que Ky se lo tomó bastante enserio. —Hay miles de Caídos alrededor del mundo, mi buen amigo. Pero si nosotros somos miles, los Ángeles son millones y los Demonios un poco más. Nosotros no nos podemos quedar Caídos para siempre, y son escasos los que deciden firmar el contrato con un Ángel, por lo tanto, los que sobran se convierten en Demonios, algo que Lighers quiere evitar.

—Pero Lighers nos quiere exterminar —solté, cruzándome de brazos—. ¿Y tú crees que uniéndonos nos servirá para acabar con ellos? 

 Él negó, mostrando una sonrisa triste. —No, pero es mejor que estar separados, ¿no crees? —solté una risa burlona ante el comentario. Era cierto, pensé. Es mejor que estar separados. —¿Entonces? —Ky extendió su mano en mi dirección, sonriendo—. ¿Qué dices?

Miré a mi grupo, los cuales asintieron al igual que yo pensaba hacer. —Confiaré en ustedes. Bienvenidos a casa.

De improviso, Ky me agarró de la cintura para levantarme en un abrazo en forma de agradecimiento.—Gracias... 

—Skyler —dije, sonriendo al mismo tiempo que me dejaba en el suelo—. Ese es mi nombre.

Ky también sonrió, enseñando una perfecta hilera de blancas perlas. —Un lindo nombre para una linda chica.

Reí suavemente, alejándome de él. —Si vas a coquetearme, deberías hacerlo mejor que eso —ya lo bastante lejos de su alcance toqué mis mejillas, notando como ardían. Nunca nadie me había coqueteado, tampoco estaba tan atenta al amor cuando era Ángel, debido a que mi prioridad era ser un Ligher, pero ahora... aquí, es diferente.

...Este será un largo año.

El traidor (La caída del Cielo #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora