Gabrielle, siempre fue hermosa, cabello negro, piel blanca, ojos azules.
Cualquier hombre iría tras ella; sin embargo, su vida no fue tan perfecta, como ella.
Sus padres, controladores y religiosos, siempre la habían educado para el bien y vaya que ella los había obedecido al pie de la letra.
Hoy se encontraba en su casa, preparando la cena, tras un frustrante día en el trabajo.
Estaba cansada, pero su esposo era un tanto especial.
De pronto el teléfono sonó.
– Habla Gabrielle Hodges, ¿con quién tengo el gusto y en que lo puedo ayudar? - dijo con su labia perfecta, pues para ser latina, dominaba el inglés a la perfección.
– Hola señora Hodges, soy el contratista José, su esposo llamó el día de ayer, mencionó algo sobre unos aspersores que necesitaban cambiar debido a una falla.- se escuchó del otro lado de la línea.
– ¡Ay si! Esos aspersores solo nos causan problemas, ¿cuando podría venir?
– Bueno, podría ser mañana por la mañana.- ella revisó su agenda mental y no tenía nada que la ocupara por la mañana, pues aunque trabajaba, ella era la jefa y solo necesitaba asistir a su trabajo tres veces a la semana.
– Está bien, me parece Perfecto.
– ¿Quién me recibirá?
– Oh, esta vez seré yo.- dijo despreocupada, tenía alrededor de 6 meses con ese contratista y nunca lo había visto.
– Bueno, señora Hodges, gracias por su tiempo, nos veremos mañana.
– Que tenga un excelente día José.- y colgó el teléfono.
Siguió con su tarea de la cena y se preguntó el por qué se esforzaba tanto en hacer una comida que de todas formas no sería agradecida de la manera adecuada, pero le importó poco y continuó.Dejó el pollo en el horno y se sirvió una copa de vino, últimamente esa bebida era lo único constante en su vida.
Su marido nunca estaba, mas que en la noche, sus dos hijos, uno de 22 y el otro de 20, ya no vivían con ella, sus amigas también se encontraban, pero cuando ellas no tenían tiempo, solo eran ella, una copa de vino y sus 45 años de recuerdos.La alarma del horno sonó y ella fue a poner la mesa, antes de sacar la comida; cuando el último cubierto fue bien colocado, la puerta de la entrada se escuchó, al igual que la voz de su marido.
- Michael, llegaste.- dijo ella cuando estuvo a su lado, para luego abrazarlo y darle un beso en los labios, que más que un gesto de aprecio era costumbre.- preparé la cena.
Michael Hodges, era su esposo, un gran empresario americano, que se había casado con ella hace 10 años, sí, era su segundo esposo, pues el primero que tuvo, el padre de sus hijo, había fallecido de cancer.
- Bueno a cenar.- dijo una vez se quitó su saco y dejó su maleta cerca de la puerta.Fueron hasta la mesa y ahí sirvió todo, ella quería tener todo perfecto, era como la barbie castaña, que trata de ser igual que la original.
– ¿Cómo te fue en el trabajo? - dijo para romper el hielo, pues aunque eran marido y mujer, últimamente parecían dos extraños.
– Bien, no quiero hablar de nada, solo quiero comer, ¿Si Gaby? - ella un tanto decepcionada, calló, levantó su plato, copa de vino y se fue de la mesa.-
– Cena solo entonces.- dijo molesta, pues sabía que había problemas; sin embargo trataba de arreglarlos, pero la actitud de su pareja no ayudaba en mucho.Ella tenía miedo, pues, después de salir de la casa de sus padres, todo había sido un tanto perfecto para ella, y que pasara esto la asustaba y mucho.
Terminó su comida y se dirigió a la cocina a dejar su plato, donde al comenzar a lavarlo, Michael llegó y solo dejó el suyo sin agradecer.
– Te pido de la manera más amable que laves lo que ensúciate, pues con esa actitud no pienso ayudarte en nada.
– Vamos Gaby es solo un plato.- dijo frustrado.
– Y hace rato, solo estaba haciendo una pregunta, pero tú no quisiste contestarla y ahora yo no voy a lavar tu plato.- subió el tono de su voz.- así que lava tu plato por qué yo no lo quiero lavar.- secó sus manos en el mantel y luego lo quitó de su cintura, para salir de la cocina, el intentó detenerla.- no me toques.- mencionó levantando las manos.- y dormirás en él sofá hoy.- fue lo último que dijo antes de subir las escaleras y aventar unas mantas y almohadas, junto con la pijama de Michael, por estas mismas.Se sentía frustrada, era algo que no estaba dentro de sus planes, pero ya llevaban así más de tres meses y temía mucho por lo que vendría después.
No era nada económico, pues era su casa, tenía un excelente empleo y le iba muy bien, sino de todo lo que la gente podría llegar a decir sobre ella y su divorcio.Si a algo le temía Gabrielle Hodges (o bueno en su mente estaba acostumbrándose de una vez, a usar su apellido de soltera, Gabrielle Caballero), era a lo que la gente pensara de ella.
Siempre había sido correcta y parecía como perfecta ante los demás.
Y no quería que esa imagen fuera perjudicada, pero su marido hacía que todo fuera demasiado difícil.– ¡Vamos Gaby! Mañana tengo una importante reunión, no puedo dormir en el sofá.- le reclamó su esposo.
– ¡Vete a la mierda!.– recitó en español y él sabía bien, que cuando eso pasaba era mejor dejarlo por la paz.Ella se recostó en el colchón y frustrada gritó en la almohada, estaba cansada de esto, de su vida, de tener que parecer perfecta, de su estúpido esposo y de sus hijos que solo la buscaban cuando necesitaban dinero.
Ella necesitaba un escape, pero no sabía cómo dárselo.
Pensando en ello, se quedó completamente dormida.
********
Bueno amixes, así comienza una historia más, de este su perfil.
Contestando dudas, sí, la novela sí es con José, ya pronto se darán tinte de que tratará bien esta novela.
Si me ayudan con un voto y comentario, las amaría demasiado y no se olviden pasar por "Un Sitio En tus besos" que estamos escribiendo LichaLaChida y yo, que cada vez se pone más y más interesante.
Las tkm 💖
ESTÁS LEYENDO
Mayor que yo
FanfictionA mi no me importa que usted sea mayor que yo, hoy la quiero en mi cama y no malinterprete mi intención, es que no aguanto las ganas, dame u chance.