Eva esperó paciente a que su amiga bajara y cuando lo hizo la miró con complicidad.
– ¿Por qué me miras así? - dijo la latina al sentarse frente a ella.-
– Te gusta ese joven y no me lo vas a negar.- Gabrielle hizo un sonido con sus labios alargando un "pf", todo los ojos y sus mejillas se tornaron de un color rojizo.-
– Claro que no.- sus movimientos se entorpecieron y tiró un poco del vino blanco en el suelo.- ¿Por qué dices eso?
– Dios mío Gaby, se nota a kilómetros y tú también le gustas a él, invítalo a salir.
– Estas loca, ¿y si me rechaza? Soy 15 años mayor que él.
– Entonces si te gusta.- mencionó su amiga para luego morderse la lengua.-
– Pues es guapo, joven y tiene algo que me hace sentir con diez años menos.- le sorbió a su copa.
– Invítalo, no se negará, se lo que te digo.-La conversación termino ahí, pues luego comenzaron a hablar de diferentes temas del trabajo y de sus familias.
Mientras Gaby despedía a Gabrielle de su casa, José bajó del piso de arriba, con la cara y las manos llenas de pintura.
– El cuarto de visitas ya está listo.- le sonrió.- solo faltaría el tuyo, pero ese lo hago mañana, ahorita no quisiera incomodarte y que durmieras en otro cuarto que no fuera el tuyo.- volvió la sonrisa a su rostro.- ahora solo limpiaré la habitación, los muebles los acomodo mañana que venga temprano, por qué hay algunas partes que aún no están secas por completo.-
– Si, no te preocupes José.- le devolvió la sonrisa.- te ayudo a limpiar esas brochas.- se refirió a las que llevaba en las manos.-
– No, no quiero que ese atuendo tan bonito que traes se te manche Gaby.- y ella se sonrojó.- aparte, la pintura es de aceite, las limpio en mi casa, deja las pongo a remojar en aguarrás y ahorita si me puedo lavar las manos, estaría perfecto.
– Claro que si.- El joven salió de la casa, tardó unos minutos en dejar las brochas y luego volvió con ella.- Ven, acá puedes lavarte las manos.- lo guío hasta un fregadero que se encontraba en la lavandería y ahí pudo apreciar al chico desde atrás, Dios, pensó, pero antes de calentar más su mente el timbre sonó.- Iré a abrir, vuelvo enseguida.Ella se dirigió con paso lento hasta la puerta principal, cuando la abrió se encontró con una rubia candente, con no más de 30 años.
– ¿Te puedo ayudar? - dijo estupefacta, la chica era muy linda.
– Si, ¿está José aquí? - preguntó con una voz chillona.
– Si, se encuentra lavándose, ¿quien lo busca?
– Soy su novia, él me dijo que estaría aquí y lo vine a buscar.- no supo si simplemente su voz era demasiado irritante o la palabra novia la enfureció.
– ¿Tiffany? – Se escuchó la voz de José detrás de las mujeres y Gabrielle se hizo a un lado.-
– ¡Cariño! - dijo emocionada y corrió hasta él.-
– Adelante pasa.- dijo sarcásticamente Gaby, pues la chica pasó sin ninguna invitación.-
– Tranquila, perdón Gaby, esto no. Lo siento mucho.- dijo apenado y jaló a la chica del brazo mientras le susurraba regaños en un tono no tan bajo.- Te he dicho que no me vengas a buscar a casa de los clientes.-Y entonces Gabrielle se puso a pensar que ella era tan idiota, claro que José tenía una novia joven, era apuesto, trabajador y con ganas de superarse, estaba loca si creía que había algo más entre ellos dos, por esto no le hacía caso a Megan, y ella haciéndose ilusiones, que estúpida era.
La rubia subió a la camioneta de José, mientras él regresaba a la puerta con Gaby.
– Perdóname por todo esto, en verdad, le he dicho millones de veces que no se aparezca en los trabajos, me puede afectar mucho y no quisiera perder clientes, mucho menos a usted, es una muy importante.
– Si, solo soy un cliente importante.- dijo un tanto desanimada.
– Bueno, tu aparte de eso podría considerarte una amiga.- ella levantó su mirada y se encontró con una hermosa sonrisa blanca.- okay, yo mañana vuelvo para comenzar a poner la pintura en el cuarto principal.
– Hablando de eso, mira yo mañana tengo un viaje de negocios, me voy a Los Ángeles una semana, me gustaría que vinieras cuando yo regrese, peor mientras no estoy, te encargo mucho el jardín y las plantas dentro de la casa.- le entregó una copia de la puerta de atrás.- es de la puerta de la cocina.
– ¿Los Ángeles? Vaya, y ¿que harás? – dijo mientras metía la llave en su llavero.
– Me encantaría contarte, pero te esperan en tu auto, será cuando vuelva. Nos vemos José.- y cerró la puerta sin decir nada más.Se sentía frustrada y como una idiota, estuvo a nada de invitarlo a cenar, que bueno que no lo hizo y sería mejor olvidarse del tema de hacerlo, pensó, es 15 años menor y tiene novia.
Razones suficientes para no hacerlo.*
Una semana y media después, ella regresó de su viaje en Los Ángeles, los banquetes que sirvió en todos los eventos en esa semana en aquel hermoso estado, la habían dejado con más ganas de expandir su empresa.
Dejó las maletas en la sala de estar, se quitó los tacones y así con su falda, para solo quedarse con su camisa de botones y las pantis, se sentía libre, en su casa.
Estaba mirando a través de la ventana, no se veía nada hacía afuera, las cortinas solo reflejaban su silueta, todo era normal en el vecindario, su plantas se veían mejor que nunca.
Se quitó la camisa también y entonces un estruendo la hizo voltear asustada.– Gabrielle.- su contratista la estaba viendo en solo ropa interior.- Yo lo siento mucho.- se giró de inmediato y ella se apresuró a ponerse la camisa y la falda.- no sabía que llegabas hoy y yo, demonios acabo de mojar el piso.- dijo mientras recogía la regadera de las plantas que se le había resbalado de las manos al verla casi desnuda.
– Ya puedes voltear.- dijo apenada.- Yo no te escuché llegar y casi nunca hago esto, Dios, pensarás que soy una nudista.- su cara estaba completamente roja.
– No, no, yo igual fue mi culpa, no estaba enterado y como sólo venía a regar las plantas, bueno por eso solo entré.
– Ya, fue culpa de los dos, nos confiamos y bueno, sigue haciendo lo que hacías, yo iré arriba a cambiarme y de una vez te pago estos días que estuviste ayudándome.- dijo tomando sus zapatos del suelo, quiso tomar la maleta pero José se le adelantó.
– Te ayudó a subir la maleta y luego regó las plantas.
– Gracias.- subieron los dos juntos, pero en cuanto dejó la maleta en el cuarto él bajó de inmediato.Ella se colocó una pijama de seda, una camisa y un short, pues tenía sueño y quería descansar en su cama, encima de esta una bata de color rosa para bajar a pagarle a José.
Cuando bajó vio como José regaba las plantas.
– Bueno, es hora de la verdad, ¿cuanto me vas a cobrar por haberme ayudado esta semana? - preguntó mientras sacaba su chequera de su bolso.
– Por la semana y media de trabajo son 700 dólares.
– Me parece razonable, espero y no me estés cobrando menos como la otra vez.- mencionó acusadora mientras llenaba con la información el cheque.
– Por eso no te preocupes Gaby.- soltó una carcajada.-
– Pues, es la verdad, cóbrame lo que es, así le podrás comprar cositas chulas a tu novia.
– Ya no tengo novia.
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Mayor que yo
FanfictionA mi no me importa que usted sea mayor que yo, hoy la quiero en mi cama y no malinterprete mi intención, es que no aguanto las ganas, dame u chance.