Chapter 10

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Todo era miel sobre hojuelas, ya eran casi cuatro meses saliendo, todo perfecto, salían todos los fines de semana o comían en casa de Gabrielle.
Sé lo que se estarán preguntando, ¿ya hubo sexo?.
La respuesta es: no. No ha habido sexo.
Como al principio se narró, José quería llevar las cosas despacio, pero su cuerpo y su mente le decían que ya era tiempo suficiente, sí, sí tenia muchas ganas de acostarse con Gabrielle, pero también estaba un tanto preocupado, ¿ella quería acostarse con él? Sí, llevaba conociéndola mas de seis meses y salían hace cuatro, pero en ese aspecto aun no estaba seguro, pues nunca habían tocado el tema, sin embargo, lo que él ignoraba es que ella ya estaba planeando todo para que ese día en la noche tuvieran no solo una velada mágica, sino que, una noche también.

Terminó su ultimo trabajo del día, la señora Franklin, tenia una gotera gracias a unas tejas faltantes y otras que estaban sueltas y como la temporada de lluvia estaba en su etapa mas abundante, necesitaba que estuviera para ayer, así que tardó mas de lo debido, ya eran casi las 20:40 y aun faltaba ir a casa de Gabrielle para tomar una ducha, se sentía la peor persona.
Metió toda su herramienta a su camioneta, como rayo y conducía como nunca, quería llegar rápido para no hacer esperar mas tiempo a Gaby.
Una vez ahí, abrió la puerta de la entrada y advirtió su llegada.
– En la cocina, estoy terminando unas cosas del postre.- se escuchó la voz de su enamorada.
Dejó sus cosas en los primeros escalones y fue hasta la cocina, ahí lavó primero sus manos y después se acercó hasta la mujer, que llevaba unos vaqueros hasta la cintura y una manga larga de botones a cuadros rojos y negros y unos converses negros, aparte que tenía su cabello atado en una coleta.
– Buenas noches.- la abrazó por la espalda y dejo un beso en su cuello.
– ¿Cómo te fue? - pregunto mientras dejaba el colador con azúcar impalable, a un lado del fudge de chocolate que se veia exquisito.
– Bien, me entretuve todo el dia con la Señora Franklin, todas las tejas del techo sueltas o podridas, aparte que tenia el canal del desagüe tapado por hojas y en su ático se estaban cayendo unas vigas del techo por las mismas goteras, fue un infierno, primero tuve que destapar el desagüe porque en la madrugada lloverá a mares y no quería que mi trabajo se arruinara, le arreglé el tejado y el lunes iré a arreglar lo de su ático, no queremos que a la señora Franklin se le venga la casa encima.- ella soltó una risa.
– Claro que no.- se giró y le dió un beso en los labios.
– Bueno, iré arriba a darme una ducha y bajo enseguida para comer.

...
La cena era maravillosa reían y contaban historias de su pasado, el semblante que ella irradiaba era exquisito y él podía notarlo, su deseo de estar con ella carnalmente aumentaba.
Pasaron a la sala y por un momento desde que comenzaron a comer, se quedaron en silencio.

- José, estoy un tanto preocupada.- mencionó ella sin dejar de ver el contenido dentro de su copa.
- ¿Sucedió algo malo? .- preguntó un tanto alarmado.
- No, sólo que, no sé por qué estas conmigo, no sé si físicamente gusto o sólo estás aquí por la facilidad de tener todo a la mano.- habló sinceramente.- te quiero mucho, eres un joven excelente y por lo mismo no entiendo por qué no sales con alguien de tu misma edad, hermosa, despampanante, sexy...- La calló con un beso en los labios.
- Tu eres todo eso y más.- La miró directo a los ojos. Acercó sus manos hasta sus muslos la cargó un poco y colocó sobre su regazo.- eres hermosa, talentosa, me inspiras y eso no lo logra cualquiera, eres fabulosa y me fascina verte.- besó la parte de su cuello que se conecta con su mandíbula.- me vuelves loco, tu aroma, tus gestos, tu sonrisa. No puedo dejar de pensar en ti.
- ¿Quieres hacer el amor conmigo? .- preguntó y él se atragantó con su propia saliva y se quedó callado unís segundos.- Vaya que se t e fueron las palabras, si no quieres acostarte conmigo sólo dilo y asunto arreglado.- intentó levantarse pero él se lo impidió.
- Nunca dije eso.-
- El silencio vale más que mil palabras.
- Gabrielle, claro que quiero estar contigo, hacerte el Amor, pero contigo no sé me siento como un primerizo en todo, me pones nervioso, me erizas la piel con sólo virarme, yo estaría más que complacido de poder retirar cada prenda que llevas puesta en estos momentos.- La respiración de la mujer se aceleraba con cada palabra.- Sin embargo, por eso mismo, por que te admiro y respeto, siento que necesito tu permiso, para hacer todo lo que quiero hacerte en esa cama y en este mismo sillón, en la cocina, en esta alfombra y en todos los rincones de esta casa.
- ¿Qué quieres hacerme.- pregunta un poco agitada.
- Mejor te lo demuestro.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2019 ⏰

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