CAPÍTULO 7

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Cuando pronuncié esas palabras sin duda estaba seguro de lo que decía y sentí que no me retractaría por ninguna razón de lo que había dicho. Y así lo hice.
-En el amor no importa, la edad, lo exterior o el sexo, sino que…realmente haya una conexión mutua entre ambos!!..¿Eso no es acaso lo esencial para que funcione el amor?.
No supe en qué momento la puerta se abrió y mucho menos cuando Kakuzu entró a casa, y por consiguiente nos vio a ambos. No había que pensarlo dos veces al notar que podría malinterpretarse la situación, sin embargo cuando reaccioné ya era tarde.

* * *
En ése momento no me di cuenta de mi estado de salud por lo que había salido tan enojado de mi casa que no lo había sentido. Cerré los ojos para intentar relajar la parte superior de mis ojos (entre las cejas) pero nada funcionaba, volví a hacerlo una y otra vez hasta que escuché una voz familiar.
-Hidan?.
Alcé la mirada hacía la voz y me sorprendí:
-¿Tobi?.

El viento comenzó a soplar más y más fuerte, entonces mis cabellos se "volaron" a la par de la ráfaga momentánea. El rostro de Kakuzu fue la primera imagen que se me vino en forma de flash, sobre todo la expresión tan fría que mostró hoy antes de que saliera de mi casa. Dejé refugiarme entre mis brazos para protegerme del viento feroz que azotaba a toda la aldea. Hasta que de repente escuché de fonda una voz que reconocí al instante.
-Así que estabas aquí, eh…¿No deberías estar en tu cama para descansar, idiota?. –Alcé la vista y desafortunadamente era…
-Kakuzu…Tsk...¿Qué haces aquí?..¿Por qué me seguiste?
-..Te seguí porque me preocupé por tu salud, y segundo para aclarar las cosas adecuadamente. Ven, levántate..-Extendió una mano y sin tener otra opción la tomé para que me despegará del banco.- Vamos a casa, te prepararé té caliente…

* * *

Desde entonces ya ha pasado un año y medio desde que salimos juntos y muchas cosas sucedieron en ése período. Nunca me hubiera imaginado que Kakuzu y yo finalmente saliéramos de verdad, pero creo que nada de esto es un sueño.
Por otro lado, nosotros no éramos los únicos saliendo, sino que también Sasori y Deidara se habían puesto de pareja también hace un año, mientras que Pein y Konan, empezaron a salir hace dos años, cosa que me enteré por boca de Tobi. Sin embargo no eran ésas las únicas novedades, otro nuevo miembro había entrado en Akatsuki, éste era Deishiro Takahashi. El era un chico muy interesante, aunque a veces era irritante, pero aún así me caía bien, faltó pocos días cuando me enteré que el tenía pareja, era un chico que vivía lejos, en otra aldea y que lo extrañaba, iba a menudo a su casa los días de descanso como los fines de semana. Su novio se llamaba Sai.
El despertador había resonado en la habitación. La luz del día me impedía abrir los ojos sin problemas, era tan radiante que opté por taparme el rostro con la sábana mostrando mucha fiaca. Lo primero que me sorprendió fue que el silencio dominaba el ambiente algo extraño para ser un día de semana, pero a pesar de eso no lo tuve en cuenta. Me quedé recostado unos minutos fijando la mirada al techo, quedando así absorto en millones de cosas. Entre todas esa recordé una muy importante.
A lo largo de mi vida, ya sea en la primaria y en secundaria, siempre hubo una fecha que jamás me llamó la atención. Sé que para muchos es especial, pero sin embargo para mí era un día común y corriente, nunca fui de celebrarlo. Mi familia casi nunca estaba en casa, por lo que yo era el encargado de mantenerla en orden y por sobretodo en mis tiempos a solas en casa me dedicaba a cosas más personales, una de ellas eran actividades sobre mi religión, Jashin-sama era el Dios que escuchaba todas mis quejas, dudas y planteos. Siempre fui creyente de él y muy fiel.
Cuando comencé la primaria conocí a todos mis compañeros que hasta el día de hoy los sigo viendo diariamente, así es, todos los empleados de Akatsuki (exceptuando a Deishiro-kun, Kagami-san y Sasori). Ninguno de ellos ni yo han festejado esa fiesta, ya que para mí no tenía nada de especial, como dije antes era un día normal.
Escuché pasos acercándose a la habitación, volteé la mirada hacia la puerta, donde pude reconocer a la figura que estaba apoyada sobre la puerta. Kakuzu.
-Ya has dormido suficiente, bello durmiente…Es hora de ir a trabajar, o acaso ¿piensas holgazanear todo el día?.
-Tsk..Espérame un segundo..-Rezongué frunciendo el ceño, mientras me colocaba el uniforme de la empresa.
Cuando terminé de vestirme salí de la habitación y luego al llegar a la puerta de salida, la cerré con llave, Kakuzu me esperaba a unos metros de casa. Lo alcancé algo furioso.
-Te dije que me esperaras!.-Repetí molesto, él sólo se dio la media vuelta y prosiguió el camino.
El silencio nos rodeó, caminamos por las calles de Amegakure, atravesando parques, callejones, hasta que llegamos al pequeño centro comercial. Al pasar por ahí, Kakuzu repentinamente se detuvo frente a una vidriera, consecuencia que hizo que me chocará con el semejante cuerpo.
-¡Ay!..K-kakuzu no te detengas sin avisar!.-Arrugué mi entrecejo protestando.
Su mirada se mantuvo fija a la vidriera del negocio por unos segundos, hasta que notó la presencia mía, entonces prosiguió.
-Nada, olvídalo..-Agregó casi en susurro.
En ése entonces no me di cuenta porque razón se había parado frente a la tienda, por lo que no le di importancia.
Al llegar a la empresa, Tobi estaba conversando con Deidara o mejor dicho, pidiendo a ruegos algo que no entendí.
-Por favor, senpai! Tú cocinas muy rico!..-Confesó intentando convencer al rubio.
-¡Claro que no! Yo no lo haré, pídeselo a Kagami-san o a Konan!..¿Por qué yo?.
-Porque…siii…-Volvió a buscar un tono más "tierno"
Totalmente intrigado me acerqué a ambos y pregunté sin rodeos:
-¿Por qué discuten?.
-HIDAN!..-Exclamó asustado Tobi, por consiguiente tomó del brazo a Deidara y lo arrastró, desapareciendo inmediatamente de mi vista.
Yo quedé boquiabierto, más intrigado aún proseguí caminando junto a Kakuzu, hasta llegar a la oficina de Pein. Al golpear la puerta, nos atendió Konan.
-Chicos…
-Konan, aquí tienes tú informe. Ya lo terminamos.-Aclaró Kakuzu, entregándole el manuscrito de todo el informe.
La peliazul tomó el manuscrito y luego me dirigió una mirada algo curiosa, mientras que de mi parte un escalofrío recorrió mi cuerpo, ¿qué significó esa mirada?. Entonces ella añadió:
-..Qué tengan un buen día, pueden retirarse.-A continuación hizo una reverencia.
Cerró la puerta y los dos intercambiamos mirada de desconcierto. Sin embargo seguimos nuestro camino hacia nuestra oficina, al llegar me dirigí a la cafetera.
Coloqué el café de colar y agua, para luego enchufar el cable. Apenas terminé de enchufar el cable sentí unas manos abrazar mi cadera, me sonrojé fuertemente al saber que era Kakuzu. Volteé el rostro para así chocar mi mirada de vergüenza con la de él.
-Q-qué haces?.
-Nada. –Una de sus manos paseó delicadamente por debajo de mi camisa, desprendiéndome dos o tres de los botones de abajo. Gemí casi silenciosamente y me estremecí, apoyé una de mis manos sobre la mesa y susurré su nombre. "Kakuzu".
La lengua de mi compañero se deslizó lentamente sobre mi cuello para poder saborear mi piel, mientras que con su mano la cual estaba libre acariciaba mi mano derecha, para luego sujetarla delicadamente.
-Hidan…Hoy es un día especial..¿Cierto? –Sin percatarme de la pregunta, respondí asintiendo mi mentón.
-¿Seguro que no quieres festejarlo? –Pronunció aquéllas palabras con mucha delicadez.
-No es necesario. –Respondí entre cortado ya que sus manos habían visitado mi entrepierna delicadamente y rozado mi parte íntima, un sonrojo cubrió mis mejillas apenadas. –Kakuzu no es lugar…
-No me importa. –Confesó indiferente.
La cafetera dejó de gotear, eso indicaba que el café estaba listo. Entrecerré los ojos y pronuncié entre gemidos.
-Kakuzu, déjame preparar el café… -Sus labios se posaron sobre mi cuello y entonces me besó, se apartó al cabo de unos segundos y volvió a su escritorio.
-Está bien…
Era cierto, hoy era una fecha muy especial. En toda mi vida lo había festejado, y tampoco era necesario hacerlo, no era nada especial para mí.

* * *
Dentro de unos minutos era la hora de regreso a casa, sin embargo algo me preocupaba. Kakuzu no estaba guardando las cosas, era como si seguía su trabajo y se olvidara de la hora que era. Levanté la vista hacia él, y noté que estaba haciendo cosas en la Laptop. Luego de mirarlo por algunos minutos que parecían eternos, kakuzu notó mi observación, entonces desvíe la mirada nervioso.
-Hidan…¿Ya estás listo?.
-EH?. P-para qué?.
-Para irnos…
-C-Claro!...
Juntamos las cosas y dejamos todo en orden, a continuación bajamos el ascensor, pero al hacer esto y llegar finalmente a la planta baja me llevé una gran sorpresa. La sala de abajo, la sala de descanso y reunión estaba ocupada. Pero no estaba ocupada por nadie fuera de acá sino...todos los miembros Akatsuki estaban reunidos, la mesa estaba llena de bebidas, golosinas y manjares. Miré sorprendido a Kakuzu, éste sólo señaló a nuestros compañeros. Volví la mirada hacia ellos y en unísono exclamaron.
-¡Feliz cumpleaños Hidan!..
-¡¿Pero qué…?!.
-Lo estuvieron preparando los chicos, yo no dije nada…-Declaró a la defensiva Kakuzu, lo miré de reojo y sin otra opción…
-G-gracias chicos, pero no era necesario…En serio.-Confesé algo apenado por la sorpresa.
-¡Fue la idea de Tobi!..-Volvieron a pronunciar en unísono todos, señalando al pelinegro. Éste sonrío y se acercó a abrazarme.
-Tobi es un buen chico. ¿No?.
-S-Suéltame imbécil.
-Deidara-senpai te hizo la torta….-Sonrió avivadamente.
Recordé entonces la conversación de ésta mañana. Dirigí mi mirada al pastel que estaba en la mesa, sobre la punta. Supe que ahí era el lugar donde debía sentarme, seguí mi instinto, Kakuzu se sentó a mí lado y entonces me susurró: "Luego quiero decirte algo importante". No supe que podría llegar a ser.
Luego de una charla amplía llegó el momento que más esperé. El alcohol. Sonreí ampliamente, y me serví Sidra y luego Champagne. Bebí con mucho placer, mientras mi novio me observaba, recordé entonces cuando tuvimos sexo por primera vez, me sonrojé confundiéndolo con mi embriague. Desvíe la mirada. Kakuzu me tomó de la mano y me llevó a un rincón.
-Ka-kakuzu…¿Qué ocurre?.
-¿Quieres mi regalo?. –Inquirió mientras acercó sus labios a los míos y así unirlos en un perfecto beso francés. Por consiguiente levantó mi camisa y me la desprendió, besó mis pezones delicadamente, acompañándolo con su lengua.
Gemí.
-K-kakuzu…
De inmediato me alzó, y me llevó a la próxima habitación. Me recostó sobre la cama, y me quitó del todo la camisa, acarició mi pecho y luego lo lamió de arriba abajo. Me sonrojé fuertemente, otra vez embriagado. ¿Por qué siempre tenía que hacerme esto cuando bebía?.
Tomó uno de mis brazos y los lamió delicadamente hasta llegar a mis manos o mejor dicho mis dedos, detenidamente los lamió a todos. Y al llegar a dedo anular pronunció claramente.
-Hidan, lo he estado pensando mucho….
-¿E-Eh?..-Tras una pausa un poco incómoda, mientras observaba mi dedo anular determinó.
-¿Quieres casarte conmigo?.
Mis ojos se abrieron de par en par, y sentí que mi corazón iba a explotar. ¿Qué?, repetí en mi mente una y otra vez. Tragué saliva.
-¿Estás seguro Kakuzu?..-Me levanté apartándolo, confundido y sonrojado.
-Si…

¿Qué está pasando?...¿Estaré soñando?.....E-Espero que no…

Continuará…..

Espero que les halla gustado chicas 7w7

AHORA ME AMAS?(KAKUHIDAN) (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora