CAPÍTULO 8

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Tomó uno de mis brazos y los lamió delicadamente hasta llegar a mis manos o mejor dicho mis dedos, detenidamente los lamió a todos. Y al llegar a dedo anular pronunció claramente.
-Hidan, lo he estado pensando mucho….
-¿E-Eh?..-Tras una pausa un poco incómoda, mientras observaba mi dedo anular determinó.
-¿Quieres casarte conmigo?.
Mis ojos se abrieron de par en par, y sentí que mi corazón iba a explotar. ¿Qué?, repetí en mi mente una y otra vez. Tragué saliva.
-¿Estás seguro Kakuzu?..-Me levanté apartándolo, confundido y sonrojado.
-Si…

¿Qué está pasando?... ¿Estaré soñando?.....E-Espero que no…

* * *

Si de algo estoy seguro es que los conozco desde que somos muy pequeños, hace ya más de diez años. Todos fuimos compañeros de escuela. Y seguimos así hasta el día de hoy.
Una navidad sonó el tono de mi celular a lo loco, me encontraba recién cambiándome para ir al centro de la aldea de Amegakure y llevar el curriculum a una tienda para poder tener suerte y encontrar un trabajo. Tomé una toalla y rodeé mi cintura, con mi mano izquierda sostenía una parte de la toalla, entonces con la mano libre agarré mi celular.
Al abrirlo vi un mensaje de la persona que jamás me hubiera imaginado. Atendí extrañado.
-Hidan, haremos una juntada en el Bar del centro de Amegakure a las 9 de la noche.
-¿Pein?...-Pausé –Pero…¿Para qué?.
-Lo sabrán cuando nos veamos ésta noche. Adiós.-Finalmente cortó.
Mi cara era indescriptible, estaba confundido. Nunca en nuestra vida nos habíamos juntado en navidad y esta sería la primera vez. A pesar de qué nos conociéramos desde pequeños jamás nos hemos podido juntar en una fecha tan especial como ésta, ya sea debido al trabajo o familiares. Y hoy se daba la oportunidad.
Pero sin embargo lo más extraño era que iríamos todos y además nos reencontraríamos luego de siete meses. De repente me sonrojé.
Hacia muchos meses que tampoco veía a Kakuzu.
Esperando a que la hora llegara hice todos los preparativos para que la casa quedara en orden antes de que me vaya. Al cabo de unas horas fue momento que me hiciera presencia de la hora, desvié la mirada hacia el reloj de madera que estaba colgado en el pasillo. Ése reloj me lo había regalado mi padre cuando yo me fui de casa. Fue unos de los regalos más valiosos que he tenido de él.
Cuando levanté la vista hacia el aparato noté que eran las ocho y media, así que eso decía que era hora de irme. Ansioso, tomé las llaves rápidamente y cerré la puerta principal. Bajé en el ascensor y saludé a los porteros como de costumbre, esbozando una gran sonrisa.
-¡Feliz navidad, qué tengan una buena noche!.
Salí del edificio y caminé disfrutando del aquel viento, sabiendo que era el más frío de toda la época. Parecía que en cualquier momento nevaría o eso quería que pasara. Miré el cielo y sólo noté algunas estrellas centellando y me pregunté cuál sería la razón del encuentro en ésta fecha tan especial.
Al caminar por los calles de Amegakure, varias parejas pasaron a mi lado. Pensé entonces que algún día me gustaría tener pareja y salir en ésta fecha, ladeé la cabeza al instante. "Parezco una colegiala" mis mejillas se pusieron coloradas.
Finalmente estaría cerca del Bar, hasta que repentinamente escuché una voz muy familiar, eso hizo que mi temperatura aumentará cien veces más lo que debía calentarme la ropa que llevaba puesta.
-Hidan ¿Tan apresurado vas?.-Volteé mi cabeza lentamente como si se tratara de lo más horripilante o espeluznante que habría conocido.
-K-Kakuzu.-Pronuncié nervioso y tartamudeando.
-Vamos al mismo lugar, supongo.-Desvió la mirada hacia el cielo y luego se volvió a la mía.-¿Vamos juntos?.
-S-si.
Estaba muy atractivo para serles sincero, su cabello castaño estaba mojado y parecía que su flequillo se pegaba a la piel, como lo hace el agua cuando nos mojamos la ropa bajo la lluvia. Sus ojos eran penetrantes que me hacían derretir y su voz sonaba más grave que la última vez. Quizás si él no me hubiera llamado por mi nombre jamás lo hubiera reconocido. Mi corazón dio un vuelco proseguido de varios latidos potentes.
El silencio invadió la caminata. Parecía como si no nos hubiéramos visto de hace añares, pero era increíble saber que sólo habían pasado meses. El llevaba ambas manos dentro del los bolsillos de su campera, la cual le quedaba algo grande pero eso lo hacia ver muy lindo.
Por suerte ése ambiente duró poco tiempo, ya que no quedaba mucho para llegar al Bar. Al llegar nos encontramos con nuestro grupo de compañeros de toda la vida. Deidara que seguía con la misma cara afeminada de siempre, Tobi el mismo molesto de todos los tiempos, Zetsu tan callado como es; aunque debo admitir que tiene una bipolaridad increíble, Kisame con ése carácter tan típico de él y como no Itachi con su mirada fría y casi sin emoción, y por último Konan y Pein, que tampoco habían cambiado en nada.
Kakuzu y yo nos incorporamos a la mesa que ya estaba lista para la cena.
-Tsk, como siempre ustedes dos llegando tarde. Para colmo vinieron juntos.-Burló Deidara.
-Cállate NIÑA..-Grité enfadado, éste respondió más molesto aún.
-¿Qué has dicho señorito Jashin-sama?.
-Argh!!!..Idio-
-Cállense!. –Exclamó Pein mostrando superioridad.-Esta no es una juntada cualquiera. ¿Escucharon?.
Todos asentimos.
-Bien…-Rompió el silencio. –Hace poco he formado una empresa, o mejor dicho hemos formado una empresa, Konan y yo.-Colocó en mayor énfasis a la última frase intercambiando miradas con su compañera.
-¿Una empresa?.-Inquirió Itachi.-¿Qué clase de empresa?.
-Una empresa secreta.-Concretó y luego añadió –Sin embargo, esa será la única razón por la cual sólo ustedes podrán entrar y salir de ella, y no sólo eso; sino ser los mismos empleados.
-Pero…¿Qué tenemos qué hacer?.-Indagó Deidara sin entender mucho la cuestión.
-Investigaciones.
-¿Investigaciones?.-Repetí en voz alta.
-Así es Hidan, investigaciones sobre cada uno de todos los habitantes de ésta aldea que consideremos peligroso para la aldea Amegakure. Últimamente hay muchos extranjeros y además no serán caso cualquiera, serán casos especiales. Y toda información confidencial. ¿Qué les parece?. –Determinó.
Al parecer estábamos todos de acuerdo, parecía un excelente trabajo, no sería uno cualquiera y por sobretodo casi al alcance de las manos. Esa navidad fue la mejor de mi vida, pero no sólo por esa noticia sino que también porque…Lo que pasó después fue…algo que cambió mi vida rutinaria completamente.
Al terminar el encuentro Pein me detuvo antes de que me vaya, nuevamente me extrañé por aquella reacción.
-¿Qué ocurre Pein?. –Indagué sin entender nada.
-Necesito que le hagas un grandísimo favor a Kakuzu.
-¿A Kakuzu?.-Miré de reojo al castaño que estaba a pasos nuestros.
-Si, resulta ser que el se ha vuelto a mudar a Amegakure debido a mi pedido de que trabajara acá, y el fue una de las primeras razones por la cual quise que todos trabajáramos juntos. Entonces necesitaría que lo dejaras vivir contigo hasta que pueda mudarse a otro departamento. ¿Qué dices?.
-A-ah..-Me llevé una gran sorpresa. Jamás pensé que me tendría que poner a favor por un pedido así, pero sin dudarlo acepté.

Ambos regresamos a mi departamento. Abrí la puerta principal y deposité mis sacos en mi perchero y le hice señas para que él se quitara el suyo, el cual era muy pesado. Accedió a mi sugerencia y lo hice pasar a la próxima habitación. Mi cuarto tenía tres camas, una de dos plazas y dos de una plaza. El se recostó sobre la que estaba del lado de la pared y sin decir nada se durmió.
Al dia siguiente sería el primer día de trabajo para todos. El despertador fue lo primero que escuché por la mañana, cuando hice esto comencé a sentir un olor a café recién hecho, por lo que inconscientemente me dejé llevar por el aroma hasta llegar a la cocina, donde se encontraba Kakuzu leyendo el diario. Me detuve en seco. ¿EL DIARIO?.
-O-oye de dónde has sacado eso..-Señalé al objeto de papel informático.
-Lo acabo de comprar, le he dicho al diarero que a partir de hoy lo trajera todas la mañana.
-¿QUÉ?.
-Ahora yo vivo en ésta casa temporalmente, necesito mis comodidades también.-Confesó mientras daba vuelta a la hoja para pasar a la siguiente.
-Tsk.
Luego de desayunar nos dirigimos a la dirección que Pein nos había dado anoche, donde se encontraría la empresa. Al llegar Pein nos dio una bienvenida, y nos llevó a nuestra oficina algo que también me sorprendió, no sólo por el aspecto sino que también porque…
-¿SERÉ COMPAÑERO DE KAKUZU?.
-Si, y no acepto ninguna queja de ninguna clase, Hidan. Ahora soy tú jefe, deberás obedecerme.¿Oíste?.
-Tsk…

Definitivamente Kakuzu cambió mi vida rutinaria desde que llegó a mi departamento, y hasta el día de hoy ya sea por una cosa u otra no se ha mudado del departamento. Pero aún así no me arrepiento, si no fuera por eso no hubiera conocido cosas que ahora sé y que me ha hecho enamorarme mucho más de él.
Ojala te tenga por siempre a mi lado.

* * * *

¿Es un sueño verdad?.
-Kakuzu…yo..
-¿No quieres verdad?.
-No!! Claro que sii quiero!..Pero jamás pensé que seria algo que se vería en mi realidad, todo parece un sueño.-Abrazó mi cuerpo y besó mis hombros. Me sonrojé. –Kakuzu, quiero casarme contigo!¡Quiero que estemos por siempre juntos, aunque me cueste estarlo!.
-Yo también…-Finalmente me besó en la frente y luego en la boca, haciendo que nuestras lenguas se enredaran y el tiempo se detenga, donde la magia del amor me sumerge en algo casi como una ficción.

Ojala este beso perdure una eternidad, Kakuzu te amo.

Continuará…….

Espero que les halla gustado -3-

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AHORA ME AMAS?(KAKUHIDAN) (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora