La fuerza del destino. [Omegaverse] [KHR]

♚43♚ Amor de colores.



"Habrá días de lluvia y días de sol,
días oscuros y días de luz,
días de tristeza y días de felicidad,
días que quisiéramos olvidar y días que nunca olvidaremos.
Pero siempre habrá un mañana para empezar una eterna historia de amor"

[Lean el confesionario xD]
[#ViveLaVidaLoca
#ColoresDeAmors
#ATsubaLeFaltaUnaTuerca
#NahLeFaltaUnNovioxD
#DisfruteishonElCapituleishon]



Tsunayoshi miraba con diversión a su muy enfadada pareja y el motivo del enojo de su carnívoro esposo era porque al castaño se le había ocurrido...

-No llames a la omnívora -se opuso el azabache y se cruzó de brazos-. Ella no debe porque saber que los cachorros serán varones.

El omega se sentó a lado de su amado y dejó el computador portátil en la pequeña mesa.

-Je, ¿a qué le temes o gran señor mafioso? -se burló el menor y alzó una ceja-. Cada vez que hablamos de mi suegra favorita te pones como infante después de ver una película de horror.

-Tsk, yo no le temo -Kyoya hizo un gesto-. Sólo que no quiero hablar con ella en mi día de descanso.

-Muy bien, Kyoya. Yo no quiero recurrir al chantaje, pero no me dejas elección -Tsuna dijo con un tono entre serio y divertido-. ¿O le hablamos a tu mamá por vídeo-chat o ella viene a visitarnos ¿qué elijes?

-Ninguna de las dos, herbívoro -el alfa torció los labios-. Además, ¿por qué ella tendría que venir a mi departamento?

-Porque yo le llamé ayer y le dije que ya nos habían dado la noticia del sexo de los cachorros -respondió el castaño-. Y ella dijo que quería saber y yo le sugerí que hiciéramos una llamada por vídeo.

-Vaya que te gusta tentar al peligro -Hibari sonrió terroríficamente-. Sabes que cuando la omnívora y tú se unen no hay quien les pare.

-Es nuestro hobby, carnívoro malhumorado -el omega codeó al contrario-. Sabes que te molestamos porque te amamos y a ti te gusta, niegamelo.

-Habla tú con ella -Kyoya se puso de pie y añadió-. Yo iré a descansar.

-¡Hey! -el menor lo tomó de la mano-. Quédate, ¿sí?

-No -el azabache se negó rotundamente.

-¿Intentas cuestionarme? -Tsuna sonrió dulcemente-. ¿Le llevarás la contraria a tu sarcástica bomba hormonal?

-¿Me estás amenazando, herbívoro? -Hibari entrecerro los ojos y ladeó la cabeza.

-Sí, así que quédate antes de que el señor computador portátil se convierta en un arma para masacrar a esposos carnívoros que no aman a sus parejas -el castaño abrazó el aparato y canturreó-. Sólo es una advertencia, quiero aclarar.

-Por donde lo veas, lo que dijiste, en una amenaza -refunfuñó el alfa y se dejó caer en el sillón-. Te advierto que si la omnívora se pone loca me voy y no me importará que me lances ese carnívoro aparato.

-Jo, Kyoya eres tan buen esposo -chilló el menor con emoción y dejó el computador a un lado-. Me gusta tu manera de querer salvar tu pellejo.

-Yo no te tengo miedo -aseguró el mayor y ladeó una sonrisa-. Sólo que no quiero que empieces a dramatizar y a llorar como herbívoro demente.

-¿Qué imagen tienes de mí? -Tsuna sollozó con gracia y tocó su vientre-. Lo que yo tengo no es demencia, lo que yo tengo son a dos bebés dentro de mí y mi cuerpo experimenta cambios extraños. No es mi culpa querer golpearte cuando no te lo mereces y tampoco es mi culpa llorar cuando no debo de llorar y reír cuando no tengo que reír.