Gay Chiken [JOHNTEN/TENNY]

Set

¿Estas seguro, Tennie? Quiero decir, si quieres cambiar de opinión... -Johnny seguía sintiendo como si su polla estuviera cerca de explotar pero este era un gran paso. Si Ten decidía que prefería hacerle una paja o solo terminar la mamada para hacer que Johnny se viniera, él lo entendería. Pero su mejor amigo ya estaba agitando la cabeza ante la sugerencia.

-De ninguna manera,John. Yo nunca me echo para atrás en una apuesta o reto. Tú ganaste justa y honradamente así, yo estoy deseando afrontar esto que viene a mí. O en mí. Él sonrió a Johnny cuando hizo el chiste pero sus palabras la recordaron a Johnny algo.

-Yo, uh, yo no creo que tenga ningún condón. ¿Tienes tú?

Ten frunció el ceño. –No, lo siento. Supongo que debí pensar en eso.

-Maldición –Johnny frunció el ceño –nosotros, uh, mejor no hacemos esto sin uno.

-Probablemente no –Ten estuvo de acuerdo. Entonces suspiró y agitó su cabeza. –Yo no quiero hacer esto así de todas formas.

-¿Qué? –Johnny lo miro confuso. –Pensaba que tú querías hacerlo. Acabas de decir que nunca te echas para atrás en una apuesta o reto. –Estaba sorprendido de cuan decepcionado se sentía. Había estado a punto de correr a la tienda, agarrar una caja de Troyanos y regresar derecho a cobrar su reto y ahora se veía como si Ten se hubiese arrepentido. No es que Johnny lo culpara aunque, el acababa de decir que seguiría por ello.

-No, no me entiendes –Ten se enderezó en la cama y pasó una mano a través de su lacio cabello –No es que no quiera que me folles. Yo quiero... -miró a Johnny con tal intensidad que casi daba miedo. –Yo quería sentirte dentro de mí hace mucho tiempo John.

-Yo... ¿De verdad? –Johnny no estaba seguro de cómo tomar esta admisión. ¿Ten había pensado, honestamente, sobre esto? ¿Sobre dejar que Johnny lo follara, hacia tanto tiempo? ¿Más que los pocos días en que su amistad tomó, súbita e inexplicablemente, un giro sexual?

-De verdad. –Ten asintió. –Pero no así. No como una apuesto o reto o algo que hacemos al cerrar los bares, porque los dos estamos tan borrachos que no podemos ver a derechas. –Se volteó hacia Johnny que estaba sentado en la cama también ahora. –Quiero que me folles porque tú lo quieras, John –dijo suavemente –porque me ames.

Johnny abrió la boca y la cerró otra vez. No tenía ninguna idea en absoluto de qué decir a esto. Ninguna idea.

-¿Lo haces, John? –La cara de Ten estaba pálida pero resuelta, como cuando él pensaba que tenía que saber la respuesta a la pregunta. -¿Me amas?

-Yo... desde luego que te amo, Tennie–Johnny rio con dificultad. –Quiero decir, tú eres mi mejor amigo.

-No. –Ten agitó su cabeza. –No así. No el tipo de amor que tienes por tu compañero de equipo o tu amigo. Estoy hablando de amor romántico, como el amor de pasar el resto de la vida juntos.

-Bien, ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué quieres que haga? –Johnny se puso a la defensiva -¿Quieres qué empiece a enviarte una docena de rosas o una postal de Hallmark por San Valentín o algo así?

Ten se rio –Diablos, no. ¿Qué haría yo con una docena de rosas? No, no necesito que empieces a tratarme como a una de esas animadoras con las que siempre te citas.

-¿Qué necesitas que haga, entonces? –Johnny pregunto sintiéndose exasperado.

-Para empezar, múdate conmigo.

-¿Mudarme contigo? ¿De qué hablas? Ya somos dos compañeros de piso. –Ahora Johnny sabía que su amigo estaba perdido.

-Aunque no por mucho tiempo –Ten señalo hacia afuera. –Pero no estoy hablándote de aquí. Estoy hablándote de Seúl. Recuerdas que estaba diciéndote ¿cuán agradable seria si pudiéramos tener un cuarto juntos allí también? Bien. Yo tenía como un presentimiento de que tú estabas fuera de esto entonces, pero, actualmente, ya he alquilado allá un apartamento cerca del campus.