Dos

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Ten miró a la imagen en la pantalla con el ceño fruncido, como esperando ver algo que le hiciera apagarla. Luego de un momento, miró a Johnny con una expresión de alivio en su rostro.

─Hey, compañero ven a ver.

─Tráelo aquí si quieres que lo vea ─respondió Johnny.

Él no quería moverse de la seguridad del sofá. No porque fuera perezoso, si no porque el masaje que le dio Ten en su cuello, le había provocado un problema distinto. Sus shorts eran lo suficientemente holgados para ocultar su semi-erecta polla si permanecía sentado, pero si se levantaba...Johnny apretó la mandíbula. Era mejor quedarse sentado hasta que el problema hubiera desaparecido.

─Muy bien, asno perezoso. ─Ten paseó por la habitación y se instaló en el sofá de nuevo, demasiado cerca para su comodidad. No es que Johnny le fuera a decir que se apartara, nunca se lo había dicho en todos sus años de compartir alojamiento y se vería raro si empezara ahora. En su lugar, miró hacia abajo a la pantalla del Toshiba. Él había estado esperando algo más desagradable, como Calientes Agujeros Peludos o El Oso y sus Chicos, esos sitios de internet que a veces abrías por accidente mientras estabas buscando porno. Pero las imágenes en la pantalla eran sorprendentemente suaves.

Un montaje de cuatro fotos agrupadas en un formato de banner corría por la parte superior de la pantalla. Era como Taeil había dicho, ambos modelos eran delgados y afeminados, y obviamente gays. En una foto dos chicos estaban caminando juntos, tomados de las manos. En la siguiente estaban jugando a caballito, uno de ellos subido sobre la espalda del otro y hablándole al oído. En la tercera, estaban sin camisa y uno de los muchachos estaba sentado entre las piernas del otro, con una mirada lejana en sus ojos.

Pero fue la cuarta foto la que realmente capturó la imaginación de Johnny. En ella, uno de los chicos guapos gay estaba apoyado contra una ventana similar a la escarcha blanca, con una luz clara y pura derramándose en torno a él. Su pareja estaba acunando su mejilla y se miraban a los ojos fervorosamente. «Como si se estuvieran hablando solo con la mirada,» se encontró pensando.

El título bajo el banner de uno de los guapos chicos decía simplemente:

"Imagínanos, juntos."

─Wow. ─Ten soltó el aliento en el oído de Johnny─. Eso es... no sé si podríamos hacer eso.

Taeil resopló. ─¿De qué estás hablando, Ten? Vosotros siempre estáis el uno encima del otro. Jugando al Gay Chicken, y toda esa mierda.

─Así es el Gay Chicken. ─Ten asintió con la cabeza─. Yo juego porque soy el Rey y el todavía campeón vigente. Nadie puede vencerme, ¿no es así, Johnny? ─Se volvió a Johnny con una sonrisa incontenible.

Johnny gimió y miró a Taeil. ─No dejes que empiece.Pero ya era demasiado tarde. El sitio web y cualquier idea de ganar dinero para pagar la renta se había perdido. Ten estaba fuera de control.

─Gay Chicken, Gay Chicken... ─Se volvió hacia Johnny en el sofá, con un brazo alrededor de su cuello y la otra en su musculoso muslo─. Vamos, Johnny, sabes que me deseas.

─Basta ya, Ten. No estoy de humor ─gruñó Johnny.

─Claro que sí. Siempre estás de humor. ─Ten se inclinó, sonriendo burlonamente. Johnny frunció el ceño ante su compañero de cuarto. Cualquier otro tipo habría dado marcha atrás ante la mirada peligrosa en sus ojos, pero sabía que Ten no lo retrocedería por nadie. Tampoco Johnny, por regla general, a pesar de que le hubiese gustado. Pero no podía, porque por alguna razón, todavía estaba duro (más duro que nunca, de hecho) y si él saltaba del sofá ahora, su estado de excitación quedaría expuesto. No había nada que hacer, salvo quedarse sentado y jugar el estúpido juego hasta que su molesto mejor amigo se diera por vencido y se ocupara de otras cosas.

Gay Chiken [JOHNTEN/TENNY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora