—¿Acaso no me oyes muchacha? ¡Dije que dónde te metiste!— Me cogió del brazo y me dió la vuelta poniéndose encima mía, su mirada era inexpresiva, como siempre. Sólo pude notar un poco de odio. Le miré seria con asco.
—¿Quien te ha echo eso?— Se refería a la herida de la boca mientras lo acariciaba con su pulgar Frunció el ceño.
—¡Contéstame!—
—Me dí un golpe con una puerta, ya sabes soy un poco torpe a veces.— Miré hacia otro lado evitando su mirada.—¡Mientes! ¿Quién te ha tocado? ¡No me hagas que te lo vuelva ha preguntar!— Estaba furioso. Se levantó quedando de pié y yo me senté al borde de la cama.
—¿¡De verdad no lo sabes!?—Le grité mientras me levantaba. Me miró confuso.
—No, ¿que es lo que tendría que saber?.
Lo miré dubitativa.
—Antes, cuando te he pedido permiso para irme alguien me siguió, quería hacerme daño—Me abracé a mí misma evitando llorar. Jason me miraba atento. —Fui al baño y me acorraló asegurando que tú— Sollocé. —Tú consentías que él me tocase me opuse y me golpeó, gracias a un hombre que entró logré escapar— Jason endureció la mirada.
—¿Quién ha sido? Yo no he dado consentimiento a nadie para que te toque. ¡No me gusta que nadie toque lo que es mío!— Apretaba sus puños— ¡Dime quién ha sido Nikki!— Me agarró de los hombros mirándome esperando mí respuesta. Si se lo decía iría a buscarlo tal vez para matarlo o por ser su amigo regalarme a él. Temblé con sólo pensarlo y Jason lo notó.
—Yo... No sé quién era no lo había visto antes, yo...— Mentí. Volví a mirar hacia otro lado.
Me apretó con su mano mis mejillas y se acerco su cara a la mía —Me vuelves a mentir y esto te costará caro muchacha. Ahora duerme, mañana te pondré tu castigo.— Me soltó y se fue para el baño mientras yo me contenía por no llorar sentía ese nudo en mi garganta que en cualquier momento me la iba a desgarrar.
Amaneció.
Jason seguía durmiendo a mi lado con esa cara angelical que tenía cuando dormía nada que ver cuando se estaba despierto que era todo lo contrario. Su piel era morena y en sus ojos cerrados descansaban unas espesas y pobladas pestañas negras, su boca dormía seria sin ningún tipo de expresión verdaderamente era un hombre que cualquier mujer desearía. Quería levantarme pero sentía miedo de despertarlo. ¿De verdad me iba a castigar no había tenido ya bastante castigo? Me contuve las ganas de llorar una vez más. La noche había pasado muy larga para mí me desperté varias veces con la cara de ese hombre mirándome con esa sonrisa que me ponía el vello de punta, no quería volver a verlo me daba pavor con sólo pensar que estuviera cerca mío.
Miré a Jason y estaba mirándome con una expresión seria como si quisiera saber que pensaba, me quedé quieta sin saber que hacer o decir sacándome de mis pensamientos.
—¿En qué piensas? no tienes buena cara muchacha.— Me sobresalté al escucharlo ¿Tan mala cara tenía al a ver estado pensando en ese?
—En.. nada— Tartamudeé —Pensaba en mi padre— Lo miré rezando por que me creyese.
—Mmm... Bien, vístete tenemos visita para la hora de comer. Todo sea por los negocios— dijo esto último en voz baja pero lo escuché y si él no estaba contento con esa visita algo me decía que yo tampoco lo estaría.
Jason se fue dejándome a mí como siempre en la habitación, sola.
Me puse a mirarme en el espejo que había a un lado de la pared junto con el tocador. Mi pelo había crecido me llegaba un poco más abajo de la cintura, mi piel seguía blanca y pura como siempre eso me alegraba. Toqué mi abdomen notaba que estaba un poco mas delgada no por falta de alimento ya que Jason no permitía que me saltase ninguna comida, tal vez sería por el estrés que aumentaba mi metabolismo.
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Venganza y deseo
RomanceLleno de ira y con un sólo objetivo, vengarse de la muerte de su familia. Hará todo lo que esté a su alcance para lograr su venganza, aunque eso le haga secuestrar a la única hija del clan enemigo.