12. Acorralada.

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Lali estubo ayudándome con todos los detalles. Ayudó a ponerme un vestido rojo que Jason ordenó para mí. Largo con el pecho en corte corazón y una raja a un lado de la falda me quedé boquiabierta, era precioso. Me ayudó a peinarme me dejó el pelo suelto con unos tirabuzones en las puntas que me llegaba hasta mi cintura y por último me maquilló con un poco de sombra negra y un labial de color rojo.

Me gustaba lo que veía en el espejo, si mi padre me viese... Reí por lo bajito recordando su cara probablemente montaría un escandalo y haría quitarmelo todo. La cara de Jason me vino de repente y no podia evitar sentirme nerviosa por esas palabras "Esta noche espero mi regalo y sabes perfectamente a que me refiero" me negué a bajar una vez más.

—Lali por favor no haga que baje dígale alguna escusa— Le casi supliqué intentando que me ayudase.

—No puedo chiquita mi señor subiría a por tí y a mi me castigaría— No la castigaría pero tenía que quitarle eso de la cabeza.

—Bien voy a ver si necesita el señor de mis servicios, mientras termine de prepararse— Cerró la puerta tras ella.

Suspiré no me quedaba de otra que bajar, me levanté y fui al balcón. Hace una temperatura bastante buena pensé. Podía ver como empezaba a llegar la gente en sus carruajes. Estaba todo preparado ví a Jason salir a recibir a unos señores algo mayores. —Bien, es hora de bajar.— Suspiré. Me acomodé el vestido y me miré por última vez en el espejo.

Abrí la puerta y me dirigí al pasillo había poca luz y podía escuchar bastante murmullo. —Bien Nikki tu puedes, eres una chica muy fuerte as podido con muchas cosas en esta vida, puedes con todo— Intentaba darme ánimos a mi misma pero podía notar mis nervios a flor de piel, me armé de valor empecé a bajar escalón por escalón intentando no tropezarme con mis zapatos rojos de tacón que llevaba.

Cuando llegué al rellano pude ver a muchísimas personas todas hablando y riendo entre ellos con copas en la mano, una música clásica y alegre sonaba desde una esquina de un grupo de hombres que se hallaban tocando. En el medio estaba él, mirándome con su media sonrisa y poco a poco se acercó al principio de las escaleras levantando la mano, invitándome a bajar. Todas las miradas se posó en nosotros me puse más nerviosa. Agarre su mano y comencé a bajar torpemente hasta llegar a Jason estaba tan sexy con ese traje y esa sonrisa. Cuando estuvimos frente a frente a un mismo nivel acercó su boca a mi oído.
—Estás realmente preciosa, lástima que tenga que esperar a la noche y no poder hacertelo aquí mismo— Me quedé inmóvil por su atrevimiento temiendo si alguien más podía haberlo escuchado y sonrojandome estúpidamente. Sonreía por mi reacción mientras se ponía a mi lado.

—Bien señoras, señores— Los invitados callaron y la música cesó. —Esta muchacha es mi invitada especial trátenla bien.— Todos me miraban susurrando quien sabe qué mientras yo sólo podía mirar al suelo avergonzada por tantas miradas. —Tranquila nadie te hará nada que yo no quiera— Lo dijo bajito sólo para mí mientras me sonreía y me agarraba de la cintura llevándome fuera donde salían todos al jardín.

La noche transcurría tranquila todos hablablan unos con otros y felicitaban a Jason que yo como una lapa seguía a su lado con su brazo agarrando mi cintura sintiéndome fuera de lugar allí entre tantas miradas y murmullos. Un hombre se nos acercó con una sonrisa con algo de malicia. No me gustó ese hombre nada más verlo acercarse. Me apegué más a Jason mirándolo mientras él me miraba con asombro de reojo.

—Querido Jason ¡Cuanto tiempo!— Ví como me miraba de una forma que no me gustaba nada. Vestía un traje gris, su pelo era un poco claro corto, de ojos grises, su cuerpo era delgado con espalda ancha. Las facciones de su cara eran perfectas y duras. Seguía sin gustarme.

Venganza y deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora