Broken Hearts (EDITANDO)

Te contare todo

Capitulo dedicado a: lilu288.
Gracias por leer mi historia, te quiero mucho 💕

¿Qué les pareció la nueva portada?
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Desperté un poco mas temprano que de constumbre, para poder ayudar a mi madre a terminar de armar las valijas.

- ¿Te falta algo más? - pregunté antes de cerrar la maleta definitivamente.

- Creo que no - dijo dudosa - estoy emocionada.

- ¡Muestrales lo que sabes a esos empresarios! - la alenté, ella iba a ir a una junta para mostrar un proyecto a unos importantes empresarios.

- ¿Estas segura que puedes quedarte sola en casa?

- Si mamá. Ya soy grande.

- Lo sé, aunque para mi siempre seras mi pequeña - se puso emotiva y me abrazo.

- Te quiero.

- Yo también te quiero.

- Bueno, vamos a subir los ánimos. Si no vamos a terminar llorando las dos - reímos.

Luego de un rato el timbre de nuestra casa sonó y mi madre fue a atender.

- ¡Alex! - pronunció mi madre y yo me puse tan nerviosa que me atragante con el cereal.

Rápidamente llegaron junto a mi.

- Hola Ally - pronunció él con su voz grave.

- Buen día Alex - traté de parecer relajada.

Cuando mi madre se dio vuelta para servirle una taza de café, él me. deposito un beso en la boca.

- ¿Y cómo has estado? - inquirió mi madre a la misma vez que nos separabamos.

- Muy bien Susan.

- Me alegra que después de tanto tiempo vuelvan hacer amigos.

Alex soltó una leve carcajada y murmuró "Muy buenos amigos" sonriendo maliciosamente hacia mi.

- ¿Y todas esas maletas? - preguntó el playboy.

- Me voy a una junta hoy mismo.

- ¿Y tú Allison?

- Me quedaré aquí - contesté y el elevó una ceja.

"¿La casa para nosotros solos?" Le leí los labios y me puse mas nerviosa de lo que estaba.

- Tuve una idea - mi madre comenzó a hablar - Alex podrías cuidar de mi pequeña mientras no estoy.

- ¡No tengo nueve! - me quejé - puedo cuidarme sola.

- Claro, cuidaré de su pequeña bebé - bromeó mientras acariciaba mi cabeza.

- Muchas gracias, eso me deja mas tranquila.

- Gracias por ignorar mi opinión - mascullé.

(...)

Nos despedimos de mi madre y nos subimos en el coche.

Alex no espero ni un segundo para poder besarme.

Empezamos el mismo juego que ayer a la noche. Nuestras lenguas se movían agilmente por la boca del otro con deseó y anhelo.

Esta vez tuve que separarme de él.

- Llegaremos tarde - comenté.

- No importa.