Capítulo 9

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Sonrisas

El "para siempre" está hecho de muchos "ahora".

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Esa mañana no hizo falta el despertador para que me pusiera de pie, estaba demasiado alegre para seguir acostada en mi cama y a la misma vez demasiada emocionado por volver a ver Rogers.

Al levantarme me dirigí directo al baño para ducharme, quería que el agua tibia pudiera apaciguar el nerviosismo de mi cuerpo. No podía parar de pensar en él, con más intensidad que ayer.

Incluso mi madre se sorprendió al verme de pie tan temprano. El buen humor que se apoderaba de mi cuerpo, me hacía sentir extraña, en el buen sentido. No podía creer que antes de salir de mi casa mire mi reflejo seis veces en espejo, constatando que todo estuviera en orden.
Tal vez, me estaba ilusionando más de lo necesario. Lo sabía, pero no podía hacer nada para detenerlo.

En el transcurso a la preparatoria le conté todo lo ocurrido a mi mejor amiga, ella me había ido a recoger a casa en su coche. Ariana no podía dejar de decir lo feliz que la hacía verme así, "Siempre supe que estaban destinados a estar juntos. Algo así, como almas gemelas", dijo con seguridad.

Almas gemelas ¿Acaso creía en ellas?

Dicen que las almas gemelas no eran aquellas personas que simplemente te amaban, sino las que con su llegada revolucionaban toda tu vida, poniéndola de revés. Anhelaba que el destino fuera el que cruzo nuestros caminos y que si las almas gemelas existían, él fuera la mía.

Al llegar al instituto observe los pasillos impaciente y con mis ojos busqué al morocho, sin éxito. Ariana se despidió y se dirigió a su clase, por mi parte me dirigí a hacer lo mismo, pero fui interrumpida por alguien que se interpuso en mi camino.
Alex me observo intentando buscar algún rastro de enojo en mis ojos, pero ya lo había superado, al notarlo me sonrió con sinceridad.

- ¿Podemos hablar?

Inquirió con un tono de voz más amable de lo usual, esto era terriblemente extraño.

- Ya lo estamos haciendo.

Espero unos segundos para volver a hablar, me impacientaba cuanto parecía meditar sus palabras. No comprendía a donde quería llegar.

- Ayer no respondiste mis llamadas. Y... lo siento por faltar a la tutoría, yo... bueno no puede mentirte lo viste todo. Quería pedirte disculpas, prometo que no volverá a suceder - sus ojos indagaron los míos, mientras que sus manos despertaban su cabello -... ¿continuaremos con las clases?

- Esta bien... - conteste sin saber que más decir, en lo único que podía pensar era en su mejor amigo -... otra pregunta, ¿viste a Cameron?

Pude ver la sorpresa en sus ojos verdes, como si lo último que esperaba era que le preguntara por su amigo. Intento disimularlo, mientras acomodaba su mochila en su hombro.
Los pasillos ya se encontraban vacíos, y nosotros dos ya debíamos estar en clase, pero aquí estábamos.

- ¿Por qué, preguntas por él? ¿Te gusta?

- ¡No! - me apresure a mentir y me maldije por preguntarle a él.

Broken Hearts (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora