*Detenidos*

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Orihara Izaya y Heiwajima Shizuo se encontraban luchando como ya era costumbre. Izaya corría para tratar de huir de Shizuo que ya era evidente estaba molesto, pues ésta vez Izaya, le había jugado una broma a Shizuo, aunque Izaya no creyó que Shizuo se molestaría tanto, terminó siendo de esa forma.

- ¿porqué te molestas Shizu-chan? no es la gran cosa - decía burlón el pelinegro mientras saltaba para esquivar un poste que le lanzaba el rubio para matarlo.

- ¡¡¡¿qué no es la gran cosa?!!! ¡¡¡Tom-san ahora pensará que me acuesto con prostitutas!!! - gritaba el rubio molesto. 

Como ya se lo han de imaginar, Izaya había llamado a una prostituta para que fuera hasta el trabajo de Shizuo diciendo que él era quien la había contratado. Sabía que Shizuo se molestaría, pero Izaya quería saber porque era que nunca le había visto con ninguna mujer, así que quiso descubrirlo enviándole una prostituta. Así sabría si Shizuo era tímido o simplemente le gustaban los hombres.

Izaya corría aún riéndose de Shizuo, no podía entender porqué le molestaba tanto la "ayuda" que le había brindado, ya creía que por ser él era que le molestaba ese "favor."

- vamos Shizu-chan, no te molestes, estaba haciéndote un favor, incluso la pagué con mi dinero - seguía corriendo mientras huía muy divertido

- ¡¡¡cállate maldita pulga bastarda!!! ¡¡¡yo no soy de ese tipo y no necesito de tu ayuda, yo solo puedo tener algo con quien quiera!!! - tomaba ésta vez una máquina expendedora que le lanzaba pues quería matarlo, estaba tan molesto de la humillación que había tenido hace un momento que sólo podía liberarla corriendo tras el causante y no se detendría hasta ver su cadáver

- vamos, Shizu-chan, no me vas a decir que no te gustan las mujeres - se detuvo para darse la vuelta esquivando esa máquina para mirarlo de frente sonriendo con esa sonrisa que ya sabía a Shizuo le fastidiaba - ¿o es que acaso te gustan los hombres? - no lo dejó responder sólo comenzó a reírse como si la respuesta hubiera sido positiva - ¡A Shizu-chan le gustan los hombres! Que divertido~ - reía para notar el enfado del rubio que evidentemente comenzaba a perder más la paciencia.

- ¡¡¡Cállate!!! ¡¡¡yo nunca dije eso!!! ¡¡¡maldita pulga!!! - Shizuo tomó ésta vez un letrero de tránsito, lo movía una y otra vez como si fuera una espada, su objetivo sería darle a Izaya.

Izaya lo esquivaba de todas las formas posibles mientras iba retrocediendo y seguía riendo. Izaya ese día estaba de humor, pues había tenido un buen negocio y todo le había salido como lo esperaba, por lo que quería cerrar con broche de oro, yendo con Shizuo a humillarlo, nada lo hacía más feliz que ver a su enemigo molesto, por lo que la vitalidad de Izaya estaba más que al cien.

Shizuo notaba eso, pero su molestia era tanta que no se iba a detener, sólo recordar a la prostituta que iba a hacerle un oral frente a su jefe bastaba para hacer que éste se sonrojara de ira y no quisiera desistir de matar ésta vez a su enemigo. 

Ninguno cedería hasta ver al otro muerto, aunque en realidad Izaya sólo se estaba divirtiendo haciendo cortes en Shizuo cada vez que lo tenía cerca.

Seguían corriendo por toda la ciudad al mismo tiempo que más cosas seguían volando. Nadie se metía en la pelea, pues ninguno quería salir lastimado. Así que toda la ciudad era un campo de batalla con gente oculta detrás de donde podía.

Shizuo ya harto de no alcanzar a Izaya tiró ese letrero y alzó otra máquina expendedora que se encontraba por ahí. Sería todo o nada, le daría de una vez por todas al acorralado Izaya.

Izaya sonreía, le haría pensar a Shizuo que había sido acorralado aunque aún le quedaba mucho a donde correr pues podía trepar las paredes, pero ese no era su objetivo, su objetivo sería que Shizuo le lanzara la máquina y al quitarse le diera a la jefatura de policía, con eso, terminaría en la cárcel.

En la prisión...!!! (Shizaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora