Es la primera noche y ya me aburro.

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Después del discursito nos dijeron que fuésemos a cenar. Había sopa y hamburguesa. Obviamente, pasé de la sopa y fuí a por la hamburguesa. Estaba muy buena, a decir verdad. Sobre todo después de que le quitase la lechuga. La comida sana no me gusta. Seguramente me de un yuyu un día de estos por no comer sano, pero, bah. Moriré feliz.

Luego hicimos una actividad para conocernos mejor los unos a los otros. Yo intenté memorizar todos los nombres que pude de la gente que no conocía.

Consejo #12: memoriza los nombres de la gente.

Por lo visto, las otras tres que estaban en las literas de arriba en nuestra habitación, eran, una chica alta y con buen tipo que se llamaba, eh, Carmela.

Otra chica con gafas y braquets que, ¿Cómo se llamaba? A sí, Laura.

Y una chica que tenía el pelo por la cintura y a la cual le afeaba una cierta obesidad, Luna se llamaba.

Salimos de la gran cabaña, para dormir, ya que era muy tarde.
La noche estaba muy cerrada, muy oscura. Hacía muchísimo frío. Estaba helando.

Huele extraño, como a animales, los del zoo que dijeron en las normas, seguramente.

Llegamos a los edificios con las habitaciones donde dormíamos, y nos metieron mucha prisa para que nos pusiéramos el pijama. Una vez en la habitación, me di cuenta de que yo dormía debajo de Carmela, y como no me apetecía dormir abajo, tras un rato de charla con ella decidimos dormir arriba juntas.

Consejo #13: hazte amigos en la habitación y búscate un buen lugar para dormir.

***

Los monitores ya se han ido y la fiesta en la habitación 5 ya a terminado. Son las 2 de la mañana. Isabel y yo estamos en la cama de arriba con Carmela, la cual está dormida. Exacto, tres en una cama, parecemos salchichas en lata.

- Me aburro - Declara Isabel.
- Te creo. Yo también- Digo mientras me llevo a la boca pepitas de chocolate que tenía guardadas en una bolsa. Parecía una bolsa normal, aunque tenía todo lo "ilegal". Es decir, la comida y la navaja multiusos.

- ¿Me acompañas al baño?- Dice Isa.
Yo lo medito. Por un lado me da una pereza tremenda. Por otro aquí me aburro.
- Seh - Digo.

Abrimos la puerta muy suavemente. Me asomo y miro de lado a lado. Ningún rastro de Evangeline o de Alfy, otro de los monitores con mala leche. Aunque mejor que Evangeline, eso si.

Consejo #14: si vas a salir por la noche más vale que no te pillen.

Salgo despacio sin hacer ningún ruido, ya que llevo calcetines. Afuera, en el pasillo, hace muchísimo frío, pero seguro que menos que en el exterior.

Avanzamos agachadas (para que no se nos vea a través del cristal).
Pasamos delante de la habitación 1.
-Espera- le digo.
Abro suavemente la puerta de la 1.
-¿Rachel? ¿Daniela?- susurro.
Isabel me mira.
- Nada, están dormidas.- Digo con tono de desaprobación.

Abrimos la puerta del baño. Dentro hace una temperatura perfecta, no tanto calor como en la habitación, no tanto frío como en el pasillo.

- ¿No querías ir al baño?- Le pregunto.
- Creía que querías tu-
- No, pero aquí podemos hablar más cómodamente, mira el lado bueno.
-Ja, si.- Isabel extiende la mano - Dame comida - le doy chocolate.

- Vamos a asomarnos por la puerta, igual los chicos han tenido la misma idea que nosotras- Me dice.

A mi me apetecía poco asomarme al exterior, con todo el frío, creo que está nevando, y yo en manga corta de pijama. Además, mucha casualidad sería que estuvieran estos. No me parece buena idea en absoluto.

- ¡Bien, buena idea! - exclamo. Creo que mi lengua no va acorde con mi cerebro. Ni yo entera. Mi cerebro se ha vuelto como una voz chiquita que dice: no, no lo hagas.
Y luego una más grande e instintiva que dice: ¡TU HAZLO, Y A VER QUE PASA!

Salimos del baño. Abrimos la puerta que daba al exterior. Asomamos la cabeza. Y, efectivamente, tras el cristal, veo a dos figuras avanzar sigilosas por el pasillo. Me fijo bien, y veo a Luck y a un chaval al que llamamos el Mandarinas. Se meten rápidamente en una habitación.

- Bien, ya no hay nadie así que vamo...
- No, ¡Espera! - Me interrumpe.
- Vamos, al baño. - continúa.
- ¡Pero si eso es lo que decía yo! -

Isabel me ignora. Me coge de la mano y me arrastra a través de la fila de baños y duchas, hasta el final, donde hay una ventana. La abre. Entra todo el frío.

- ¡Batho, estamos aquí, deja de agacharte! - exclama dirigiéndose hacia la ventana que había en el simétrico edificio de los chicos.

Esta pava, está loca. Ahí no hay nad...
Entonces Batho se asoma por la ventana. Yo flipo.

- ¿Qué haces ahí? - digo yo.
- Shhh... Hablad más bajo.- contesta Batho. - Quedé con Isabel a esta hora.-

Que pilla, al final sí que quería ir al baño.

- Pero escuchadme - continua él
- debéis iros. Alfy... Creo que ya ha pillado a dos.
- ¿Luck...? - digo con un hilo de voz.

Batho deja (por primera vez...) De mirar a Isabel. Me mira a mí y menea la cabeza de arriba a abajo en un gesto afirmativo. Han pillado a Luck. El continúa hablando.

- Pero escuchad, hay algo... Peor que Alfy o Evangeline. Algo... Que no es una persona, son algún animal, eh, ¿Dijeron que había zoo? - Dice con mucho nerviosismo. Entonces escuchamos un ruido, lejano.

-¡Adiós!- Declara Batho, cerrando la ventana con pestillo.

Se oye un ruido más cerca. Isabel y yo nos miramos. Ahora vuelve a sonar, con suficiente nitidez para que las dos lo identifiquemos a la vez:
- ¡Un aullido! - decimos al unísono.

En un mismo movimiento cierro la ventana y pongo el pestillo. Isabel susurra: - Lobos. Por suerte, no abren puertas -

Entonces pienso por dónde podrían pasar. La ventana, cerrada. Puerta, cerrada. Puerta trasera... Trago saliva. Abierta. Se lo comento a Isabel. Se queda paralizada.

- ¡Auuuuuuw! - suena alarmante mente cerca.

Piensa rápido, ¡Miriam! Me digo.

Consejo #16: mantén la calma en los malos momentos.

La navaja. En la mochila de comida. Tengo que ir a por ella. Está junto a la puerta del baño, que no se cierra. Es la única oportunidad, los lobos ya nos han olido.

- Snif snif Snif. - se olle a un lobo olisquear al otro lado del pasillo.

- Deseame suerte.

Cómo sobrevivir a un campamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora