¿De mañanita y ya estamos andando?

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Despierto de nuevo en mi habitación, apretujada en una litera junto a Isabel. Alfi, el monitor, entra en la habitación y le dá golpes a una cazuela para despertarnos. Al irse se deja la puerta abierta, así que entra el frío. Todas las de la habitación ya están cambiándose y debatiendo sobre cuáles zapatillas combinan mejor, si las Puma o las Adidas.

(Mal) Consejo: ponerse ropa bonita para andar por un camino embarrado (no hacer)

Cuando ya no soporto el frío y sigo en pijama cuando todas ya están saliendo, es cuando doy un salto desde la litera de Carmela, (donde me he quedado dormida) hasta el suelo. Me pongo unos pantalones de chándal y una sudadera con un lema ecologista escrito en inglés. También me pongo el abrigo de invierno extra-gordo con el que parezco una bola invernal. Busco mis guantes por la maleta durante un minuto hasta que Lydia aparece y me dice que me dé prisa, que ya se han ido todos.

Consejo #22: no tardes mucho en prepararte, o perderás a los demás de vista.

¿Donde habrá dormido Lydia? No tiene asignada habitación. ¿se habrá encargado Mathew se eso o...? Jaja, que pillina...

***

Desayunamos leche con cereales. También hay galletas y bollos, si estás dispuesto a pelearte con los de la mesa del fondo, que han acaparado todo.


Salimos de la cabaña grande al exterior donde todo está nevado y congelado. Alfi empieza a hablar tras pedir que le atendamos.

- Esta noche han pasado algunas cosas que quiero hacer notar.

La mayoría de las personas hacían notar con aire de superioridad que aquella noche tan solo habían dormido como angelitos, pero los que realmente hemos hecho algo estamos cabizbajos. Pienso que es demasiado fácil detectar que no he dormido nada así que empiezo a vociferar que yo no he salido de mi cama en toda la noche.

Consejo #23: disimula o haz lo que sea para que no te pillen...

Entonces Rachel, tan oportuna ella, aunque haciendo por lo menos la función de mejor amiga me dice:

- A ver, no nos pueden castigar por lo de anoche, es más, soy yo la que los va a denunciar, que sinvergüenzas, casi me matan los lobos... Yo me he quedado con el trauma aquí gravado.

- ¿Y Daniela? ¿Qué tal con eso de que se quedó inconsciente?

- ¡Jajaja! Tranquila, ¡Si más tonta no la van a dejar! Mírala, si la han dejado mejor, ese moratón que tiene en la cabeza le hace más sexy...

- ¡Tía, Rachel!

Entonces es cuando veo a Luck. Le miro fijamente por algo que oí de que inconscientemente si alguien te mira mucho te giras a ver, porque quería que me viera, quería preguntar...
En ese momento me doy cuenta que después de que Alfi terminara su discurso de no salir por la noche, le mira fijamente a él.

- ¡Luck, Marius, venid aquí!

Ambos dan un par de pasos hacia Alfi. El otro chico es al que llamamos el Mandarinas por ser este el alimento base de su alimentación. Creo que ha Luck le ha convencido de que le acompañara aquella noche, siguiendo mi consejo #24:

Consejo #24: compartir la culpa.

Alfi habla: - Que todo el mundo sepa que habéis incumplido una norma del campamento y que se os castigará correspondientemente. Y que la necedad cometida por estos dos camaradas sirva de ejemplo de lo que NO se debe hacer.

Luck mira a Mathiew desesperadamente, ya que es el único monitor que conoce y el único que le debe parecer suficiente comprensivo para salvarle. Mathiew le hace una mueca de que no quiere comprometerse, pero la mirada de socorro de Luck le puede.

- Vamos, son cosas de críos Alfi, ¿Y que si han salido por la noche? Igual iban al baño...

Alfi le responde enfadado:
- ¿Cosas de críos? Los componentes de este campamento tienen entre 15 y 17 años. Bueno, ¡Que digo! Que más da eso, ¡Se han saltado una norma!

- Una norma que carece de sentido.

- ¿Que carece de sentido? Esa norma tiene más años que tú, y casi tantos como yo.

- ¿Tienen tantos años como tu? Ostras, pues sí que están viejas eh... Ya no pintan nada.

- ¡Esas normas son así desde los inicios de la guerra!

- Igual es hora de cambiarlas.

Alfi le dirije una mirada terrible.

- ¡¿Quién eres tú para decirme eso?! ¡Yo soy un general del ejército hecho y derecho que ha llegado hasta aquí con  el sudor de su frente! Tú eres un mindundi de 18 años, pero oye, el chaval es superdotadito, hola, y ya es mayor de edad... ¡Yo soy tu superior, y tú te callas!

Mathiew cierra la boca pero le dice todo lo que tiene que decirle con la mirada.

El viejo se gira de nuevo hacia la pareja de castigados y les repite que habrá consecuencias.

¡¿Nadie ha notado que esta noche una manada de lobos a entrado en el edificio de las chicas y que a poco me comen viva?! Aún así, sigo el consejo que un día me dió Batho:

Consejo #25: Es mejor saber cuándo callarse que ver como cuando metes la pata ya es demasiado tarde.

Evangeline, la repelente jefa del campamento, se sube a una caja para disimular su baja estatura y coge un altavoz de mano para que se le oiga al hablar.

- Dejando este tema aparte, he de decir que hoy se harán las pruebas de capacitación. Se os evaluará en diferentes aspectos para ver vuestro nivel. ¡Seguidme!

Mientras los monitores nos llevan por el monte como si fuéramos ganado, aprovecho para hablar con Luck.

- ¡Hola! - digo susurrando, y me doy cuenta que estoy jadeando debido a la empinada pendiente que estamos subiendo entre los abetos.
El también parece estar cansado, ya que coge aire antes de responderme.

- He, ¿que tal? - dice como si nada.

- ¿Que pasó anoche? Quiero decir, exactamente.

- jaja, tu siempre llendo al grano...

Luck mira a ambos lados y hacia atrás, sin dejar de caminar, lo que le hace perder durante unos segundos el equilibrio con un charco helado. Me iba a reír cuando una rama baja me dá de improvisto en la cara, así que disimulo.

- De acuerdo Miriam, te lo contaré

- ¡Genial! Vamos al final de la fila.

  ***

Cómo sobrevivir a un campamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora