Absolutamente precioso

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Una vez al final de toda la fila de gente, Luck me cuenta lo que pasó:

- Realmente extraño. Marius y yo estábamos en nuestra habitación, no podíamos dormir, bueno, yo no me quería dormir, y le dije que me acompañara a la habitación de Batho. Nos asomamos, y no había nadie. Salimos. Miramos por la ventana del pasillo, y tampoco había nadie. Entonces, nos damos la vuelta, hago el amago de abrir la puerta, se oye como un sonar de engranajes, y allí estaba él.

- Ostras.

- Puede que esto valla a tener consecuencias, pero me va a venir bien.

- ¿Como dices?

- Miriam, no lo entiendes, no estuviste allí, REALMENTE se apareció como si nada. ¡Oí engranajes!

- No te sigo.

- ¿Te acuerdas cuando éramos pequeños y queríamos colarnos en la tesorería del colegio?

- ¡Sí! - empecé a recordar y a hablar con aire ensoñador - Para entrar estuvimos meses ideando cómo encontrar la contraseña o forzar la puerta, pero no descubrimos nada. Entonces, cuando ya no se nos ocurría nada, vimos la ranura del aire acondicionado, nos colamos y ¡Bingo!

- Exacto.

En aquel momento se acercó Grover, un monitor, y aceleramos para ponernos con los demás.

Consejo #26: ser precavido.

***

El pequeño paseo se ha vuelto una marcha costosa, y cuando entramos en una pradera en la que se había acumulado la nieve por la rodilla empiezo a hablar con Tiana. Decido contarle lo de Luck, ya que lo que él no quería era que lo supieran los monitores.

Le cuento exactamente lo que me dijo.

- Y no se exactamente a qué se refiere, osea, por el aire acondicionado no a entrado, en este lugar no suele hacer precisamente calor así que no hay.

Tiana mira al suelo pensativa y me contesta:

- Túneles.

- ¿Como dices?

- Luck se refería a túneles. Si te fijas, al pisar en ciertos puntos, suena hueco. En una rendija del suelo de mi habitación, si fijas la vista, por debajo no hay suelo. Y el árbol en el pasillo es algo, seguro. Si hay túneles donde las chicas también donde los chicos.

- ¡Cierto! - Dice Rachel, que ha aparecido de la nada y a escuchado todo. - ¡Y no sólo eso! Me apuesto un
i-phone a que hay cámaras de seguridad en los túneles.

-¿Que demonios? - digo yo - ¿Tan grande era la rendija de tu habitación que viste una cámara?

- No amiga mía, no. Se le llama intuición. - En ese momento Rachel se puso en modo agente de la CIA. - Miriam, ¿Te acuerdas de las cámaras de vigilancia? Bien. Aquí no hay electricidad, así que están conectadas inalámbricamente a un repetidor que hay en la jaula de los patos, en el zoo. Sin embargo, el repetidor, basándome en la marca y el tamaño, suministraba a unas 100 cámaras. Pero siguiendo el patrón con el que están posicionadas las cámaras, solo hay 60-70. Añadiendo el hecho de que son demasiado agarrados para pagar por energía de más, las otras 30-40 cámaras están en algún lugar, pero dentro del recinto, ya que el repetidor solo alcanza un radio de dos kilómetros. Osea, bajo tierra.

Me quedé con la boca abierta por lo observadora e intuitiva que era Tiana, y porque no sabía si Rachel era un maldito genio y había que hacerle un monumento o si había que meterla el un sicológo porque estaba como una cabra.

Con esta impresión llegué al final de la marcha, un lugar muy pintoresco.

Había unas colinas a la derecha, de donde salía un río que se metía en un tupido bosque a la izquierda, justo en frente una base con chozas y dos camiones militares con cargamento, y detrás, unas empinadas y nevadas montañas. Nosotros veníamos de la explanada, que en este punto no estaba tan nevada, aunque había hierba alta. Al llegar unos alces salen corriendo y se refugian en el bosque.
"Allí habrá lobos" no puedo evitar pensar. Creo que me he traumado.

Un momento. Si esos túneles conectaran con el zoo, ¿habrían llegado por ahí los lobos?

Avanzamos por la llanura, cruzamos el puente y llegamos a la base. Nos sentamos en unos bloques de cemento y nos dan peras para almorzar. La mía la tiro por ahí porque había un gusano, pero podría haber sido peor, Marius mordió la pera y encontró MEDIO gusano...

Consejo #27: No te fíes de lo que te comes

- ¡Miriam, Miriam! -

Tiana se acerca corriendo y tapa una bolsa con el abrigo que me he quitado.

- ¿Miriam, sabes que? Mi pera estaba podrida ¡Y les he robado la comida a los monitores!

- ¡No fastidies! ¿Se han dado cuenta?

- Miriam, por favor, mira con quién estás hablando... -

No, no se habían dado cuenta. Comimos un poco y devolvimos el resto a la caja donde las cogió. Giro la cabeza y oigo un ruido de motor que se va acercando. Se olle un grito amortiguado: "¡Más rápido! ¡Jajajaja!"
Y veo un jeep salir disparado del otro lado del la colina.

Lo conduce Mathiew y en el asiento del copiloto va Lydia, riéndose como si no hubiera mañana, y con sus rizos oscuros revueltos. El jeep aterriza y ambos saltan. Se llenan de barro al caer en un charco.

Consejo #28: evita saltar en los charcos a menos que tengas complejo de Pepa pig.

Matthew dice que ya a llegado con la campista que faltaba, y que las pruebas pueden dar comienzo.

"Que geta oye, no ha tenido que hacer la caminata"

Cómo sobrevivir a un campamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora