María se encontraba asustada, la habían secuestrado y no sabía qué pasaría con ella. Ella había estado muy contenta mientras salía del gran hospital central luego de haber dejado su currículo, cuando de la nada una camioneta negra para en la esquina que ella estaba esperando para cruzar y tres hombres se bajan de ella y a la fuerza la obligan a entrar.
Hacía apenas unas semanas que se había recibido de enfermera y estaba buscando su primer trabajo. En verdad quería este empleo, a sus 22 años aún vivía con sus padres y aunque los amaba no veía la hora de irse a vivir sola. Eso iba pensando cuando se acercaba a la esquina, si la contrataban aquí solo era cuestión de meses antes de que su economía se regularizara y pudiera mudarse a su primer departamento.
Sin embargo, nada de eso pasaría, ya que en lugar de estar camino a su casa luego de una mañana de larga caminata entre los hospitales y clínicas privadas se encontraba asustada en la parte de atrás de una trafi con una bolsa en la cabeza que no la dejaba ver nada.
-Tranquila bombón- Escucha la voz rasposa de un hombre -Si te portas bien y eres una buena niña, no te pasara nada-
-Por favor- Pide ella tomando coraje y volviendo a hablar luego de que la silenciara de un golpe que la dejo mareada y con ganas de vomitar -Mi familia no tiene dinero, mis padres son docentes y apenas pueden llegar a fin de mes-
-Hoo tu tranquila- Dice la voz de otro hombre, que tal parecía era el que conducía -No es dinero lo que buscamos, así que no tendrás que preocuparte-
Aunque le había dicho que se quedara tranquila, sus palabras no hicieron más que aumentar su terror. Nada bueno podía salir de un secuestro cuya finalidad no era pedir una recompensa. Y su terror aumento más cuando horas después la sacaron de la camioneta y le descubrieron la cabeza, pues no llevaban mascara y eso podía significar que podían tener la intención de no dejarla con vida. Aunque su mayor miedo se produjo cuando la hicieron bajar por un ascensor varios pisos más abajo.
-Espero que te gusten- Dice el hombre que la llevaba del brazo cuando escucha su jadeo de sorpresa y horror -Porque serás la perra de uno de ellos-
La estaban llevando por un pasillo donde lo único que se veían eras jaulas, grandes jaulas, a lo largo de las dos paredes con personas dentro. Son nuevas especies, piensa cuando los reconoce, pues era imposible no saber lo que eran, desde hacía tiempo la gente no hacía otra cosa más que hablar de ellos.
-Apresúrate- Le dice el hombre tironeándole el brazo para hacer que se apure -No te gustara hacerle esperar-
----------------------(6 meses después)----------------------
690 se encontraba en su celda, la misma celda que le dieron cuando le trajeron a su Mary. Todo había empezado cuando una mañana lo sacaron de su antigua celda y lo llevaron al patio para darle una paliza, una vez que se cansaron de golpearlo lo arrastraron a esta celda y lo dejaron dentro. Unas horas después se había abierto la puerta y una mujer humana fue lanzada dentro de la habitación, uno de los técnicos le lanzo una bolsa roja y de dijo que atendiera sus heridas.
690 jamás había conocido la bondad de un humano hasta ese día, cuando la pequeña humana le curó sus heridas con sumo cuidado y dedicación. Naturalmente, la nueva especie no se dejó engañar, pensando que todo podía ser una cruel broma de sus captores.
Esa noche se llevaron a la humana y cuando la trajeron de vuelta le habían cortado el pelo y llevaba la misma ropa que las mujeres nueva especia. Entonces uno de los doctores entro y le dijo a 690 que como había sido tan bueno todo ese tiempo le había traído una compañera para él, que la humana era suya y se quedaría en su celda para siempre.
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Own
Fanfiction690 estaba atrapado en una de las instalaciones de Industrias Marcile que aun no habian sido allanadas cuando una humana es arrogada dentro de su celda. Él jamás había conocido la bondad de un humano hasta ese día, cuando la pequeña humana le curó s...