Capítulo 1
Introducción
Ahí se encontraba él, situado en el medio de su nueva habitación. Ya no tenía amigos, ya no tenía padres, ya no tenía familia. Estaba solo, temblaba del miedo, se preguntaba una y otras vez: ¿Quiénes eran estos extraños? ¿Y por qué no podía si quiera ver la luz del sol?
Pasaban los días con los cambios haciéndose presentes, estaba parado frente al espejo. ¿Qué me está pasando? Se preguntó a sí mismo, su cuerpo era de un mismísimo Dios griego, su cabellera se tornó de un color castaño oscuro, —era tan oscuro, era tan fuerte ese color, a simple vista se veía que no era el color castaño común—. Tenía un color carmesí en las mejillas del calor que emanaba su cuerpo pero era muy, muy imperceptible—casi como si estuviera muerto—, su piel blanca se había tornado un poco tostada por los químicos, sus labios eran tan rojizos como la sangre y ásperos, sus ojos ya no eran oscuros sino avellanas tan fríos, que pareciesen adoptar otro color —tenían una peculiaridad tan extrema que parecían totalmente inalcanzables para cualquier humano—, pero su cuerpo dolía como si de las llamas del infierno se tratara.
Era una mutación extraída de una enfermedad que fue nacida en solo una generación, muchos murieron en el instante en que dicha enfermedad se esparció, esa mutación daba muerte cerebral a quien no fuese capaz de soportar por lo débil que era su cuerpo, solo dos engendros fueron capaces de controlar dichas anomalías que contenía la extraña mutación que venía entre el cerebro hasta las células que corrían por su sangre.
Era una enfermedad, era un síndrome especial de esa generación, al cual el científico Balthasar Galassia LeBlanc le dio por nombre: Syndrome the brave.
Galassia tenía bajo su control al primer neófito existente, el otro neófito lo encontró dos años después al enterarse que era un refugiado escondido en una de las instalaciones que poseía la familia Gamnen, en donde ocurrió una masacre que dio con exactitud la ubicación del único neófito que quedaba en el mundo, el tiempo que el primer neófito llevaba desarrollando su síndrome en el laboratorio fue el mismo que le tomo al científico descubrir que el segundo no poseía la misma capacidad que el primero, poseía la mitad de las anomalías que el primero porque su cuerpo no era del todo resistente.
Los "extraños" eran conocidos para ellos ya que eran sus ratones de laboratorio. ¿Qué son? Siempre era esa misma pregunta, le pegaban, le echaban sustancias radioactivas, le quemaban e intentaban de todo, pero su formas de recuperarse era sorprendente. Unos de eso extraños era el científico, dado que todo lo que intentaba daba extraños resultados, ellos no eran normal, eso no cabía duda.
Una noche sus mentalidades cambiaron, ya no eran inocentes, sus pensamientos eran como si se tratara de unas criaturas que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos —usualmente en contra de la naturaleza, muerte— para así mantenerse activos.
Tiempo después Galassia sacrificó a dos de sus colegas una noche, quedando solo él, el cual el susodicho decidió usarlos como armas mortales.
"¿Por qué no?" —Se dijo así mismo; eran poderosos y casi indestructibles, podrían persuadir a cualquiera con sus anomalías y encantos.
Hizo su decisión tomando el primer vuelo rumbo a Existence a concretar ciertas deudas que le tenían pendiente, siendo los neófitos el plato principal.
En Existence los crió, le inculco todo sus conocimientos, les enseñó dos maneras de pelear a cierto caso él ya era viejo, en todo ese tiempo empezó amarlos como sus propios hijos. Poniéndole solo una misión al principal de ellos, matar a la hija de su peor enemigo, poniendo así su mayor venganza, como ese bastardo mato a la única mujer que él amo.
El primer neófito cada día se volvía más, y más fuerte, su sed de sangre fue controlada por una mentalidad frívola bastante estructura a la hora de crear y concretar sus negocios, cuando las cosas no salían como él quería su manera de aniquilar a las personas era tan tenebrosa, oscura y retorcida como si de un monstruo se tratara, él ya no tenía sentimientos algunos hacia otras personas, —aunque parecía tener cierto aprecio hacia el científico y ciertamente hacia su compañero de siempre—.
No tener sentimientos era lo vital para concretar misiones.
º'º
Existence es la capital de Ginovea y una de las más grandes ciudades ricas. Es para muchos el destino turístico más romántico y popular de todo el planeta, pero para personas como nosotros... Era la cuna de ventas de drogas, carteles e inicio de cavarettes.
El diablo, la futura mano derecha del jefe dirigía al grupo, controlando grandes exportaciones por los rápidos túneles secreto que daban al punto de encuentro... la Catedral de Existence. Llevan a cabo sus misiones cada mes, el tráfico de armas era cada vez más visto junto con la inauguración de un nuevo burdel que se veía cerca.
Grandes puntos turísticos como el gran edificio de Sam Nova, las Cinco Torres de Gael y el Museo de Aidetore estaban custodiados. Puntos bastantes obvios a decir verdad, pero invisibles ante el ojo de la policía.
El diablo, sin duda, sabía lo que hacía.
La policía seguía pistas falsas lo que creían era una huella fantasma fue más que un error, cansados de no poder atrapar a estos malhechores/gamberros, decidieron arriesgarse por la huella fantasma e infiltrarse. Era un todo o nada, su mejor policía por la cabeza del cartel, pero fueron descubiertos a tiempo por El diablo, tomando parte control de una de las fuerzas armadas más poderosa.
¿Quién era El diablo?
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Lazos Rotos
Science FictionÉl creía no tener alma pero incluso para formar o romper un lazo se debe tener una.