Capítulo 3

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-¿Por qué la has llamado?

-¿Por qué no me podía llamar? –ambos nos quedamos mirando, en la sala estaba Dylan y nos miraba a los dos. -¿Cómo se te ocurre ir a esa protesta? –yo estaba muy molesta. –Eres una detective, ya no eres un policía que está en las calles e ir a ese tipo de casos.

-Dylan. –dijo Dean. -¿Por qué la llamaste?

-Lo siento Dean, pero no sabía a quién llamar y por lo visto, ustedes son como hermanos.

-si lo somos, pero no tenías que llamarla, ella es muy exagerada con todo.

Yo tenía lágrimas en los ojos, pero no iba a llorar, sabía que lo estaba haciendo para que no fuera a verlo. Mire a Dylan quien me estaba mirando, el luego miré a Dean quien me estaba mirando.

-sabes que me preocupo por ti, ¡idiota! –me acerque a él. –eres mi única familia Dean, obvio que me preocupo por ti.

-ven aquí. –me acerque y me acosté a su lado. -¡ay!

-lo siento.

-yo los dejos solo. –dijo Dylan. Él se fue y me dejó a mí y a Dean solos.

-¿Qué fue lo que pasó? –él se quedó en silencio. -¿no había escuchado de alguna protesta?

-no es el momento de hablar de eso Mad, solo quedamos así por un momento. –no me gustaba cuando él no me decía la verdad, pero no tenía otra opción. Cerré los ojos por un momento y luego me quede dormida, desperté ya que alguien me estaba moviendo y veo que era una enfermera.

-señorita tiene que salir. –yo me doy cuenta que todavía seguí durmiendo al lado de Dean. –aparte no puede estar aquí con el paciente.

-lo siento, me he quedado dormida.

-está bien, pero tiene que irse. –yo me levante sin que Dean se despertara, pero cuando estaba saliendo de la sala, veo que Dylan todavía seguía aquí.

-pensé que te habías ido.

-estaba hablando con el jefe. –nos quedamos mirando, era algo incómodo ya que no sabía lo que le podía decir. -¿Quieres beber algo de café?

-no me gusta el café. –lo quede mirando y él miró al suelo. –pero te acepto un té. –el me miro y sonrió. La sonrisa de él era, no lo sé, nunca había visto una sonrisa como la de él.

Comenzamos a bajar y fuimos a la cafetería del hospital, yo no soy de esas chicas que se colocan nerviosa con un hombre, he tenido varios novios y muchas veces he hablado con hombre desconocido y menos una placa me exita, pero él, no lo sé, es como algo extraño ya que no sé qué hablar con él en este momento, aparte he conocido amigos de Dean que son guapos pero ninguno provocó algo en mi como lo estaba haciendo él en este momento.

-tú y Dean, desde cuando se conocen.

-fuimos vecino desde la infancia.

-entonces se conocen desde toda la vida. –yo asentí con la cabeza. –yo lo conocí en la academia, es una buena persona.

-¿estamos hablando del mismo Dean? –el me quedo mirando, yo estaba seria pero luego comencé a reírme. –era una broma. –el me quedo mirando. –lo siento, es que todas las personas que nos conocen y luego me dice que Dean es una buena persona, creo que se equivocan.

-¿Por qué me iba a equivocar? –él estaba serio y yo lo quede mirando. Creo que no es una buena persona para las bromas, pero cuando yo iba a decirle algo, él sonrió.

En busca de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora