Capítulo 15

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Estaba en un lugar que no conocía. Me estaba sintiendo un poco extraña y con sensaciones rara. Miraba para todos lados, pero no se veía ningún rostro conocido y eso más me daba miedo. Siento que alguien me toco el hombro, pero cuando me doy vuelta no veo a nadie, me asuste así que iba a caminar cuando veo a una persona con una máscara de payaso. Desperté saltando de la cama y estaba toda transpirada, miro la hora y eran las dos de la madrugada. No he tenido pesadilla desde hace mucho tiempo, pero esta era muy extraña como las anteriores.

Tomé mi teléfono y comencé a buscar el número de la única persona que me puede ayudar, estaba un poco nerviosa, ya que no he sabido de esa persona hace diez años. Apreté el botón y comenzó a marcar el número.

-¿con quién hablo? –pensé que me había equivocado de número.

-disculpa, este es el número de Augusto.

-¿Quién pregunta por él?

-soy Madison.

-espera un momento.

El otro lado del teléfono se quedó en silencio, pensé que me habían cortado, así que mire y veo que los números seguían corriendo. La espera fue algo largas, hasta que escucho que alguien tomo el teléfono.

-¿Eres la hija de George? –tenía que decirle quien era.

-sí, soy yo. –de nuevo el silencio, pero luego escucho una voz familiar.

-cariño, ¿eres tú?

-hola padrino.

-cariño tanto tiempo sin saber de ti.

-demasiado tiempo padrino y perdón por la hora.

-no importa por eso, sabes que tu padrino no duerme. –me quede en silencio ya que no podía decirle por teléfono lo que tenía que preguntarle.

-¿tienes un tiempo?

-¿Qué pasa cariño?

-tengo que hablar contigo, pero sabes que por teléfono no se puede.

-lo entiendo. –él se quedó en silencio ya que me imagine que él estaba pensando en algo. –porque no nos vemos afuera de la luna. -sabía muy bien donde era ese lugar.

-está bien.

-me alegra demasiado escuchar tu voz cariño.

-igual padrino, me alegra mucho.

-te veo dentro de dos horas

-está bien.

Las claves son comunes en mi familia, cuando decíamos dos horas eran que tenía que juntarme con él inmediatamente. Como mi casa estaba vigilada, tenía que hacer un ritual para poder que ellos no sepan el lugar a donde iba a ir. Tome el auto he hice muchas cosas hasta que los perdí, lo bueno que no se veía mucho autos ya que eran las tres de la madrugada. Llegue al lugar del encuentro y veo que había un auto negro con las ventanas polarizadas y sabía muy bien que era la gente que tenía mi padrino. Pare el auto y uno de ellos se acerca y comenzó a revisar el auto, cuando termino me indico que me bajara del auto y que fuera al auto que estaba enfrente, cuando me subí estaba mi padrino dentro de él, lo abracé y él hizo lo mismo conmigo.

-gracias por venir. –le dije.

-¿Qué ha está pasando cariño?

-muchas cosas padrino, pero creo que tienes que estar al tanto de eso.

-algo me entere por mis hombres, pero tu como estas, tu sabes que me hubiera gustado ir a verte, pero sabes los problemas que tengo con mi hermano.

En busca de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora