Capítulo 9

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Tuve que pasar dos semanas en el hospital, George quería verme pero yo le dije a Dean que no lo quería aquí, ya que sabía que esto fue para que le doliera a George lo que me pudiera pasar. Mis compañera de trabajo y Kurt me han visitados, ya que como no tengo muchos amigos, fueron las únicas personas que me fueron a ver, aunque ese me gustaba ya que por parte de mis compañera le dije que me había asaltado y que me dispararon por no entregar mis cosas.

La única persona que sabía la verdad era Dean ya que a Kurt le conté lo mismo que les dije a mis compañeras. Pero estaba confundida con la persona que me vino a dejar al hospital, le conté a Dean de esa persona y él fue a ver las grabaciones del hospital. El hombre se veía, pero no se le veía el rostro y algunas partes han sido borradas, era todo muy confuso, pero había algo que no le había dicho a Dean, y era la pulsera que tenía de la persona.

El médico me dio de alta, pero no podía quedarme en mi casa ya que era muy peligroso que estuviera ahí, así que Dean me dijo que me fuera a la suya y ahora estoy dejando mis cosas en la casa de él. Para mi sorpresa en mi habitación estaba mi gata maravillosa que cuando me vio, se volvió loca y quería que la tomara, cuando lo hice ella me olorosaba por todas parte y me langueteo el cuello.

-ya pequeña tranquila, ya estoy aquí. –ella maulló y me langueteo la cara. –ya no me voy de tu lado. –la bese y nos acostamos en la cama, ella ronroneaba y me movía para todos lados para que le hiciera cariño.

Entre mis cosas saque la pulsera que era muy conocida para mí, no podía creer que él estuviera en el hospital y que menos que sea la persona que me llevó ahí. Estaba muy confundida por todo, deje la pulsera en la mesita de noche y cerré los ojos, tenía que descansar por un momento.

Desperté cuando escuche un poco de bulla, me levanté despacio ya que tenía el punto en mi estómago y no podía hacer mucho movimiento en ese momento. Cuando estaba caminando escucho que Dean estaba hablando con una persona. Todavía seguía dormida, así que no podía detectar con quien estaba hablando Dean, pero cuando ya llego, me doy cuenta que la persona era Dylan.

-Mad. –dice Dean cuando me ve. –sabes que no puedes moverte de la cama.

-había escuchado un poco de bulla. –yo miraba directamente a Dean, nunca mire a donde estaba Dylan.

-lo siento, creo que hemos metido un poco de bulla.

-no importa. –yo seguía mirando a Dean.

-es mejor que me vaya. –dice Dylan de repente.

La habitación se quedó en silencio cuando él dice aquello. Yo solo miraba a Dean, quien me estaba mirando a mí y luego miraba a Dylan. Sabía muy bien que Dean, se estaba haciendo muchas preguntas en la cabeza y una de esa, era que estaba pasando entre yo y Dylan. Yo fui a la cocina a tomar un poco de agua y luego me fui a mi habitación. Dean y Dylan se quedaron conversando por un momento, pero luego de un rato, ya no se estaba escuchando nada. Espere que Dean abriera la puerta, y me preguntara algo, pero él no lo hizo, él no vino a preguntarme qué estaba pasando entre Dylan y yo.

Desperté cuando mi teléfono sonó, creo que todavía seguía con los medicamentos, ya que me quedaba dormida a cada momento, igual era bueno, ya que solo quería descansar por el momento. Tomé mi teléfono y sin ver conteste.

-¿Cómo estás Mad? –no sabía quién me estaba hablando. Así que aleje mi teléfono y me di cuenta que era mi padre, quien me estaba llamando en ese momento.

-porque lo quieres saber. –él se quedó en silencio. –acaso me vas a pedir perdón porque me atacaron a mí y no a tus otros hijos.

-¡Madison!

En busca de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora