9-una mala decisión un mal fin (corregida)

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A la mañana siguiente nos despertamos muy temprano, teníamos que ir a la estación de policía, porque habían llamado para decir que Adolfo estaba en la delegación esperando ser juzgado, esta vez Ari y Nati no irían, se tendrían que quedar con Nena en casa.

Mis padres y yo salimos de casa y llevamos con nosotros la computadora de Adolfo, al llegar mis padres pasaron con un oficial, quien los llevaría hasta donde estaba Adolfo, a mí me impidieron el paso por ser menor de edad, mientras tanto me dejaron con una psicóloga. Quien me hablaba y trataba de ayudar, pero mi mente estaba ausente, no podía prestarle atención.

Se tardaron mucho tiempo, y yo estaba muy nerviosa, no quería que dejarán a Adolfo libre porque podría cumplir sus promesas y matarme, yo sólo miraba a las personas de mi alrededor, habían hombres con sacó y corbata acusados de robo, otros mal vestidos por riñas, mujeres ojerosas y despeinadas, otros manchados de sangre, no podía creer que este país esté así, necesitando personas de bien, hombres y mujeres honrados que sólo busquen el bien de su familia, pero se dejan segar por el odio y la avaricia y de esa forma nunca vamos a mejorar.

Cuando mis padres salieron me dijeron que pronto se haría el juicio y que le sería imposible salir de la cárcel en mucho tiempo. Me sentí aliviada al escuchar las palabras de mi madre. Salimos de la estación para regresar a casa, en el camino mi padre me miraba por el espejo, yo tenía la cabeza bajaba y sin decir ni una palabra.

-¿porque no hablaste antes? -habló mi padre

-pensé que no me ibas a creer -dije mirando al piso del auto

-perdóname por ser tan duro contigo, no sabía cómo ser, pensé que era lo correcto.

-hacías lo que creías mejor -el auto quedo en silencio por unos minutos.

-tu tía Elsa viene mañana -rompió el silencio mi padre.

-¿para qué?

-para hablar contigo, sólo por un tiempo, sabes que es psicóloga

-si papi está bien -dije ya resignada.

-te quiero Nía

- Yo también papi -dije con una pequeña sonrisa, esas eran de las palabras que era difícil de sacarle a mi padre.

-ya no asistirás a la escuela de verano -dijo mi madre

-¿Porque no mami? -pregunté

-pensamos que es lo mejor para ti

-no quiero estar encerrada

-sólo serán unos días

-sólo está semana, el lunes tengo que volver -en su cara se reflejaba el dolor que le causaba esta situación, al parecer no solo yo estaba sufriendo.

-está bien como quieras, espero que sea lo mejor

-gracias mami

Después de un rato de manejar, llegamos a casa, mi hermana estaba tomando su siesta y Ari estaba sentada en el mueble, me senté a su lado y nos dimos un fuerte abrazo, le conté todo lo sucedido.

-entonces ¿tienes esta semana libre?

-se puede decir.

-entonces ¿podríamos salir en la tarde? -pregunto emocionada

-mi tía Elsa viene mañana.

-tengo mucho que no veo a tía Elsa -Ari siempre se ha considerado parte de la familia, por eso su emoción.

-yo también, pero si su visita fuera por otro motivo sería más emocionante.

-quisiera ayudarte Nita, pero no encuentro como -ahora reflejaba tristeza.

-no te preocupes, tu presencia es de mucha ayuda -dije con una sonrisa y le di un abrazo que ella correspondió al instante. 

Un Giro Inesperado (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora