5-Soy tu sangre (corregido)

98 7 0
                                    

Pasó una semana después de que Adolfo llegó a casa, no entendía porque él estaba aquí todavía, también en esa semana tenía encuentros con Víctor y no podía creer que en tan poco tiempo me llegase a gustar. Era lunes y yo tenía que ir para la escuela, cuando me estaba despertando, escuche un grito muy fuerte desde la habitación de Nati, salí corriendo al igual que mis padres, cuando llegamos vimos a Nati llorando en su cama, porque no podía respirar, el día anterior se había mojado en la lluvia cuando estaba en el cumpleaños de una amiga, mi madre la levantó de la cama y mi padre salió corriendo a encender el auto, mis padres se fueron a gran velocidad, pero antes de irse me dieron la orden de no salir de casa, yo estaba muy preocupada, me pasé todo el día pegada al teléfono esperando la llamada de mis padres, pero el teléfono no sonaba, y me desesperada más.

Dieron las 7:30PM cuando escuché el sonido del teléfono y de un salto respondí, era mi padre, me dijo que Nati seguía mal y que se quedarían a pasar la noche con ella, me pidió que le diga a Nena que se podía ir a su casa, también me pidió que le diga a mi tío porque debería de estar preocupado, él se despidió y colgó.

Yo obedecí a mi padre y le dije a Nena como estaba mi hermana y que ya se podía ir, al poco rato ella salió de la casa, yo estaba buscando a mi tío pero no lo encontraba en ningún lado, tenía que decirle como Nati seguía, así que grité su nombre, el respondió, y al parecer estaba en la habitación de servicio, toque la puerta y le pedí que salga, pero no lo hizo él me dijo que si quería hablar con él tenía que pasar, yo esperé un rato a ver si se desidia a salir pero no lo hizo.

Después de un rato de espera, entre en la habitación, Adolfo estaba en el baño y su computadora en su cama encendida, me acerqué a ver lo que estaba haciendo, pero me asusté al ver fotos de mi madre en el baño mientras ella se bañaba, también habían mías, cuando intente salir Adolfo estaba en la puerta de la habitación, y la cerró con seguro, él tenía una toalla rodeando su cintura, me dedico una mirada extraña que no reconocí (deseo y lujuria), se me acerco a pasos cortos, yo estaba asustada intente llamar a mis padres, pero me acordé que estábamos solos.

-grita nadie te escuchara - me decía con una sonrisa.

Adolfo llegó a donde yo estaba, me tocó las mejillas y resbaló sus manos por mí pecho, asustada le retiré las manos e intenté correr pero no me fue posible, él me agarró y me empujó a la cama, no sé fijó que la computadora estaba en la cama y con ella me golpee la cabeza, no le importaban mis quejas, Adolfo se recostó sobre mí, y me quito la franela que tenía, era una pijama por eso no fue difícil.

-¡no! ¡AYUDA! -grite mientras lo empujaba con todas mis fuerzas (que no eran muchas).

-grita lo que quieras no te escucharán.

- no por favor, no lo hagas. -suplique, y rápidamente una cascada se desbordo por mis ojos.

-si lo haré, porque quiero.

-pero soy una niña.

-mucho mejor, estás nueva.

-soy tu sangre, tu sobrina.

- no me importa, y ya cállate que no te soporto.

Adolfo me dio un golpe en la cara, además ya no podía forcejear, no tenía fuerza, Adolfo me desvistió, estaba desnuda a su merced, y de un momento a otro me sentí liviana, hasta que la oscuridad me arropo.

A la mañana siguiente me desperté, pero estaba en mi habitación, y pensé que todo había sido un sueño, pero no tardé mucho para darme cuenta de la realidad, intenté pararme pero no pude, me dolía la cabeza y también la vagina, cuando me quite la sabana de encima me di cuenta que no traía ropa, además mi cama estaba manchada, comencé a llorar, ya sabía que no fue un simple sueño, a los pocos minutos Adolfo entró a mi habitación, me asusté mucho al verlo, yo no lo quería cerca.

-¿cómo amaneciste princesa? -preguntó riendo

- ¡no te importa!.

-sólo te vengo a decir que pasé la mejor noche después de mucho tiempo, espero se repita.

Dio la vuelta para salir, pero se devolvió.

-más vale que no digas ni una palabra, o la próxima será Nati, es una niña indefensa, no hará nada.

-Na-Nati no, está bien no diré nada. -dije desesperada.

- Ok, así me gusta.

Adolfo salió de la habitación y yo volví a llorar, sin ningún consuelo, me sentía más sola que nunca, me levanté de la cama y caminé hasta el baño, movida por una fuerza inexistente, entre en la ducha y abrí la llave, empezó a caer agua sobre mí, ya no tenía fuerza así que me deje caer al suelo, y así me pasé toda la mañana con el agua sobre mí, no sabía dónde estaban mis lágrimas, porque se perdían con el agua que bajaba de mi cabeza.

Salí del baño y ya era la 1:00pm me vestí con otra pijama porque no tenía pensado salir, cerré la puerta de mi habitación con seguro, no quería que Adolfo entre, quité las sabanas de la cama y la arrojé al piso, luego le puse sabanas limpias, fui al estante y tomé dos calmantes y me los bebí, me recosté de la cama y me quedé dormida.

Eran las 6:20 pm cuando me desperté, sentía mucha hambre no había comido desde el día anterior, así que bajé a la cocina, no encontré nada de comer en la mesa así que pensé que Nena no había ido, escuche mi estómago gruñir, me paré frente a la despensa y tome una funda de pan, luego abrí el refrigerador y saque jamón, queso y mayonesa, prepare dos sándwiches y me los comí más rápido que nunca, fui a buscar algo de jugo pero no encontré así que tome un vaso de agua, salí de la cocina hasta mi habitación cuando entre vi a Nena recogiendo la ropa sucia y las sabanas del piso, no tardó mucho para darse cuenta de la Mancha.

-¿qué pasó Nía? -pregunto Nena con cara de espanto.

-nada

-dime la verdad

- no, prefiero hablar esto con mi madre.

- Ok, tu padre vino pero estabas dormida y no quiso molestarte.

-¿qué dijo?, ¿Cómo está Nati?

- Ya está mejor la dejarán hoy en observación, mañana la traerán.

- Yo la quiero ver.

-tu eres menor de edad, no puedes pasar a la habitación.

- Ok está bien.

-tu madre vendrá hoy a dormir contigo.

-que bien.

Nena se despidió de mí y se fue, entonces yo cerré la puerta de mi habitación con seguro y me recosté en mi cama, a esperar a mi madre.

Un Giro Inesperado (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora