Prólogo

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- Pesas doscientas treinta y cuatro libras a la edad de catorce años. No es saludable que una señorita pese tanto como tú a esta edad. Tengo miedo de decirte que si no controlas tus hábitos alimenticios, puede desarrollar diabetes -, me dijo el doctor, pero no me sorprendió. 

Ya sabía cuánto pesaba, pero no me importaba. Honestamente, de hecho disfruté estar gorda porque la gente no me molestaría tanto, y puedo comer lo que quisiera. Está bien, está bien, había rarezas, como que los llamaran nombres detrás de la gente; como el dirigible humano, o el último mamut sobreviviente, pero lo resolví. 

Tres años después, mi madre había contratado a varios entrenadores para entrenarme, pero ninguno de ellos me podía ayudar a perder tanto peso como fuera necesario.

Entonces decidió contratar al mejor entrenador de la ciudad; Liam Payne. 

He oído muchas cosas sobre él; la gente dice que fue más duro que Simon Cowel en una mala audición, o más rudo que Screech después de su exitoso programa Salvado por The Bell, pero no podía estar seguro. 

También dijeron que estaba caliente; más sexy que Channing Tatum en The Vow, con músculos que podrían levantar dos Torres Eiffel  a la vez con un meñique. Obviamente ese rumor se había alejado demasiado de las manos, pero tenía que ver si algo de eso era cierto. 

El caso es que, incluso si el mejor entrenador de la ciudad me capacitaba personalmente, estaba segura de que no me  ayudaría con mi problema de peso. 

Poco sabía que estaba lejos de equivocarme, e incluso terminé enamorándome profundamente de él en el camino.

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(Hola hola Hola , vale, vale, soy rara, pero sí, esperaba que hubieras disfrutado el prólogo. Déjame saber por qué piensas

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