ch 6

382 18 2
                                    

El pasillo derecho termino siendo el vestidor de hombres. Gabriela se tapó los ojos con la mano para luego golpear la puerta levemente un par de veces. El chico que abrió la puerta se sorprendió al ver a Gaby, instantáneamente cerró la puerta hasta solo dejar ver su rostro.

―Hay personas cambiándose, Gabriela―dijo el chico―deberías de decir que eres tu antes de hacerme abrirte la puerta.

―Me tape los ojos―se defendió, aun con la mano en su cara―Aparte, ¿Quién más toca la puerta para entrar? ―recordaba varios de los incidentes que habían ocurrido entre hombros al solo entrar empujando la puerta―¿Esta Luis?

―Emmh―el chico observo la habitación, chasqueo los dedos, como recordando algo―Cierto, me pidió que te dijera que no vendría hoy.

Gaby resoplo, ―¿No tienes unas mayas que le puedas prestar a Manuel? ―dijo señalándolo por detrás.

―Hey―se quejó el―yo no uso mayas, ni que fuera Peter Pan.

―Es eso, o quedarte sin descendientes del apellido Padilla de tu parte―advirtió Gabriela.  

―Ahora que lo dices, si―dijo el chico, cogió una mochila donde saco unas mayas negras –muy diferentes a las que utiliza una mujer, cabe decir- y se las lanzo―¿Primer día, eh? ―pregunto el, observándolo detalladamente―Que te diviertas.  

―Gracias Sean―agradeció Gaby, después de escuchar el sonido de la puerta cerrándose.

                                                                                       •••

Manuel caminaba por los pasillos, con la idea de usar mayas por primera vez y sus nervios por asistir a la primera clase había olvidado preguntarle a Gaby donde se suponía que se verían después de que ella se cambiara. Unos minutos después se topó con otra persona-a su parecer también alumna de la escuela- se acercó a ella  un poco, notando un toque familiar en ella.

―Emmhh, ¿disculpa? ― la chica volteo, entonces recordó en donde la había visto. Era, a su parecer, dos años más grande, y solo por pequeños detalles en el tono del cabello y los ojos podría jurar que Gabriela tenía una hermana gemela― ¿Tu de casualidad no eres Gabriela en unos años? ―vaya pregunta, se regañó internamente, rogo internamente por que la chica no se burlara en su cara, cosa, que para su suerte, no paso.

―No― la chica rio un poco, y si, su risa también era parecida a la de Gabriela, por un momento pensó que esas dos chicas bien podrían compartir árbol familiar―Mi nombre es Arely, y soy hermana de Gabriela ―aclaro ella―¿Eres amigo suyo?

―Mhh… bueno…―dudo un poco Manuel, la palabra amigo no definía bien lo que eran, por si acaso eran menos que eso, si es que se podría llamar a su relación― Soy un conocido de ella, vamos en la misma clase.

―Creo suponer que es tu primer día.

―Supones bien―afirmo avergonzado―Ella dijo que se iría a cambiar pero no la he encuentro y no sé dónde voy a estar.

―¡Manuel! ―grito una voz a su lado, luego a vio a Gabriela corriendo hacia el―¿Dónde estabas? Recorrí toda la escuela buscándote, ¿Por qué no te quedaste en el vestidor? ― Gaby llevaba una blusa distinta a como la había visto la última vez, era una musculosa blanca con el estampado de sex and the city, una licra negra y unos zapatos-si así se pueden llamar-color beige apretados.

―No me dijiste que me quedara ahí―replico Manuel.

―Tampoco que te movieras―dijo mientras recogía su cabello en un moño alto―¿vamos? ―señalo el salón más cercano―Según la maestra estarás con nosotros.

―Está bien―dijo, intentado sonar lo más seguro―Adiós, Arely.

―Adiós, Manuel― se despidió ella.

Bailando contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora