Capítulo 9: ¡Entre Tus Brazos!

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Penúltimo Capítulo
No podía creer lo que estaba escuchando. Tanta era la sorpresa que ni siquiera pude hablar. Solo corrí a mi habitación a llorar y de pronto alguien tiró una piedrita a mi ventana.
Estaba tan mal que no quería ver quien era, sin embargo su insistencia, me hizo que me levantara y abriera las puertas de mi balcón para encontrarme con dos bellos ojitos.

Kristal: ¡ayúdame! – intenté sonreír, pero las lágrimas me ganaron
PJM: ¡no llores! Solo confía en mí – me dijo con una tierna sonrisa que me daba seguridad – mañana escápate conmigo
Kristal: ¿pero y si mi madre se entera? Ella tratará de – ni siquiera me dejo terminar
PJM: ¡no te preocupes! Solo confía en mí, que yo me encargaré de todo – con aquellas palabras me dejó ahí parada.

De alguna forma tenía miedo pero sentía que era lo correcto. Miré por última vez la bella noche que había y con un suspiro lanzado al aire, entré nuevamente a mi habitación, sin embargo al ir a mi cama, me encontré con un lindo vestido.

Sra. Rosalinda: es para tu compromiso – me dijo fríamente mi madre.
Asentí a lo que dijo y es que me daba cuenta que de nada me valía pelear con ella y a estas alturas. Guardé el vestido y todos los accesorios para al instante tirarme a la cama a dormir.

Narra Park Jung Min
Me hacía falta mi esposa, la necesitaba conmigo pero estaba encarcelada en muchas mentiras, que no solamente le lastimaba a ella sino que a mí también. Sentía mi corazón romperse cada vez más cuando escuchaba que se casaba pronto, así que no pude más y decidí actuar ya.

Llamé a nuestros amigos, Kyu, Jun, Heo y Hyun, quienes al escuchar mis palabras, decidieron viajar y organizar algo que no solamente me encantaba, sino que aprovecharía para que de alguna forma ella me recordara. Tenía que evitar ese compromiso a toda costa, así me costara lágrimas, pero a mi mujer nadie me la iba a quitar.

A la mañana siguiente, parecía que el ambiente se había enterado de lo que planeaba hacer y es que estaba todo resplandeciente, tal cual un día de verano entre invierno. Era extraño pero se sentía y se percibía felicidad.
Estaba tan feliz de despertar, que me fue imposible no imaginarme una hermosa tarde junto a mis dos bellos hijos y Minnie, sin embargo mientras viajaba por mi sueño sin fin, una llamada tuvo que interrumpirme, en el preciso momento en que iba ocurrir un beso. ¡Ashh!

PJM: ¡hola! – contesté molesto
X: jajaja ¿Qué pasó caballito? ¿Alguien robó tus zanahorias? – me contestó una voz tan infantil, que al instante supe que era la tortuga odiosa jijiji
PJM: ash, estaba soñando despierto y me interrumpiste… ¿Cómo están los chicos? – dije cambiando de tema, lo que no me esperaba era aquella otra respuesta.
Jun: acabamos de llegar y estamos en el aeropuerto. Caballito horroroso, ¿podrías venirnos a buscar? 

PJM: ¡Ya voy! – dije emocionado
Me coloqué la primera ropa que encontré y salí volando hacia el aeropuerto, donde mis cuatro mejores amigos, me esperaban,
Kyu: Al fin viniste, ya nos iban a salir raíces – dijo un tierno gorilita.
Hyun: ¡niños! No podemos perder tiempo. Mientras estábamos en el avión, pensaba en hacer algo para que Minnie recupere su memoria – dijo un serio y organizado líder.

Heo: en cambio, yo hice una pequeña investigación y creo que tengo una idea. Resulta que la mejor amiga de Minnie, es muy amante de SS501, podríamos comenzar por ahí. No podemos secuestrarlas así como así sin tener una buena excusa – comento una bella nutria muy seria.
Kyu: una cena, es la excusa perfecta. Supuestamente Soledad se gana dos boletos para ella y un acompañante a una cena con nosotros y ya cuando estemos divirtiéndonos, te llevaras a Minnie de ahí – dijo saltando de emoción, que hasta yo tuve que hacerlo, me gustaba demasiado eso.

PJM: ¡perfecto! Esta noche, Minnie será mía, tengo la esperanza de todo saldrá bien – dije y es que de verdad sentía que algo iba a pasar y por más que estaba nervioso, una pequeña ilusión crecía mucho más en mi corazón.

Las horas transcurrieron y mis nervios crecían más y más. Primero por aquel encuentro, y segundo por ese compromiso.

Narra Kristal
Mi día fue tan común, como el resto, sin embargo ahora llevaba una tristeza inmensa, y es que esta noche era mi compromiso con César, pero a la vez sentía la necesidad de escaparme con aquel joven de los ojos bonitos.

Deseaba en el fondo que algo pasara para no poder comprometerme, pero era imposible, mi destino ya estaba marcado así. Llena de amargura, me coloqué el vestido azul cielo y trate de arreglarme algo, sin embargo no había nadie que me quitara este dolor que llevaba por dentro.

Me volví a sentar en la cama y quedándome en total silencio, escuchaba como hacían ruido decorando la casa y entre lágrimas me aproximaba a salir, cuando de pronto escuché mi teléfono sonar y claro era mi mejor amiga, Soledad.

Kristal: Hola, Sole ¿Cómo estás? – dije nerviosa
Soledad: Oye, acaba de llegarme una invitación para una cena con SS501, amiga por favor, acompáñame, mi hermano no me deja ir sino es contigo – me rogó muy tierna,

Al principio pensé en negarme, sin embargo para mí fue la oportunidad ideal de escapar del evento que para mí era una tortura.  Cómo hacían tanto ruido, cerré mi puerta con seguro, tomé mi bolso con dinero y quitándome los zapatos, me lancé por la ventana, por suerte no era muy alta

Kristal: ¡lo siento mamá! – Dije mientras la miraba ordenar algunas cosas de cristal - ¡Adiós!

No sé qué me ocurrió, pero aquel momento era la aventura más importante que necesitaba en mi vida. Tomé el primer taxi y me dirigí al hotel, donde habíamos quedado en encontrarnos.
Soledad: ¡pensé que no vendrías! – me dijo nerviosa, mirando a su hermano que se encontraba hacia un costado.
Kristal: mejor ni me recuerdes lo que acabo de hacer, seguro que mi madre me matará cuando regrese a la casa. Entremos y de paso me presentas a tus chinitos jijijiji – dije divertida.
Soledad: coreanos, coreanos. Ay amiga – se rio y entre risas, subimos a la habitación donde estaba planeado hacer la cena.

Al entrar, estaba todo muy arreglado, típico de una cena de siete personas. Estaba emocionada y a la vez nerviosa y es que mi corazón presentía algo y no sabía que era aquello. Mientras miraba cada detalle y cada cosita por más pequeña que sea, no sentí que ya habían entrado aquel grupo que tanto le gustaba a mi amiga, hasta que la escuché gritar como una loca.

Soledad: ahhh no puede ser es SS501 – gritó tan emocionada
Kristal: grita menos, me dejaras sorda jajaja – respondí y al darme la vuelta, mi corazón se quedó paralizado, tan solo ver a una persona a la había conocido, tan solo una noche.

PJM: Hola, nosotros somos SS501 – saludó con una tierna sonrisa y esos ojitos que me encantaba observar.
No sé qué pasó con mi corazón, pero de un rato a otro, no lo sentí latir.  Nunca me pasó por la cabeza, que mi chico de ojitos bonitos, quizás el de mi sueño, fuera un artista famoso.
Seguía perdida en su mirada y en esa sonrisa tan hermosa, que no escuché cuando mi amiga me llamaba, hasta que disimuladamente me movió para que reaccionara.

Soledad: jajajaja ¡lo sé, es lindo cierto! – me dijo divertida
Kristal: ah, sí jijiji – dije sonrojada

La cena transcurrió normal, entre risas, sin embargo yo seguía preocupada, por lo que estaba pasando en casa y era obvio que luego de un buen tiempo, mi madre se tuvo que dar cuenta que había desaparecido. Mi amiga disfrutaba de ellos y es cada experiencia que contaban era muy divertida y aunque también trataba de reír con ellos, algo me hizo dar un salto de miedo.

Miré por casualidad mi teléfono que lo había tenido en silencio durante mucho tiempo y tan solo ver la pantalla, no me imagine encontrarme con más cien llamadas. Mis manos temblaron y es que ahora si estaba envuelta en un gran problema, ¿Qué iba a decir de todo esto?

PJM: ¿Te encuentras bien preciosa? – me preguntó de la nada, al verme tan perdida.
Soledad: ¿Qué pasa Minnie? – dijo de la nada, haciendo que todos se sorprendieran.
Kristal: ¡Sí! No es nada – respondí con una media sonrisa, pero antes de volver a mi realidad, sentí como una mano, tomó de la mía y me sacó del lugar. Soledad quiso detenerme, pero los chicos la detuvieron a ella.

Narra Jung Min
Estaba nervioso y no sabía cómo terminarían las cosas, sin embargo tenía que jugarme por ella, por mi mujer.  No me importó si su amiga realmente me amaba, lo que yo quería es que mi esposa supiera cuanto le amaba, que soy algo importante en su vida y que tiene dos bellos hijos conmigo.
Noté que estaba muy nerviosa y para tranquilizarla, la tomé de la mano y salí con ella de la habitación y una vez fura, la lleve a mi pecho donde pude sentir un suspiro de alivio.

PJM: ¿estas mejor? – le pregunté tiernamente y ella asintió, con esa bella sonrisa que me encantaba – no te preocupes por lo que pueda estar pasando ahora en casa, solo disfruta de esta noche. Te dije que confiaras en mí ¿lo harás?
Kristal: ¡sí! ¡Confío en ti! – me respondió.
Me sentía tan feliz de tenerla a mi lado, de ver esa hermosa sonrisa y esos ojitos brillantes que estaban dispuestos a mirarme solo a mí.

Ya no volvimos al salón y olvidándonos del resto, decidimos pasar la noche juntos. Era preciosa ver su inocencia, pero me dolía un poco que no me recordara ni a nuestros hijos, quienes le extrañaban demasiado. Aun así debía tener paciencia, mi corazón me anunciaba que algo importante iba a pasar, así que era mejor esperar.

Kristal: ¡wow! Es hermosa toda la constelación – me dijo sin quitar la vista de las grandes y brillantes estrellitas
PJM: ¡Sí, es bonita! Pero no más que tú, Minnie – le dije al oído, mientras le abrazaba por la espalda.
Por un momento tembló al sentir mi tacto, pero al instante se recostó sobre mi pecho y eso me fascinó y con más delicadeza, le arropé con mi abrigo.
Kristal: jijiji vaya te grabaste mi verdadero nombre – dijo muy divertida
PJM: Nunca lo olvidé – dije sin dejar de ver sus ojitos.

Ella se sorprendió ante mis palabras y sin alejarse, se dio la vuelta para queda frente a mí. Su rostro lucía algo confundido pero tenía una sonrisita tan tierna, que fue difícil no contenerme y terminé robándole un beso, que fue correspondido en ese mismo instante.

Narra Kristal
Estaba nerviosa esta noche y es que no podía dejar de pensar, en todo lo que me deben estar odiando por haber dejado plantado al tipo con el que me iba a comprometer y por más que intentaba olvidarme de lo ocurrido, no podía, hasta que el chico que conocí algunos días atrás me sacó de ese lugar.
No sabía porque actuaba así, pero estaba segura que lo conocía de algún lado, lo malo es que no recordaba donde pude haberlo visto.

Sus brazos me rodearon y fue inevitable perderme ese exquisito aroma tan masculino y embriagador a la vez. Estaba tan cálida entre sus brazos que deseaba que no terminara nunca ese momento, mi cuerpo no quería alejarse de él y me daba una sensación que alguna vez estuve entre sus brazos, pero mi bendito cerebro no recordaba nada aún, aunque por momentos me mandaba escenas en las que escuchaba su voz y esos sueños misterios que últimamente estaba teniendo, quizás eso era una prueba de que entre él y yo realmente hubo algo, hasta que sus palabras me sacaron de mi mente, confundiéndome pero a la vez, pero dándome seguridad de que mis sospechas estaban en el correcto, junto a un beso tan dulce que había estado esperando desde el minuto que lo vi.

Nos encontrábamos en la azotea del hotel, bajo la hermosa noche llena de estrellas con una luna muy brillante y la cual era nuestra cómplice de ese momento tan bello y romántico. Seguimos con nuestro beso por unos minutos más y tuvimos que separarnos por falta de aire.
PJM: aunque no lo creas, yo te amo Minnie – me dijo en un susurro
Kristal: ¡Jung Min!  Yo – quería decirle algo pero no me salían las palabras, mi piel se erizo al sentir sus manos cruzando mis brazos lentamente.
PJM: ¡Shh! No hables, solo deja demostrarte que nuestro amor siempre existió y que nunca murió, a pesar de que lo hayas olvidado – me dijo y tomándome otra vez de la mano, salimos de aquel lugar y sin que nadie de los chicos se dieran cuenta, entramos a otra habitación.

La noche era perfecta para amarnos y ni bien entramos, lo tomé de su rostro y lo besé. Aquel impulso me lo estaba enviando mi corazón desesperadamente y si tardar más, lo escuché. Caminamos lentamente hacia la cama y con delicadeza fue recostándome sobre ella.
PJM: ¿me detengo? – me dijo con su respiración agitada.
Kristal: ¡No! Mi corazón te necesita, ayúdame a recordar quien soy – respondí nerviosa pero segura de lo que iba a pasar esa noche.

Jung min volvió a mis labios y con pasión nos besamos. Quité su camisa con timidez y crucé mis brazos para acercarlo a mi cuerpo. Sus manos traviesas quitaron aquel vestido que comenzó a molestar y que lo quería lejos de mí en ese momento.
PJM: te ves hermosa – me dijo al verme en ropa interior
Sentí que me sonrojé pero eso ya no me importaba, solo quería estar con él. Terminamos de quitarnos lo que nos faltaba y nos dejamos llevar por la pasión y el deseo.

Sus manos recorrían cada parte de mi cuerpo haciéndome estremecer completamente de placer, sus labios jugaban en mi cuello y nuestras respiraciones cada vez se agitaban más.
Kristal: Jung min – dije nerviosa – mmm ¡Quiero ser tuya!
PJM: ¡Eres mía y lo serás por siempre! – me dijo y sin dudarlo comenzó a entrar en mí, provocándome una ola de placer en mi interior.

Entrelazamos nuestras manos y seguimos con ese momento tan especial. Nuestros gemidos se escuchaban por toda la habitación, como una dulce melodía, que nos excitaba más y más. Nunca había estado más segura en entregarme a alguien que creía desconocido pero que sabía mucho más de mí que yo de mi misma.

PJM: te amo Minnie – me dijo para enseguida callarme con un beso.

Nos perdimos en ese amor y así finalmente nos quedamos dormidos, yo acurrucada en su cálido pecho y en esa piel desnuda suave como el algodón, sin embargo aquellos sueños que había tenido antes, volvía a mi mente como si de una historia se tratase.

Me encontraba en el mismo bosque de siempre, caminando sin sentido entre loa inmensos árboles del lugar. Sentía un miedo inmenso sin embargo alguien me detuvo, en el preciso momento en el cual iba a cruzar una puerta, que provenían de una gran roca.

Me giré con temor al sentir aquellas manos tan cálidas cuando de pronto me encontré con aquel chico de los ojos bonitos. Sus ojos se clavaron en los míos y aun llevando aquella mascara que cubría su rostro me dijo

PJM: la última vez te dije que pronto sabrías quien soy – me dijo muy misterioso.
Kristal: ¿Quién eres? – dije nerviosa y temblando de miedo, pero de alguna forma era la única manera de saber mi pasado y creo que al fin había llegado el momento.
PJM: ¡Descúbreme! – me dijo y abriendo sus brazos me invitaba a que me acercara a él y quitara de su rostro aquel objeto que me impedía ver quien era realmente.

Estaba nerviosa, no sabía si hacerlo o no, pero un impuso hizo que me acercara a él y con violencia le arrancara esa mascara sin embargo mi corazón se quedó paralizado al ver que la misma persona era la misma a la cual conocí hace unos días.
Kristal: ¡Jung Min! entonces tu… tu eres – intentaba formar la oración pero no me salía nada, estaba completamente sorprendida.
PJM: ¡Tu esposo!
………
Kristal: no, no… Jung Min… ¡NOOO! – grité asustada y de inmediato me tuve que despertar.
PJM: ¿Qué pasó mi amor? – me preguntó al verme alterada.

No podía responder nada, miles de preguntas pasaban por mi cabeza entre ellas, ¿Jung Min era mi esposo?
Giré a verlo sin embargo sus ojitos reflejaban preocupación.
PJM: ¡estabas soñando! Tranquila, no pasa nada – me dijo tan tierno y llevándome a su pecho me lancé a llorar.
Kristal: ¿Quién eres Jung Min?

El Chico de los Ojos Bonitos (Park Jung Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora