Capítulo Final
Kristal: no, no… Jung Min… ¡NOOO! – grité asustada y de inmediato me tuve que despertar.
PJM: ¿Qué pasó mi amor? – me preguntó al verme alterada.
No podía responder nada, miles de preguntas pasaban por mi cabeza entre ellas, ¿Jung Min era mi esposo?
Giré a verlo sin embargo sus ojitos reflejaban preocupación.
PJM: ¡estabas soñando! Tranquila, no pasa nada – me dijo tan tierno y llevándome a su pecho me lancé a llorar.
Kristal: ¿Quién eres Jung Min? ¿Quién soy? ¿Por qué tantos sueños contigo? ¿Qué olvidé? - dije sollozando
PJM: ¡shhh!, ¡Cálmate mi amor!. MInnie
Jung min intento tranquilizarla pero se dio cuenta que era hora de revelar la verdad por más dolorosa que fuera. Ella se aferraba a su cuerpo en busca de protección.
Transcurrieron un par de minutos y Jung min tuvo que soltarla y es que ya no podía más, debía decirle que él era su esposo y que tenía dos bellos hijos.
El la miró con ternura pero a la vez, le invadió un temor, por saber cuál sería su reacción.
Minnie: ¿me dirás la verdad? – preguntó con el corazón hecho pedazos.
PJM: ¡amor! te voy a decir la verdad. Minnie, yo soy tu esposo, tenemos dos hijos. La historia comienza con un accidente que tuviste al llegar a este país, desconozco que pasó luego pero estoy convencido que en tu recuperación, alguien alteró tus recuerdos y me olvidaste – le reveló con lágrimas en sus bellos ojitos.
Las palabras eran increíbles para ella, sin embargo era la mejor noticia que podía darle, lo único que le preocupaba era ¿Por qué su madre le ocultó todo esto?
Mientras él seguía narrándole la historia, Minnie, trataba de asimilar todo, pero una llamada tuvo que interrumpir aquel momento tan importante.
PJM: hola – contestó – sí, estoy con ella. ¿Qué pasó? – gritó alterado – ok, esta tarde salgo para allá
Al colgar el teléfono, la mirada de Jung min, se nubló más y es que las malas noticias seguía sin parar. Sus dos bellos pequeños se habían enfermado y al parecer llamaban a su madre.
Minnie: ¿Qué pasó? – preguntó alterada al ver el aspecto de su esposo
PJM: Hyun Min y Lauren están en el hospital y te buscan – dijo nostálgico
Minnie: llévame contigo, vámonos de aquí – rogó desesperada
PJM: ¡No! no puedo llevarte sin papeles. Trata de encontrarlos y viaja lo más pronto posible – dijo serio.
Ella asintió y sin perder más tiempo se cambiaron de ropa y salieron para volver cada uno a su destino. Minnie fue a buscar a su amiga, quien le esperaba desesperada en la entrada del hotel.
Soledad: ¡al fin llegaste! Tu madre me acaba de llamar y está furiosa, debemos irnos – dijo desesperada
Minnie: Soledad, yo debo decirte algo
Soledad: ¡ya lo sé todo! Eres la esposa de mi oppa Jung Min jijijij y estoy feliz por eso.
Aquella afirmación no solamente dejo en shock a Minnie, sino que le dejaba más aliviada que ella supiera la verdad, más que todo porque ella también amaba a Jung Min. Estaba convencida que sexy carisma, nunca podría verla con otro ojos que no sea de una amiga o una fan especial.
Soledad llevó a Minnie a su casa y con preocupación ambas se despidieron. Minnie deseaba con todas sus fuerzas que su madre no la castigara sin embargo eso no fue necesario, ella junto a su esposo y su otra hija, habían salido en busca de ella.
Aprovechando que la casa estaba sola, Minnie corrió a buscar alguna prueba de que ella era la esposa de Jung min y estaba segura que en ese lugar había algo. Recorrió cada cuarto pero no había absolutamente nada y eso estaba dejando sin fuerzas.
El tiempo transcurría y el cansancio se hizo presente. Con el corazón hecho pedazos subió hasta su habitación pero antes pasó por el de su madre a ver que nada estuviera fuera de lugar y de pronto un accidente hizo que cayera de un lugar inexplicable una cajita negra.
Minnie: ¿y esto? – se preguntó curiosa
El miedo se hizo presente pero tenía curiosidad por ver que contenía. Lo abrió con cuidado, cuando al instante apareció una pequeña llave.
Antes de que llegaran y descubrieran lo que estaba saliendo salió con aquello en la mano y siguió su camino hacia su habitación, pero antes debía tomar un poco de agua.
Se regresó por el gran pasillo a la cocina pero antes de bajar, su mirada se encontró con una puerta que siempre fue misteriosa y que nadie le dijo que había ahí. Se acercó a la dichosa puerta e intentó abrirla pero había un gran problema, tenía un poderoso candado.
No sabía que le sucedía, pero estaba segura que ahí dentro había algo de su pasado. Desesperada por abrir, intento golpear con fuerza pero no había manera de que se abriera, cuando al instante la llave cayó a sus pies.
Sin perder la última esperanza, tomo aquella llave y con el corazón latiendo a máxima velocidad, ingreso la llave y la giro.
Por un momento el corazón se le paralizó al ver que aquel candado se abrió por completo. Lo sacó de ahí y sin perder más tiempo abrió la puerta secreta.
Era un lugar oscuro, no había luz y para terminar tenía muchísimas cosas viejas y algunas cajas de cartón gigante. ¿Cómo podría buscar algo de ella en ese lugar tan desordenado? Era la pregunta que pasaba por su cabeza.
Minnie: ¿Qué hago ahora? Sé que debe haber algo aquí… estoy segura - se dijo desesperada.
Pues no tenía más remedio que empezar a buscar pronto antes de que llegara todo el mundo. Comenzó levantando algunas cosas, otras revolviéndolas como si fuera una mezcla para un pastel. Pasaba los minutos y ella no encontraba nada. La desesperación la estaba volviéndola loca y a su corazón lo estaba matando lentamente.
Minnie: ¿Dónde está? – dijo llorando
Se tiró al piso y su ser no pudo más, las lágrimas le invadieron su rostro delicado, su corazón estaba hecho pedazos y ya cuando pensó que no había más salida… en una esquina de la habitación, un rayito de luz que bajaba desde el techo, reflejaba algo…
Se secó las lágrimas, caminó hacia el sitio y solamente encontró una cartera. Quiso abrir ese momento pero tuvo que salir de ahí, porque se escuchaban voces dentro de la casa. Tomó la cartera y salió antes de que se dieran cuenta que había descubierto su pasado. No le importó el orden, solamente cerró todo y corrió hacia su habitación a encerrarse, pero cometió un gran error, la puerta había quedado mal cerrada y su madre furiosa entró a buscarla, por suerte ella tuvo tiempo de ocultar la cartera debajo de la cama.
Rosalinda: ¡se puede saber dónde te metes! – gritó su madre histérica
Minnie: yo…
Ella quiso contestar pero su madre se adelantó y le dio una fuerte bofetada, haciendo que ella terminara en el piso. Aquel dolor era menor al que tenía por enterarse que su madre le oculto toda su vida, le inventó un amor falso y muchas cosas más.
Rosalinda: tienes prohibido salir desde ahora en adelante a menos que no sea con tu hermana – grito y salió de la habitación dejándola completamente encerrada.
Minnie: no me dolió la bofetada, me duele que siempre me mintió - dijo al verla irse. Ni si quiera salieron lagrimas por el golpe, solo una sonrisita de triunfo al saber que estaba a punto de descubrir quién era en realidad.
Como ahora estaba segura, sacó debajo de su cama la cartera y la vació sobre la cama. Había muchas cosas pero estaba demasiado feliz, que fue observando con detenimiento cada cosita. Parecía un niña llena de curiosidad por tener juguetes nuevos.
Encontró sus documentos personales, el pasaporte, su tarjeta de identidad, todo el dinero que tenía, las tarjetas de crédito, llaves, pero lo mejor eran las fotos de su esposo, Jung Min y sus dos bellos hijos, Lauren y Hyun Min.
Minnie: mis niños – dijo en un suspiro con una par de lagrimitas de felicidad pero también por su mente cruzaban muchos recuerdos con ellos. La memoria estaba volviendo hacia ella.
Siguió con su trabajo y encontró un teléfono. Intentó encenderlo pero parecía que no funcionaba, así que pensado que no tenía batería, lo puso a cargar y al instante la pantalla volvió a encenderse.
Minnie no dudo mucho en abrirlo, pero tenía un problema, no recordaba la clave de acceso. Mirando nuevamente las fotos de sus pequeños y la de Jung min, algo llego a su cabeza, era la combinación de cuatro números y aunque no estaba muy segura, prefirió intentarlo.
No lo logró a la segunda vez sin embargo como un rayito de luz, combino los números de acuerdo al orden del nacimiento de Jung min y sus dos hijos y al fin pudo desbloquearlo.
Parecía como si ella al fin lograba ver la luz en un túnel sin salida, pero ahora tenía todo lo que necesitaba saber y ese teléfono le ayudaría mucho.
En la pantalla registraban muchísimas llamadas de Jung min, mensajes de sus bellos hijos llorando por saber de ella, mensajes de preocupación… ella lloro mucho pero ya estaba segura que el drama se estaba por terminar, pronto estaría de regreso con los que más amaba. Miró algunas fotos y videos y eso ayudo a que ella se volviera más fuerte.
Dejó aún lado el teléfono y siguió observando más cosas que había sobre su cama y entre tanto revolver y revolver, algo muy pequeño rodo por sus manos y cayó al piso. Ella se acercó a levantarlo cuando descubrió que era su anillo de matrimonio.
Minnie: ahora, ya nadie nos va a separar mi caballito – dijo en medio de un suspiro y se colocó el anillo.
Era increíble lo que ese anillo significaba, que al instante sus recuerdos volvieron a su mente, cuando se conocieron con Jung min, lo que tuvieron que pasar para estar juntos, el nacimiento de su hija y la aparición de Jung min en aquella fiesta navideña de la escuela de su hija, su matrimonio donde se juraron amor por toda su vida y el nacimiento de su segundo retoño, Hyun Min.
Con todos esos recuerdos, tomó el teléfono y buscando en internet, entró a la página de una agencia de viajes para reservar el primer vuelo de regreso a su otro país. Ya una vez listo, se fue a bañar, se cambió y antes de cometer una locura, intentó hablar por las buenas con su madre.
Minnie: ¿me pueden abrir por favor? – gritó seria
Sofía: mama, dijo que no puedes salir a menos que sea conmigo y yo no puedo llevarte Kristal… tengo mucha tarea – dijo irónica.
Minnie: jajaja, bueno querida Sofía, haz lo que quieras. Adiós. Por cierto mi nombre es Min Eun So, pero como estoy casada mi nombre es Park Eun So – dijo feliz.
Aquellas palabras para su hermana sonaron algo tenebrosas y es que con eso era más claro que ella sabía la verdad. Mientras Minnie guardaba sus cosas en un bolso nuevo, Sofía abrió la puerta, su rostro lucía todo pálido.
Sofía: ¿Qué fue lo que dijiste? – preguntó asustada
Minnie: que ya sé toda la verdad, ustedes me mintieron pero todo se acabó. ¡Permiso! ¡Me voy! – dijo intentando salir, pero Sofía no la dejaba.
Ella tomó con furia sus manos y las tiró hacia abajo para que la soltara y con su bolso salió de la habitación. Cada paso que daba era algo emocionante como si estuviera viviendo una aventura pero antes de bajar las escaleras, logró escuchar que su madre trataba nuevamente de formalizar la relación con aquel tipo.
César: hola amor – dijo al verla acercarse muy seria
Rosalinda: hija, estaba hablando con tu prometido para que siga en pie tu boda – dijo su madre
Minnie no podía creerlo aún, su mirada se volvió muy intensa, que a los que tenía frente, comenzaba a preocupar. Él quiso besarla pero ella lo esquivó.
Minnie: ¡no me voy a casar otra vez! Vayan dejando todo eso en el olvido porque no hay boda – dijo seria
Rosalinda: no comiences Kristal – dijo su madre retadoramente
Minnie: ¿Por qué no comenzamos por aclarar todo? Ya sé la verdad – respondió conteniendo su rabia
Su madre se quedó petrificada al escuchar hablar así a su hija, por un momento no quiso creerle pero se convenció cuando Sofía le afirmó todo.
Rosalinda: las cosas no son como tú crees – dijo nerviosa
Minnie: ¡no! ya sé que no son como yo las creo, son peores. Y César, no puedo casarme contigo, porque yo estoy casada – dijo mientras enseñaba su anillo de matrimonio – mi esposo es aquel que te golpeó aquella noche, tengo dos hijos y quizás el tercero, muy pronto. No voy a pedir explicaciones porque no me hacen falta, solo me voy a ir. Adiós Mamá, Sofía y a todo el mundo. Regresaré al lugar que me pertenece – dijo seria y colocándose bien el bolso, salió de la casa.
Al pisar la calle, Minnie sintió como volvía a respirar normalmente. Caminó hacia una esquina cuando su amiga Soledad, le esperaba algo triste porque estaba segura que pronto se iría de ese país.
Soledad: me imagino que sabes todo y ya te vas? – dijo triste
Minnie: ¡sí! Jijijij lo sé todo y me voy porque mis hijos me necesitan – comento muy feliz – gracias por todo amiga, de verdad muchas gracias por ser como una hermana para mí. Voy a extrañarte
Soledad: espero visitarte pronto… te quiero mucho y sé feliz con tu familia… te dejaré en el aeropuerto
Su amiga fue a dejarla en el aeropuerto y con un cálido abrazo finalmente se despidieron. Minnie estaba muy nerviosa al viajar pero feliz, iba a casa, donde muchos ni siquiera le esperaban pero que al verla de regreso seria la felicidad completa.
4 horas después
Jung min no había dejado para nada el hospital por estar con sus pequeños y justamente esa noche tenía una presentación que no logró cancelar.
Sra. Park: ¡hijo! vete a cumplir con esa presentación para que no te demanden, me quedaré con ellos – dijo su preocupada madre.
PJM: cualquier cosa me llamas – dijo triste. Su madre lo abrazó y lo dejó ir.
Mientras tanto Minnie, llegaba muy emocionada y sin esperar más tiempo, tomó el primer taxi y fue a casa. Sacó sus llaves y al abrir la puerta el señor Park esperaba angustiado noticias de sus nietos pero lo que recibió fue la mejor noticia.
Sr. Park: ¡Minnie! ¡Hija! – Corrió emocionado a abrazarla - ¡volviste! ¿Cómo estás?
Minnie: ¡abochi! Me siento feliz de volver pero mal porque no pensé que mi madre me hiciera tal cosa ¿Dónde están todos? – dijo triste
Sr. Park: tus niños están en el hospital, te necesitan – dijo angustiado
Minnie: voy a verlos – respondió apresurada y volvió a salir
Sr. Park: ¡cuídate hija! – dijo feliz
Tomó el primer taxi otra vez y fue al hospital donde ya los médicos comenzaban a preocuparse por los niños que no reaccionaban. Al llegar, sus lágrimas comenzaron a caer porque no sabía en qué lugar se encontraban, nadie le daba razón. Desesperada corrió por muchos pasillos buscando a su esposo pero no había rastro de él, solo su suegra, quien lloraba desconsoladamente.
Minnie: ¡omoni! – dijo triste
Sra. Park: ¡hija! ¡Minnie! – Corrió a abrazarla – tus hijos están muy mal
Minnie: ¿Dónde están? – preguntó desconsolada
Ella le indicó la habitación, tiro su cartera y sin pedir permiso entró a ver a sus hijos, quienes tenían oxígeno. Verlos así le partió el corazón y con lágrimas en los ojos corrió hacia ellos.
Minnie: Lauren! Princesita aquí estoy. Soy mamá, por favor escúchame, abre tus ojitos – lloraba desconsoladamente y en vista de que poco a poco se apagaba, ella le dio un tierno beso en su frente. Y la dejo para ir a ver a su pequeño – Hyun Min, mi principito, no te me vayas, despierta mi pequeño, soy mamá – le susurró y le dio un besito
Fue tan hermosa la escena pero aquel beso fue la mejor cura para dos pequeñitos que extrañaban a su madre.
Lauren: ¡mami! ¿Eres tú? – preguntó casi con su voz apagada
Minnie: ¡sí! Mi princesita, soy tu mamá, y ya no nos vamos a separar – le dijo mientras acariciaba su rostro.
Hyun Min: ¡mami! ¡Mami! – gritó feliz y se quitó el oxigeno
Minnie: hola amorcito – le dijo
Los médicos impedían que se quitara el oxígeno pero fue imposible, ellos estaban mucho mejor. Minnie sintió que volvió a la vida cuando los vio despertar.
Minnie no podía parar de llorar era tanta la felicidad que sentía por estar a su lado y verlos reaccionar, aunque no quería separarse de ellos, tuvo que salir para que los doctores cumplan con su trabajo.
Lauren: ¡mami no te vayas! – dijo la pequeña desesperada
Minnie: no me voy a ir, voy a esperar a que salgan para ir a ver a alguien que ni tiene idea de que ya estaba bien sus dos amores jijij
No tardaron mucho en darles de alta, el amor de una madre fue mejor que toda la medicina que les estaban dando. Minnie canceló todo y junto a la señora Park regresaron a casa, pero Minnie tenía que hacer algo.
Cambió a los pequeños de ropita y los tres juntitos fueron al concierto de Jung Min. el por su parte no sabía cómo cantaba las canciones, estaba perdido y ni sabía dónde pisaba. Todas las fans se estaban preocupando mucho pero le daban ánimo para que sea el mismo caballito de siempre.
Mientras tanto Minnie y sus pequeños llegaban al lugar del concierto. Intentaron entrar pero no había como. Dijeron que eran los hijos de Park Jung min y nada de eso funcionó hasta que uno de los guardaespaldas de Jung min salió y al ver a los tres esperando, los dejó entrar porque sabía quiénes eran realmente.
Guardia: wow, tanto tiempo Minnie, me alegro que hayas regresado, me parece que Jung min los necesita ahora – dijo mientras les estregaba un micrófono a cada uno
Minnie: muchas gracias… estoy feliz de volver…
Los niños estaban más que felices, se sabía muchas canciones de su padre y siempre habían deseado cantar junto con él y que mejor momento que este, que él ni sabía que estaban ahí, junto al amor de su vida.
PJM: bien la siguiente canción, es algo especial para mí, se llama Please Give Me Love…
Please Give me love - Park Jung Min
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El Chico de los Ojos Bonitos (Park Jung Min)
RomanceSegunda Temporada de Mi Vida... Eres tú Sinopsis: Min Eun So (Minnie) y Jung Min han sido muy felices junto a sus dos bellos hijos, estos 5 años y aunque han pasado viajando debido a los conciertos de SS501 pero eso no les impedía disfrutar de su am...