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Perdón si encuentran una que otra frase incoherente o mala ortografía, pero literalmente escribí este capítulo en 30 minutos.

...

Dawn Harper caminaba de un lado para otro en la habitación en la que se encontraba desde ya hace días, no sabía nadad de nada sobre Max, ni sus hermano o del mundo externo, estaba encerrada en un pesadilla, el único que podía verla era Aurel, ese rubio que no dejaba de insistir en que él podía ser mejor que Max con ella, intentó besar sus labios una que otra vez, pero la chica no dejaba de pensar en su novio y en su estado de salud, algo malo iba a pasar tenía ese sentimiento, nada estaba bien y tampoco entendía por qué sus padres aún no lograban con su paradero y el de sus hermanos, ya habían pasado días, algo tenían que estar haciendo, ella sabía que no debían estar cruzados de brazos, sus padres se preocupaban mucho por ellos así fuera que estuvieran en la casa de al lado los iban a ver cada treinta minutos, esta vez no iba ser diferente, la situación ameritaba preocupación, se trataba de villanos.

Lo que Dawn no sabía es que sus padres estaban metidos día y noche en la casa de los Thunderman, tratando de encontrarlos, la súper presidenta había enviado a su equipo, pero Dark Mayhem estaba jugando bien sus cartas, no sabían dónde se escondía, buscaron en cada posible escondite que un villano usaría, intentaron también rastrear al mellizo de Phoebe, pero todo era inútil, no podían descifrar su paradero, debían actuar rápido pero ¿cómo encontrar algo que se esconde mejor que un camaleón? Esto era como buscar una aguja en un pajar, una aguja malvada que tomaría el control del mundo si no hacían algo deprisa, esta situación era desesperante, ambas familias temían por sus hijos y no hallaban qué más hacer, creían morir ¿En dónde podían estar?

Dawn se sentía triste, quería a Max sano y salvo, tal y como lo conocía. Aurel entró a su habitación con un bandeja llena de comida, nada de lo que había allí le parecía bueno a su vista, nadie podía cocinar como su mamá, Ay cuanto la extrañaba, a ella, a su padre, su hermanos, todo.

-Ten preciosa, te traje tu ración de la tarde.- puso la bandeja sobre la cama a un lado de donde la chica cabizbaja estaba sentada.- Mi amor, tienes que comer.- levantó su barbilla con sus dedos y besó su nariz, él trataba de ser romántico, pero a Dawn no le agradaba, le gustaba el romance de Max, ese si le agradaba y la volvía loca.

-Quiero a Max, Aurel.- él negó varias veces con su cabeza, era imposible que se lo trajera, Dark Mayhem se pondría furioso.- lo quiero aquí y ahora, no me importa si Dark Mayhem se enoja, yo sólo quiero a mi novio.

-Tu novio ya no te quiere.- esto hizo enfurecer a Dawn, claro que lo hacía, sólo estaba cegado debido a la porquería que pusieron en su brazo.

-¡Por supuesto que lo hace!- se levantó de repente.- mejor cállate y tráelo.

-No puedo, Dawn, no me lo permiten.- dijo apenado, él si la quería ¿por qué no lo podía ver? ¿qué tanto tenía ese Max que le gustaba tanto?

Salió de la habitación dispuesto a averiguarlo, Dawn le gritaba que regresara, que aún no habían terminado de hablar pero él simplemente la ignoró, era la primera vez que le hacía eso a "su chica" como él le gustaba llamarla aunque ella estuviera en total desacuerdo.

Entró a la habitación en donde dormía Max, el muchacho se veía fatal, su piel se veía pálida, como un papel, a pesar de que se estuvo alimentando correctamente no parecía presenta mejoría, se deterioraba lentamente y a nadie le importaba.

-Oye, Thunderman.- el castaño levantó la mirada, sus ojos cambiaban de un rojo vivo a chocolate rápidamente, hasta a Aurel le dio miedo eso, estaba segura que Dark Mayhem no sabía de su estado, y si era consciente sólo estaba dejándolo morir.- tu novia estuvo preguntando por ti, quiere verte.

-¿quién? ¿novia?- Max hablaba sin aliento, no recordaba mucho de su vida, sólo por ratos a una linda chica rubia que muy en el fondo sabía era su pareja.- Ah, sí, Dawn ¿cómo está ella?- Dak no había aparecido desde hace días, estaba mejor sin él. Lo único malo en él era su pérdida de memoria cada segundo que pasaba era un segundo de recuerdos que se borraba de su mente, empezando por su niñez, ya no recordaba muchos delos momentos con su gemela, ni de sus padres en esos años, Dark Mayhem estaba limpiando su cabeza para luego refórmalo y usarlo su antojo como un sirviente o quizá su asistente malvado.

-Pues no quiere comer, tal vez tú la hagas entrar en razón ¿quieres ir a verla?- Aurel era la persona más cínica que Max conocía, sabía que el castaño no podía hacer mucho esfuerzo, no tenía las fuerzas suficientes.- Oh, sí, estás débil, que mal por ti.

Max lo fulminó con la mirada, él nunca le cayó bien y mucho menos ahora, aunque hoy no se sentía tan mal como los días anteriores, podía hacer el intento de ir a verla, quería ver a su princesa cuanto antes. La necesitaba tanto.

-Voy air.- Aurel lo miró extrañado, creía que se sentía mal, pero al parecer hoy estaba fuerte, que hermoso, pensó sarcóticamente.

-Está bien, camina holgazán.- alió de la habitación sin importarle su Thunderman lo seguía, y así lo hacía Max a paso débil pero firme caminaba tras de él. Le dolía un poco la cabeza.

Dawn estaba molesta con Aurel, se fue y la dejó hablando sola, ese idiota. La puerta se abrió de repente, era el rubio, ella lo miró con odio.

-Hey, no me mires así, te traje a tu príncipe azul.- dejó pasar a Max, a Dawn le brillaron los ojos y corrió a abrazarlo, él estaba con ella por fin.

-Hola, preciosa.- Max sin pensarlo besó sus labios, deseaba no olvidarla.

-Hola maxi.- sonrió por el apodo. Aurel los dejó solos por un rato, pero tuvo que llevarse a Max cuando a este le comenzó a doler la cabeza con mayor intensidad, esto pasaba cuando todo un día de recuerdos se eliminaba de su mente, eran diecisiete años lo que tenía por suerte aún no olvidaba a Dawn sin embargo, los día que había estado encerrado, que eran cinco, cinco días de su niñez ya no tenían lugar en su mente.


Cuatri-Aventuras De Amor | La VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora