Prólogo.

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Habían pasado quince minutos desde que la campana que indicaba el almuerzo sonó y Jungkook todavía estaba dentro de la sala en la que tuvo su última clase antes del almuerzo.

Con una gran horquilla en su cabeza para mantener su flequillo lejos de su pelo de color violeta oscuro, llevó sus ojos al cuaderno en el que dibujaba, mientras sostenía la goma de su lápiz entre sus labios.

Después de un par de segundos, comenzó a mover rápidamente su muñeca de un lado a lado otro y a hacer borrones, añadiendo sombras y efectos. Una vez que acabó, sostuvo el cuaderno enfrente suya.

Había una palabra en su mente mientras lo miraba con una sonrisa.


Obra de arte.

Una obra de arte viviente.


El chico del dibujo tenía el pelo rubio, llevaba una camiseta negra y estaba mirando en ese instante con una cara seria. Quien sea que mirase al dibujo solo lo elogiaría por la manera en la que estaba dibujado, pero para Jungkook, es diferente.

Jungkook no dibujaba al chico para que elogien sus habilidades de dibujo, sino para enseñarle a la gente lo bonito que era la musa masculina que había utilizado.


— ¡Jungkook! — este miró hacia la puerta y vio a Taehyung de pie, con el ceño fruncido. Su mejor amigo echó un vistazo alrededor y, al no ver a nadie se dirigió y se colocó detrás de Jungkook.

— Wow, has dibujado a Yoongi-hyung otra vez.


Sí, Jungkook dibujaba a Min Yoongi. Digamos que solo le atraía, pero Jungkook no quería que el mayor lo supiera, porque Jungkook es gay, mientras que Yoongi... Bueno, era hetero, al menor eso es lo que Jungkook dijo. Este se sobresaltó en su asiento y puso una mano en la boca de Tae.


— ¡No hables tan alto!

— ¿Hablar para quién? ¿Las sillas y la maldita pizarra? Hola, si no la habéis escuchado, la campana sonó como hace veinte minutos... —Tae quitó su mano, rodó sus ojos y se dio la vuelta mientras decía esto. Jungkook suspiró, cerró su cuaderno y lo metió dentro de su mochila.

Lo sé, no intentes parecer tan inteligente..

— Ya sabes, ¿por qué no le confiesas simplemente tus sentimientos a hyung? —Jungkook cerró sus ojos al oír esto.

No quie...

— ...ro ser rechazado porque sería muy vergonzoso y hyung no es gay. Ya lo pillo. —Tae le cortó y dijo el resto de la frase como siempre lo hacía, habiéndolo memorizado, ya que Jungkook lo decía todos y cada uno de los días.


Desde que Jungkook vio a Yoongi jugar en una partida de baloncesto, comenzó a tenerle cariño al mayor y a contraer sentimientos por él. Sin embargo, como tiene miedo de ser rechazado y juzgado por ser gay (solo sus padres y Tae lo sabían), se lo guardaba todo en sí mismo.

Siempre que sentía que sus sentimientos iban a estallar, se desahogaba pintando o dibujando, por eso es que estaba haciendo bocetos de Yoongi hace un rato.


— Como sea. Simplemente vámonos y comamos el almuerzo antes de nuestra siguiente clase —ambos salieron de la sala y se dirigieron a la cafetería.


Una vez dentro, sin que fuera una sorpresa, se veía la misma escena de siempre. Los estudiantes que pertenecían a la categoría de reinas, reyes, princesas y príncipes del instituto estaban sentados en el centro de la sala, y por supuesto, la primera persona a la que Jungkook vio fue Yoongi.

Min Yoongi era el capitán del equipo de deportes de la escuela, un oficial de la escuela, y el fotógrafo principal del club de periodismo. Era amigo de los estudiantes más inteligentes de la escuela, Kim Namjoon, y el robacorazones del instituto, Kim Seokjin. Aunque fueran bastante populares, no se relacionaban mucho con otros grupos; preferían quedarse en un grupo pequeño, que era una de las cosas que Jungkook agradecía. Al menos los "reyes" no serían capaces de hacer que se enamorase de ellos.

Bueno, si los reyes no pueden, yo tampoco puedo, no sé qué espero. Pensó. Se sentaron en una mesa vacía y pusieron sus bandejas en la mesa.

Durante todo el tiempo que estuvieron comiendo, Jungkook solo miraba a Yoongi, como si verlo comer y hablar con sus amigos fuera una vista fascinante. Tae siguió su mirada y descubrió que estaba mirando a Yoongi. Nada nuevo.

Como si hubiera recordado algo, Tae le dio rápidamente un codazo a Jungkook, sacudiendo sus hombros violentamente. Jungkook se giró hacia su amigo con furia pero preguntó por qué de todos modos.


— Te gusta hyung, ¿verdad? —preguntó Tae, con una amplia sonrisa cubriendo su cara. Jungkook se ruborizó pero asintió lentamente.

S-sí. ¿Por qué? —la sonrisa de Taehyung se hizo más amplia. Se movió lentamente más cerca de Jungkook y agarró el brazo de su amigo, forzando a Jungkook a inclinarse hacia el mayor.

— ¿Has oído hablar de esa cosa llamada "catorce días"? —Jungkook agitó su cabeza, haciendo que Tae se riera un poco y ampliase su sonrisa (si es que eso era incluso posible).

— Es una tonta creencia que dice que si pones la foto de tu crush de fondo de pantalla por dos semanas sin que nadie lo vea,

en el día número quince,

acabarás con esa persona.

— ¿Qué dices, Jeon Jungkook? —preguntó Tae.


— ¿Te apuntas?

Fourteen days » yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora