Día once ♡

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11) Grita que le quieres

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¡Date prisa!

El padre de Jungkook salió de la casa, con su camiseta de vestir arrugada y el pelo sin peinar, además de llevar la corbata colgando de su hombro. Jungkook rodó sus ojos y cogió la mano de su padre para arrastrarlo hasta el coche.


¡Espera, espera! ¿Por qué tienes tanta prisa? —dijo su padre una vez que los dos estuvieron dentro. Jungkook le miró como si estuviera loco.

¡Hoy nos vamos de acampada, papá!

— Sí, lo sé pero todavía son las cuatro y media de la mañana, podemos llegar allí en menos de media hora si me dejaras arreglarme un poco primero —su padre suspiró antes de sacar el coche el aparcamiento de su casa.


Decir que el chico estaba entusiasmado sería quedarse corto. No había ninguna palabra que pudiera expresar exactamente lo que sentía en ese momento. Su corazón estaba latiendo a gritos; su sangre, corriendo por sus venas tan rápido que era como si se estuviera iniciando un incendió dentro de su cuerpo; las mariposas en su estómago convirtiéndose en dinosaurios y águilas; su estómago dando saltos y haciendo acrobacias.

Se quedó despierto hasta las diez de la noche, contándole a Taehyung lo que pasó en el supermercado. Taehyung estaba feliz por Jungkook, pero también triste porque no pudo ir a ver a Hoseok y si hubiera ido con Jungkook, habría visto al chico pelinaranja, incluso quizás podría haber hablado con él.

Jungkook salió del coche de su padre y cogió su equipaje del maletero. Aunque necesitase ayuda con sus cosas (llevó dos sacos con comida y bebida y uno con ropa), no se la pidió a su padre, para no parecer un niño de papá o algo por el estilo. Después de cogerlo todo, se despidió de él y se fue a buscar a Taehyung.

Este estaba hablando con Bambam cuando Jungkook le vio, y su mejor amigo corrió hacia él para ayudarle con las cosas. Golpeó levemente al menor en la cabeza antes de colocar su equipaje cerca del propio suyo.


Yah, nos vamos de acampada de un noche, no a un viaje de una semana fuera de la ciudad —dijo Tae rodando los ojos. Jungkook le miró.

Necesito comida, ¿vale? No me juzgues o no pienso compartir nada —Tae apretó sus labios y se quedó en silencio, dejando que Jungkook ganase.


El jefe de estudios hizo que los alumnos se colocasen en filas para el registro, una fila para los séniors y otra para los juniors. Los dos chicos se mantuvieron alerta para poder ver a Yoongi y a Hoseok, pero debido al número de séniors, era imposible verlos.

Los dos pasaron el registro, entraron dentro de uno de los barcos costeros y se acomodaron, Jungkook sentándose al lado de las ventanillas. Tae pelearía con él por sentarse al lado de las ventanas, pero como Baekhyun, un amigo de él, estaba sentado en medio de ellos, quería hablar con él, cosa que a Jungkook no le importó. A veces Tae podía ser un chico problemático y un estúpido, así que quería sacar un poco de tiempo para estar tranquilo.

A mitad del viaje hasta las orillas del lago Jeonsunghan, el teléfono de Jungkook comenzó a sonar de repente, despertándole de su sueño. Deslizó su dedo rápidamente para contestar, y se sorprendió al ver la cara de alguien en su teléfono.

Fourteen days » yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora