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Si bien la llamada se corto Kenma estaba preocupado ¿Kuro iría a su casa? Este vivía justo al lado, de ser asi no tardaría nada en llegar... Pero pasaron quince minutos, veinte, media hora y el jamas escuchó pasar al pelinegro ni que este tocase a la puerta.

Cuarenta y cinco minutos mas tarde la puerta se abrió y sus temblores empeoraron.
Escuchó pasos en las escaleras y luego vio por la rendija baja de su puerta la sombra alguien parado allí.

La puerta comenzó a abrirse y lo primero que notó fue que no era la medio bronceada piel de kuro si no una piel pálida la que cubría los brazos largos y flacos que abrían la puerta.
Luego de aquello fue el cabello albino y no negro el que estaba sobre la cabeza de la persona que estaba parada en el umbral
La altura le quito cualquier duda.
Era Lev quien estaba allí parado

— Kenma... ¿Que paso? Kuroo-san me llamo y me dijo que me necesitabas y que estabas mal — murmuro extrañamente calmado el chico de descendencia mixta mientras se acercaba a paso lento, era mas que seguro que kuro le había dado consejos para actuar en aquel momento

— L-Lev... — sollozo y lo miro con los ojos vidriosos esperando a que este comprendiera que le invitaba a acercarse mas.

El albino se sentó en la cama y acerco una mano a la cabeza del semi rubio, este se dejo hacer y se apego al menor aun sollozando

Fuera de la casa estaba Tetsuro, con su teléfono en mano.
El chico fue quien le aviso al albino del estado de su armador

Cierra la boca, Me aburres ✨Kenma //EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora