Cap 3. La fiesta de la cabaña.

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Fui a cenar a la cantina con mis dos nuevos amigos gemelos. Allí me presentaron a otra mucha gente que parecían simpáticos. Jesús nos dejó pronto para irse a la mesa con Aitana, su novia, y Dani se puso a contarnos como se había enrollado con Esther hasta que ella le paró los pies dejándolo todo cachondo. - Tío lo siento pero esta noche me voy a hacer un pajote tremendo... - me dijo mientras los demás explotaban a carcajadas. Me uní a ellos porque no me había costado mucho acostumbrarme a la espontaneidad de Dani. Supuse que estaría de broma.

Después de la cena, Dani y yo volvimos a la cabaña, donde nos esperaban Jesús y Esther. Habían conseguido meter una botella de vodka sin que los pillasen. Ellos eran mayores de edad por lo que no tenían ningún problema. En cambio, yo sólo tenia los dieciséis años. La pareja se sentó en el sofá bastante acaramelados, para mi envidia, y Dani y yo en el suelo. Empezamos a beber mientras charlábamos un poco sobre lo que esperábamos que fuese este verano. Entonces Esther se tuvo que marchar. Jesús la morreó de una forma que parecía que no se iban a separar nunca. El alcohol le había soltado bastante. Me imaginé que hacía lo mismo conmigo. - Joder venga cerdos. - les interrumpió Dani.

Una vez los tres solos nos pusimos a jugar a verdad, beso y atrevimiento. Lo cual se acabó convirtiendo en solamente atrevimiento. Estábamos muy borrachos y la vergüenza se había esfumado junto con Esther. Primeramente hacíamos cosas bastante sencillas como beberse de un trago un chupito, o mantenernos por unos minutos a la pata coja. Pero luego las cosas comenzaron a ir a mayores. 

- Mateo, atrévete a quitarme la camiseta con la boca. - dijo Dani.

Me eché sobre él mientras Dani se echaba un poco hacia atrás apoyándose con las manos en el suelo y aún sentado. Jesús no paraba de reírse. - Vaya estampa. Quien os vea... Nos daba igual porque estaba siendo divertido y a mi me excitaba, aunque esto no lo admitiría nunca. Con dificultad conseguí desabrochar sus botones y dejar su camiseta abierta. Tenía gotitas de sudor en el torso por la humedad del ambiente. Olía a su perfume natural, el cual admitía que me ponía realmente cachondo. Además que la imagen de su torso trabajado para ser socorrista este verano lo hacía mucho mejor. - Parece que te ha molado, eh? - dijo Dani con unan sonrisa. Me aparté y bebí de mi vaso pensativo. 

- Jesús, atrévete a ... imitar el beso que le has dado a tu novia con Dani. - propuse.

Jesús ya había perdido varios retos y estaba en calzoncillos sobre el sofá. Si pasaba de hacer esto, se tendría que desnudar. Para mi sorpresa no puso ninguna queja y se levantó para ir a por Dani. Éste sonrió y levantándose se dejó llevar por su hermano gemelo que se acercó y empezó a besarlo de la misma forma desenfrenada con la que horas antes había despedido a su novia. Mi paquete empezó a empalmarse al ver como pasaba la lengua a la boca de Daniel de esa forma tan tierna pero a la vez llena de sensualidad. Se separaron y cada cual volvió a su sitio. - Somos hermanos. Hasta alguna paja juntos nos hemos hecho. - dijo Dani sin dar importancia al beso.

-  Dani, te propongo besar desde el cuello hasta el pie todo el cuerpo de Mateo. - contraatacó Jesús que hasta ahora había sido bastante inocente en sus desafíos. - Pero sin pantalón Mateo.

Para Daniel no era ningún problema. Su chica la había dejado con un calentón del copón y esto le estaba molando. En cambio, yo estaba un poco tenso. El alcohol había hecho que no me importase, pero no quería que notase mi erección. Me levanté dejando caer mi pantalón a un lado y quedando en bóxer también. Entonces Dani, que era el que más prendas de ropa tenía porque se atrevía con todo, se acercó y empezó un camino de besos desde mi cuello hasta descender por mi torso. Sentía un ligero cosquilleo que me hacía estremecerme por dentro. Entonces llegó a mi entrepierna. Se detuvo y me miró con una sonrisa que yo supe interpretar. Me dejó un beso sobre la tela, pero encima del bulto enorme que escondí a Jesús para que no lo viese. Este se volvió más grande como pidiendo que no se alejase mucho. Que continuase. Pero finalmente llegó a mis pies. Joder, que excitado me encontraba.

- Ahora te propongo que... - y entonces Dani al fin pasó el límite del juego. - Que te metas mi polla en tu boca por ... unos segundos. Jesús y yo nos miramos. - Si te rindes, quítate el calzoncillo. Se sentó al lado de su hermano sobre el sofá y abrió sus piernas y se sacó el miembro, el cual estaba totalmente grueso y alzado. 


PD. ¿Será capaz de Mateo hacerlo? Comentad que opinan y valoren.

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