Quinto día: ~adorno~

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Disclaimer: Fairy tail no me pertenece, el creador de todo ese mundo mágico y de sus añorables personajes es Hiro Mashima.

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Quinto día: ~adorno~


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Dedico este capitulo a Sofía Cortes, por ser una incansable amante de estos dos tanto como yo.

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Después de la sutil amenaza de Zera hacia su persona si osaba pasarse de listo con Mavis no había mucho que hacer. Acababan de cortarle las alas.

O no.

Solo debía de darle un ligero retoque a toda esa retahíla de amenazas de la castaña y volverla a su favor. Visto de ese modo quizá podría tener alguna oportunidad.

Ahora tenía que ir a casa del director Makarov llevando a Natsu y ayudarlo a decorar el salón de eventos para la fiesta de navidad que hacían cada año los Dreyar. Además debía de recoger los nuevos adornos que su madre había comprado ese año. También había mucho que hacer en casa y estaba seguro que sería la chacha personal de su tía Eileen ―como cada año, trayendo cosas, colocando adornos, comprando, etc.

Un arduo trabajo le esperaba, pero por ahora tener que hacer el papel de buen hermano mayor, que era, le estaba destinado. Aun con las protestas de Natsu, a él le gustaba estar con su hermanito menor. Él amaba mucho al pelirosado, aunque este renegara de sus muestras de afecto en público, demostraciones que hacia solo para molestar al chiquillo.

Ese era el deber de todo buen hermano mayor, después de todo, estaba escrito en los códigos que regían a la sociedad.

Ya con las cajas de adornos en sus manos, que eran diez, fue directo a casa a cambiarse. Al sentir el peso de las cajas sospechaba que todo se iba a descontrolar a manos de su tía, que seguramente había sido la que comprara los adornos y no su madre.

Otro concurso de "la mejor casa navideña" estaba por venir, y todo lo que ello implicaba también.

Trabajo y más trabajo.


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Cuando Mirajane le pidiera ayuda para decorar el salón en la que el director Makarov organizaría una fiesta con motivo navideño, nunca pensó que aceptar la llevaría a compartir espacio con Zeref, menos aún a desempacar, juntos, la caja de los adornos para el árbol.

Mavis Vermillion se reprendía a si misma por pecar de tonta. ¿Cómo es que no había imaginado que Zeref no estaría ahí? Vamos, era obvio que Natsu iría, ya que Makarov era su padrino y le apreciaba mucho, y por lo tanto Zeref también estaría ahí. Parecía que sus neuronas se habían tomado unas vacaciones de las que no estaba enterada.

O tal vez era cierto alguien que bloqueaba su capacidad neuronal.

Era cierto que ellos se llevaban bien, muy bien en realidad, pero ahora no se dirigían ni una sola palabra. Cada quien hacia su labor sin prestar atención a su alrededor.

O es lo que simulaban.

Parecía que las cosas se estaban complicando, sin razón aparente. Y no había razón para ello. ¿Desde cuando que uno curara al otro se había vuelto tan incómodo?, o ¿el simple hecho de estar uno al lado del otro desencadenaba una serie de reacciones nerviosas y evasivas? Mavis no lo entendía. Ella quería que, como antaño, ellos en vez de estar envueltos en un silencio sepulcral aun con la música alegre de fondo, estuviera conversando trivialidades, como hace cinco días atrás.

Esta situación se estaba tornando demasiado incomodo que ni el entusiasmo que le dejo las acciones de Zeref la noche anterior se lo hacían llevadero.

Lo empeoraban.    


Continuará...

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