Cuando menos lo merezca

Corazón

Siento no haber sido suficiente y por eso a veces me da por escribir.
Me da por escribir porque tengo estancando en las entrañas un palpitar herido en el que sístole y diástole no son más que un mecanismo de emergencia que me pide que acelere y que no escucha a una cabeza que me dice que vaya más lento.
Y es eso por lo que ahora tengo mil cosas que decirte, porque me he guardado miles de te quiero que nunca van a llegar a su destino, y se que sabes que en este punto estratégico en el que ninguno sabíamos lo que teníamos al final nos dimos por perdidos.
Dice la leyenda que aquellos que están destinados a encontrarse están unidos por un hilo rojo. El hilo podrá extenderse y tensarse pero nunca separarse. Y yo creo en nosotros porque me he sentido capaz cada vez que esa música lo paraba todo, porque he sido yo la que mil veces te ha dicho que juntos podíamos con el incendio, porque yo que jamás he sido hogar, eran tus manos las que siempre me hacían sentir como en casa. Que aunque no me escuches, aunque no seas consciente de todo este desastre,
cariño,
yo jamás voy a poder olvidarte.