Cuando menos lo merezca

Me la debo a mí

A quién le debo yo mi vida, para tener que acompasar movimiento y herida en cada uno de mis actos.
Mira, a mí no me hables de caídas y mucho menos de malas lenguas, porque si he aprendido algo en esta vida, es que por encima de todo solo me tengo a mí. Creo en el amor, y creo en él en todas sus condiciones;
Amar: sentir amor por alguien o algo.
Amor: Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.
Tengo la teoría de que si un día sentiste amor, si un día supiste querer y de repente este se acaba, jamás intentarás destruir a la persona que amaste.
A mí que no me engañen, porque se nos llenan las manos de falsos te quiero que después no se demuestran.
Inciso: el amor es lucha, es vida, es realidad.
A mí no me digas que me quieres, no me digas que no vas a irte, porque como dice Sabina, si es amor no tendrá final, y si lo tiene no será feliz. Porque cuando quieres disfrutas cada momento como si fuera el último, pero ni tú ni yo sabemos lo que puede pasar. Por eso cuando quiero lo hago de forma desinteresada, con los ojos cerrados y a contracorriente.
Y así he querido a las personas que ya no están, así quiero a mi familia, así he querido a mis parejas y así querré siempre a mis amigos, porque no sé hacerlo de otra forma.
Por eso os digo que jamás sabréis si alguien os quiso de verdad hasta que se vaya. Y lo sabréis porque si os quieren, si os han querido, estarán ahí y se alegrarán de vuestra felicidad. No predicarán vuestras derrotas como si ellos no las tuvieran, no querrán quedar por encima de vosotros a costa del odio, porque quienes os hayan querido os tendrán respeto, porque si quieres y eres querido, se deja una huella implacable, imposible de borrar a pesar de las heridas.
Por eso escribo esto, porque he visto a mis amigos agachar la cabeza cuando han hecho algo mal, porque veo a mis padres cometer errores de los que luego son conscientes, porque siento ser persona y siento equivocarme, pero jamás he dejado que alguien que me importa se vaya, se pire y viva hecha trizas mientras yo me quedo de brazos cruzados.
El primer punto para querer de verdad: quererse a sí mismo.
A quien le debo yo mi vida, me pregunto.
Principalmente se la debo a mi madre,
pero muy por encima de eso, me la debo a mí.