Love you like a coffee 『Namjin』

→Capítulo 3

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El chico de pelo claro se encontraba sentado en una silla alta que se encontraba junto al mostrador, apoyando sus codos sobre este último y, sus manos, sosteniendo su cara intentando prestar la máxima atención posible a los pasos que realizaba su "superior" mientras preparaba el café. Eran como las 7:30 am y hace una hora llevaban en la cafetería, Jin demostrándole a Namjoon como preparar un simple macchiato mientras que este último miraba cuidadosamente cada movimiento haciendo, de vez en cuando, algunas anotaciones en un cuaderno.

-¿Qué es eso? ¿Qué le estas poniendo?-Preguntó mientras observaba al otro chico atentamente, sin quitar sus ojos de café en el cual estaba trabajando.

-Es espuma, algo fundamental en los cafés, deberías saberlo-Dijo Seokjin mientras colocaba cuidadosamente la blanquecina espuma sobre el café, provocando de esta manera que el líquido se aclarezca unos tonos y dejando a la vista un fondo amarronado con un centro de color blanco.

Finalmente, una vez que terminó con la espuma, tomó un palillo de color negro para luego, delicadamente, moverlo sobre la espuma logrando finalmente dibujar una flor. Namjoon quedó impresionado ante aquella demostración, la cual había durado alrededor de diez a quince minutos, mientras que el otro chico se encontraba a gusto y conforme con el resultado, dejando reposar la taza sobre la mesada, justo en frente de su aprendiz.

-Es impresionante, se ve tan bien y huele delicioso.-Comentó mientras acercaba su rostro a la taza para inhalar aquel dulce aroma dejando que sus ojos se cierren lentamente.

-Ahora pruébalo.-Le ordenó Jin esperando respuesta.

Namjoon agarró lentamente la taza cuidando de que el líquido no se rebalsara, llevándola directamente a sus labios. Al sentir el gusto de este sintió un gran placer que expresó con un leve suspiro, mientras que el mayor observaba atentamente cada expresión que ponía, sintiéndose conforme y, de alguna manera, feliz. La mayoría de veces siente satisfacción al ver que las personas son capaces de disfrutar las cosas que él hace.

-¿Qué te parece? ¿Cómo lo sientes?-Interrogó mientras se daba vuelta para acomodar algunas de las cosas sobre el mueble.

-Pues...Es un café y...está rico, la espuma le da un toque de...¿Elegancia? No lo sé...-Respondió rascando su nuca, sin tener idea de lo que significaban aquellas preguntas.

-Con que eso...-Dijo por lo bajo, casi para sí mismo-Bien-Dijo volteándose para poder ver a su compañero a la cara-Te reto a que intentes recrear este mismo café antes de que llegue el resto.-Lo retó, sacándose el delantal y saliendo de detrás del mostrador.

Se sentó en el banco que se encontraba junto a Namjoon y lo observó esperando alguna acción por parte de este. De inmediato, el aprendiz miró el reloj que se encontraba en lo alto de la pared en frente de él, comprobando que eran las 7:41, por lo cual se apresuró pensando en que faltaban 20 minutos para que llegasen sus compañeros. Intentó recrear los pasos que había visto realizar, atentamente, su superior. Tomando en cuenta las pocas cosas que había llegado a anotar y el sonido de las agujas del reloj marcando los segundos que pasaban convirtiéndose, a la vez, en minutos que acortaban el tiempo. Quiso hacer todo rápido y pensó en la forma de apurarse para poder terminar por fin con la "prueba" que le había sido impuesta repentinamente. Gracias a su instinto de querer apurarse y su facilidad para ser despistado, olvidó algunos detalles, los cuales, Seokjin los tenía bastante en cuenta, contando mentalmente los errores que estaba cometiendo. Le costó demasiado todo el proceso después de calentar el café en la cafetera, por lo cual se tensó un poco y su paciencia decayó un poco.

Por fin, luego de unos minutos, pudo finalizar su propia "creación" que, a vista de ambos, era un desastre comparado con el café que había realizado anteriormente el barista. Aquella preparación con suerte podía verse decente y pasar desapercibido comparado con el café que, normalmente, sirven. Definitivamente, el mayor no se iba a molestar en decírselo ya que era bastante obvio y pudo comprobarlo a través de unas muecas que hizo Namjoon. Sin decir nada más, tomó aquella taza y, con mucho cuidado, la acercó a su rostro para poder sentir el aroma que deprendía la preparación mientras que, a la vez, cerraba delicadamente sus ojos. Seguido de eso, y sin dudar, llevó al café a su boca probando de una vez su sabor. Mientras tanto, el novato lo observaba sin quitar su vista del rostro contrario, analizando cada una de sus expresiones.