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Aquella mañana despertó más temprano de lo normal. Eran las 7 am y el sol apenas se asomaba mostrando unos leves rayos que iluminaban la ciudad a la vez que esta era cubierta por una suave brisa mañanera. Se preparó lo más rápido que pudo para no llegar tarde en su primer día de trabajo como barista en la cafetería. Todavía le costaba hacerse la idea que tenía que dar imagen de que era bueno en aquel asunto, por más que fuera todo lo contrario. Pero aun así, daría lo mejor de sí para conservar el empleo hasta donde le fuera necesario, ya que una vez que encuentre otro, lo dejaría de inmediato para mantener la mentira el menor tiempo posible.
Salió del departamento dejando leves suspiros en el camino dirigiéndose al lugar mientras que preparaba su mente para lo que sería, según él, un día lleno de trabajo. Para su suerte, las calles se encontraban desocupadas y tranquilas, sin rastros de la gran aglomeración humana que solía ocuparlas, en especial, al mediodía. Una vez llego a la puerta del lugar, tomó aire fuertemente y, con paso firme, entró al local. Una vez adentro, fue recibido por el jefe quien le dio la bienvenida y le designó su uniforme mientras que le indicaba donde quedaban los vestidores, dejando finalmente que se vista para empiece con su labor en cuanto abran las puertas del lugar. Estos consistían en una habitación vacía de la cual solo se destacaban unos casilleros de color negro, cada uno con un cartel que indicaba el nombre de a quien pertenecía.
Se quedó solo en aquel cuarto mientras que el resto de los empleados se encontraban del otro lado de la puerta preparando las mesas y ordenando las cosas para cuando entrasen los clientes. Se colocó aquel uniforme que consistía en una camisa blanca y unos pantalones negros, acompañados por un delantal de color beige. Una vez que terminó cruzo la puerta para solo quedarse del otro lado del largo mostrador de madera tal y como lo hacían el resto de empleados. Aquellos chicos charlaban pacíficamente entre si mientras esperaban a que fuese la hora para abrir y comenzar con su labor. Namjoon, solo se limitó a ignorarlos mientras investigaba con la mirada cada detalle del lugar hasta que se percató de la presencia de uno de los jóvenes a su lado.
-Hola, bienvenido al trabajo-Lo saludó uno de los chicos con una sonrisa.-Me llamo Taehyung, espero que podamos llevarnos bien-Finalizó extendiendo su mano hacia Namjoon.
-Hola, me llamo Namjoon, también espero que nos llevemos bien-Dijo para estrechar ambas manos.
-Ellos, son Jimin-Le contó mientras señalaba al mismo chico que los había atendido la anterior vez y le había ayudado a hablar con el jefe.-Y Jungkook-Concluyó señalando al joven de cabello castaño y mirada inocente que se encontraba barriendo el suelo.
-Ya veo...-Contestó Namjoon a la vez que les devolvía el saludo con la mano.
-Ah! Nos falta un compañero pero supongo que llegará tarde hoy...de cualquier modo, ya es hora de abrir, buena suerte.-Le alentó su nuevo compañero.
Seguido de esa charla, el joven fue directo a la puerta para dar vuelta el pequeño cartel indicando que ahora el negocio se encontraba abierto. Pasaron unos minutos hasta que entraran los primeros clientes del día pidiendo cosas tan sencillas como un café exprés cortado, a veces acompañado de algunas medialunas para llevar o algunas pequeñas masitas de pastelería. Namjoon, ante esos pedidos tan fáciles se sintió aliviado ya que no tenía otra cosa más que hacer que colocar los granos de café en la cafetera y esperar a que esta hiciese su trabajo para luego servirlo en los vasos plásticos y entregárselo a Jungkook, quien se encargaba de la caja registradora.
A medida que el tiempo pasaba más gente iba concurriendo el lugar, pero, con la diferencia de que algunas de ellas se quedaban a disfrutar del servicio haciendo presencia en el local. Algunas veces, pedían diferentes tipos de cafés o cappuccinos que Namjoon no entendía mucho, pero que por suerte, los atendían los demás empleados demostrando su nivel de profesionalidad con la preparación de estos mismos, dejando así, conforme a los clientes. Por momentos admiraba la forma de trabajo del local y de sus compañeros. El ambiente le parecía sumamente tranquilo y acogedor. Solamente podía escuchar el ruido de la música de fondo que, a pesar de no ser su estilo favorito, inundaba sus oídos junto con el pequeño y bajo bullicio de los consumidores presentes, acompañado de la campanilla de la puerta que indicaba cuando estos entraban o se iban. A todo eso le sumaba el rico y dulce aroma del café que se filtraba de la cafetera a causa de los pedidos y la cantidad considerable de clientes que ordenaban con rapidez y serenidad. Por suerte, pese a que era su primer día, no sintió tanta presión como pensaba que iba a sentir.
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Love you like a coffee 『Namjin』
Fanfiction〝-Y dime... ¿Cuál es tu sabor favorito? -Mi sabor favorito eres tú porque cualquier café es mi favorito si estoy contigo〞