→Capítulo 4

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-Lo que pasó fue que...Namjoon...Sin querer rompió un frasco con algunos granos de café.-Contestó el mayor tratando de controlar su tono y parecer natural.

-¿Pero qué tipo de café?-Preguntó con ojos bien abiertos, sorprendido y al mismo tiempo preocupado, sabiendo lo que pasaría si el jefe se enterara que se echó a perder algo de mercancía.

-Era café...Arábica

-Ah...Van a tener que reponerlo cuanto antes, sin que el jefe se dé cuente...Aunque ahora que lo pienso...-Comentó, entrecerrando sus ojos para concentrarse en su pensamiento.-Hoy si habían granos de café arábica!

-Sí, pero el frasco que se rompió tenía apenas unos pocos-Le respondió tranquilamente Seokjin, mientras Namjoon seguía en silencio, haciendo que su ausencia pasara desapercibida al igual que el sol que se iba ocultando, indicando que la noche se iba acercando.

-Está bien, pero espero que tengan cuidado la próxima vez-Dijo el menor, esta vez, mirando a ambos jóvenes en forma de advertencia.

Una vez que terminaron de darle explicaciones al menor castaño, este se retiró rápidamente dejando a los dos compañeros, nuevamente, solos entre el silencio de la noche. Apenas se fue, ambos sintieron un gran alivio provocando que aquel sentimiento de nerviosismo y miedo se fuera para dejar, en su lugar, una gran paz. De nuevo, Namjoon no pudo evitar sentirse agradecido, tanto, que solo pudo dedicarle una mirada, sin decir ninguna palabra, ya que con su expresión le era suficiente al mayor para brindarle una pequeña sonrisa.

Luego de ese momento, se despidieron y cada uno tomó su camino, siendo separados por los mismos mientras una suave brisa pasaba abrazando la ciudad con un manto anaranjado que, poco a poco, se iba despidiendo, haciendo llegar uno de color azul.

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Los dos chicos se encontraban sentados en una de las relucientes y cómodas mesas color café, mientras que el menor, sin prestar atención a lo que pasaba a su alrededor, releía una y otra vez su cuadernillo negro, repasando cada una de las anotaciones que había estado realizando durante los últimos días. El mayor solo lo observaba disimuladamente como, con detenimiento, Namjoon intentaba aprender cada una de las anotaciones que había escrito y los pasos para realizar determinadas cosas. Admiraba la atención que le brindaba el menor con cada paso que realizaba cuando preparaba café o simplemente le explicaba algunas cosas sobre el trabajo o el lugar. Hasta el momento, el novato solo le salía preparar café expresso, americano o doble, pero aquello significaba un avance porque en el momento que Jin los probó, se sintió conforme con el resultado y como su tiempo y consejos habían servido de algo.

-Namjoon...-Lo llamó, haciendo que el nombrado se desconectara de su lectura para dirigirle la mirada.- ¿No crees que ya deberías practicar como hacer un macchiato? Digo es-No pudo terminar la oración debido a que esta fue cortada por la decisiva voz del menor.

-Es esencial para un barista o cualquier persona que trabaje en un café, ¿no?-Terminó la oración.

-Si-Respondió el barista mientras asentía delicadamente con su cabeza.

Namjoon se levantó y caminó hasta el mostrador, tomando el delantal que había dejado hace unos momentos sobre la mesa y colocándoselo tranquilamente a la vez que se dirigía hasta detrás de la barra delicada de madera en la cual servían a algunos clientes. Se dio la vuelta para colocar los granos en la cafetera y acto seguido preparar la espuma. Seokjin admiró la seguridad de cada uno de los actos que había realizado su aprendiz y se acercó hacia él, sentándose en una de las sillas.

Love you like a coffee 『Namjin』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora